En la Sentencia C – 444 de 2009, la Corte Constitucional plantea el derecho a la vivienda digna y dice, que: “se trata de un derecho económico y social, por ende de naturaleza prestacional y progresiva (…) en ciertos casos algunas facetas de la vivienda digna alcanza la categoría de derechos fundamentales”. Sin pretender ser […]
En la Sentencia C – 444 de 2009, la Corte Constitucional plantea el derecho a la vivienda digna y dice, que: “se trata de un derecho económico y social, por ende de naturaleza prestacional y progresiva (…) en ciertos casos algunas facetas de la vivienda digna alcanza la categoría de derechos fundamentales”.
Sin pretender ser experta en el tema, entendería que todo proyecto, incluso los de vivienda, debe ser formulado de conformidad con unas metodologías y lineamientos, con fases identificables; así como con unas características de pertinencia, viabilidad, sostenibilidad, impacto y articulación; además de los recursos con los que será financiado.
La jurisprudencia, en concordancia con nuestra constitución, lo ha elevado a la categoría de derecho, es más, en muchas de las veces de carácter fundamental, lo que no exime que un proyecto de vivienda deba concebirse de manera planeada y organizada.
Se entiende, que en un proyecto de vivienda, nadie espera obras inconclusas, de mala calidad en los materiales, ni en los procedimientos de construcción; esas son irregularidades que aunque todavía hoy se presentan, cada vez lo hacen con menos frecuencia, por lo que ese no debería ser el problema. El problema está dado en tener total claridad que todo proyecto de vivienda debe responder a una necesidad real y debe prestar una utilidad.
Víctor Saavedra, Viceministro de Vivienda, quien recientemente estuvo en Valledupar, sabe, que más que un asunto de emotividad y mostrar gestión por mostrar, el asunto de vivienda está dado en que se esté frente a una necesidad debidamente planeada.
El Ministro Malagón, cabeza del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, y su Viceministro Saavedra, como tecnócratas que son, conocen el tema de la vivienda, quizás, mejor que todos los demás actores inmersos en el sector. Lo anterior implica, que por lo menos, estos deban conocer mejor que todos, las cifras de necesidades reales por departamento y ciudades capitales.
¿Tendrán claridad, en las necesidades del Cesar, de Valledupar y de otros municipios de nuestro departamento?
Entiendo que Saavedra, el hoy Viceministro de Vivienda, es un joven estudioso, honesto y conoce los temas; funcionario de mucha confianza del Ministro Malagón. Seguramente Saavedra está cargado de buenas intenciones, ¿tendrá claridad, extrema claridad, de lo que avala, en especial en Valledupar?
Planeación, es lo que permite identificar necesidades reales y ejecutar. Sin planeación nada funciona y peor aun tratándose de lo público, termina todo siendo un desastre, sin ella las cosas terminan regular o mal. Inutilizadas, poco utilizadas o con una utilidad a medias.
Malagón debe medir qué es lo mejor para Valledupar en materia de vivienda que involucre recursos públicos. Saavedra tiene la capacidad para analizar y plantear necesidades que correspondan a un proyecto que no evidencie ausencia, falta o poca planeación.
Cualquier oportunidad, es sobre realidades y que se sepa que existe población realmente necesitada y con arraigo en Valledupar.
Recalco, todo proyecto de vivienda en Valledupar debe estar bien planeado y realmente responder a necesidades de la ciudad. En especial, a una población vallenata que tenga la necesidad de una vivienda digna.
En la Sentencia C – 444 de 2009, la Corte Constitucional plantea el derecho a la vivienda digna y dice, que: “se trata de un derecho económico y social, por ende de naturaleza prestacional y progresiva (…) en ciertos casos algunas facetas de la vivienda digna alcanza la categoría de derechos fundamentales”. Sin pretender ser […]
En la Sentencia C – 444 de 2009, la Corte Constitucional plantea el derecho a la vivienda digna y dice, que: “se trata de un derecho económico y social, por ende de naturaleza prestacional y progresiva (…) en ciertos casos algunas facetas de la vivienda digna alcanza la categoría de derechos fundamentales”.
Sin pretender ser experta en el tema, entendería que todo proyecto, incluso los de vivienda, debe ser formulado de conformidad con unas metodologías y lineamientos, con fases identificables; así como con unas características de pertinencia, viabilidad, sostenibilidad, impacto y articulación; además de los recursos con los que será financiado.
La jurisprudencia, en concordancia con nuestra constitución, lo ha elevado a la categoría de derecho, es más, en muchas de las veces de carácter fundamental, lo que no exime que un proyecto de vivienda deba concebirse de manera planeada y organizada.
Se entiende, que en un proyecto de vivienda, nadie espera obras inconclusas, de mala calidad en los materiales, ni en los procedimientos de construcción; esas son irregularidades que aunque todavía hoy se presentan, cada vez lo hacen con menos frecuencia, por lo que ese no debería ser el problema. El problema está dado en tener total claridad que todo proyecto de vivienda debe responder a una necesidad real y debe prestar una utilidad.
Víctor Saavedra, Viceministro de Vivienda, quien recientemente estuvo en Valledupar, sabe, que más que un asunto de emotividad y mostrar gestión por mostrar, el asunto de vivienda está dado en que se esté frente a una necesidad debidamente planeada.
El Ministro Malagón, cabeza del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, y su Viceministro Saavedra, como tecnócratas que son, conocen el tema de la vivienda, quizás, mejor que todos los demás actores inmersos en el sector. Lo anterior implica, que por lo menos, estos deban conocer mejor que todos, las cifras de necesidades reales por departamento y ciudades capitales.
¿Tendrán claridad, en las necesidades del Cesar, de Valledupar y de otros municipios de nuestro departamento?
Entiendo que Saavedra, el hoy Viceministro de Vivienda, es un joven estudioso, honesto y conoce los temas; funcionario de mucha confianza del Ministro Malagón. Seguramente Saavedra está cargado de buenas intenciones, ¿tendrá claridad, extrema claridad, de lo que avala, en especial en Valledupar?
Planeación, es lo que permite identificar necesidades reales y ejecutar. Sin planeación nada funciona y peor aun tratándose de lo público, termina todo siendo un desastre, sin ella las cosas terminan regular o mal. Inutilizadas, poco utilizadas o con una utilidad a medias.
Malagón debe medir qué es lo mejor para Valledupar en materia de vivienda que involucre recursos públicos. Saavedra tiene la capacidad para analizar y plantear necesidades que correspondan a un proyecto que no evidencie ausencia, falta o poca planeación.
Cualquier oportunidad, es sobre realidades y que se sepa que existe población realmente necesitada y con arraigo en Valledupar.
Recalco, todo proyecto de vivienda en Valledupar debe estar bien planeado y realmente responder a necesidades de la ciudad. En especial, a una población vallenata que tenga la necesidad de una vivienda digna.