Los últimos días han sido de escepticismo, la declaratoria de una nueva lucha armada: “Mientras haya voluntad de lucha, habrá esperanza de vencer” es la nueva guerra de Márquez y su voluntad de tomar el mando a como dé lugar, reunido con Gentil Duarte quien asume el poderío de la disidencia y les niega la unidad […]
Los últimos días han sido de escepticismo, la declaratoria de una nueva lucha armada: “Mientras haya voluntad de lucha, habrá esperanza de vencer” es la nueva guerra de Márquez y su voluntad de tomar el mando a como dé lugar, reunido con Gentil Duarte quien asume el poderío de la disidencia y les niega la unidad a la segunda Marquetalia; porque de lo que se trata es asumir el control de la zona donde se encuentran las rutas y los laboratorios y el poder del manejo del narcotráfico.
Menos mal que Colombia es el segundo país más alegre del mundo, tenemos festivales de toda clase y una política dinámica que nos ocupa y nos hace sentir menos la violencia y la inseguridad, nos hace ver menos lo acorralado que estamos en función de una guerra en donde los muertos no los ponen los que la provocan, los muertos los ponen los padres de estrato uno, dos y tres; afortunados somos al atener a Nairo Quintana, que se quita y se pone camisetas rojas en España, por cuenta de su capacidad atlética ciclística y tenemos un inteligente Egan Bernal, ganador del tour de Francia; gracias a Dios tenemos a James Rodríguez, pues sus lesiones se convierten noticia nacional por encima del cáncer que hoy nos agobia, la impune corrupción que cada día cabalga a cuero pelao sobre un corcel vigoroso que nadie detiene.
Menos mal que existe el grandioso futbolista samario Radamel Falcao García quien en el ocaso de su carrera deportiva, aún mueve millares de fanáticos turcos y con su nuevo equipo, el Galatasaray de Estambul, nos preparan para el nuevo somnífero, los partidos por televisión de este su gran equipo; desde hoy en Colombia se comienza la venta de millones de camisetas; tenemos, como fanáticos, un nuevo equipo a defender. Ya veremos en cada una de las glorietas vallenatas comercializando la camiseta del “Tigre Turco”. Celebramos el bicentenario de la independencia de un país que sigue sometido por grupos al margen de la ley, por sicarios que matan cumpliendo órdenes de bandas bien organizadas; tan bien organizadas están que todo el mundo sabe pero nadie sabe nada.
Los muertos de una guerra que se vive en el afán de mantener el poder de la mafia y el narcotráfico; la mafia de las contrataciones y el manejo político; aún recordamos las épocas en las que el departamento estaba divido políticamente, cada candidato tenía su territorio asignado por los paramilitares o por la guerrilla, depende el tiempo que se analice.
Pero seguimos siendo felices, y ahora con la segunda Marquetalia y el ELN más fortalecido tendremos que seguir en guerra.
¿Era eso lo que queríamos? Pues bien, preparémonos a seguir poniendo los muertos. Como es de fácil pelear la guerra con hijos ajenos. Colofón: A raíz del infame asesinato del Pediatra Tico Aroca, el doctor Romero Churio convoca a su gremio a pronunciarse en contra de la violencia y la impunidad en Valledupar, ojalá haya eco a esta invitación. Sólo Eso.
Los últimos días han sido de escepticismo, la declaratoria de una nueva lucha armada: “Mientras haya voluntad de lucha, habrá esperanza de vencer” es la nueva guerra de Márquez y su voluntad de tomar el mando a como dé lugar, reunido con Gentil Duarte quien asume el poderío de la disidencia y les niega la unidad […]
Los últimos días han sido de escepticismo, la declaratoria de una nueva lucha armada: “Mientras haya voluntad de lucha, habrá esperanza de vencer” es la nueva guerra de Márquez y su voluntad de tomar el mando a como dé lugar, reunido con Gentil Duarte quien asume el poderío de la disidencia y les niega la unidad a la segunda Marquetalia; porque de lo que se trata es asumir el control de la zona donde se encuentran las rutas y los laboratorios y el poder del manejo del narcotráfico.
Menos mal que Colombia es el segundo país más alegre del mundo, tenemos festivales de toda clase y una política dinámica que nos ocupa y nos hace sentir menos la violencia y la inseguridad, nos hace ver menos lo acorralado que estamos en función de una guerra en donde los muertos no los ponen los que la provocan, los muertos los ponen los padres de estrato uno, dos y tres; afortunados somos al atener a Nairo Quintana, que se quita y se pone camisetas rojas en España, por cuenta de su capacidad atlética ciclística y tenemos un inteligente Egan Bernal, ganador del tour de Francia; gracias a Dios tenemos a James Rodríguez, pues sus lesiones se convierten noticia nacional por encima del cáncer que hoy nos agobia, la impune corrupción que cada día cabalga a cuero pelao sobre un corcel vigoroso que nadie detiene.
Menos mal que existe el grandioso futbolista samario Radamel Falcao García quien en el ocaso de su carrera deportiva, aún mueve millares de fanáticos turcos y con su nuevo equipo, el Galatasaray de Estambul, nos preparan para el nuevo somnífero, los partidos por televisión de este su gran equipo; desde hoy en Colombia se comienza la venta de millones de camisetas; tenemos, como fanáticos, un nuevo equipo a defender. Ya veremos en cada una de las glorietas vallenatas comercializando la camiseta del “Tigre Turco”. Celebramos el bicentenario de la independencia de un país que sigue sometido por grupos al margen de la ley, por sicarios que matan cumpliendo órdenes de bandas bien organizadas; tan bien organizadas están que todo el mundo sabe pero nadie sabe nada.
Los muertos de una guerra que se vive en el afán de mantener el poder de la mafia y el narcotráfico; la mafia de las contrataciones y el manejo político; aún recordamos las épocas en las que el departamento estaba divido políticamente, cada candidato tenía su territorio asignado por los paramilitares o por la guerrilla, depende el tiempo que se analice.
Pero seguimos siendo felices, y ahora con la segunda Marquetalia y el ELN más fortalecido tendremos que seguir en guerra.
¿Era eso lo que queríamos? Pues bien, preparémonos a seguir poniendo los muertos. Como es de fácil pelear la guerra con hijos ajenos. Colofón: A raíz del infame asesinato del Pediatra Tico Aroca, el doctor Romero Churio convoca a su gremio a pronunciarse en contra de la violencia y la impunidad en Valledupar, ojalá haya eco a esta invitación. Sólo Eso.