I Brindemos con el amor que un hijo a su madre ofrenda, sin fronteras ni calendas en el jardín del honor. Por Colombia, sí señor, brindemos sin los rencores de la guerra y sus horrores de tanto dolor y muerte; el perdón nos hace fuerte de esperanza en esplendores. II Brindemos por […]
I
Brindemos con el amor
que un hijo a su madre ofrenda,
sin fronteras ni calendas
en el jardín del honor.
Por Colombia, sí señor,
brindemos sin los rencores
de la guerra y sus horrores
de tanto dolor y muerte;
el perdón nos hace fuerte
de esperanza en esplendores.
II
Brindemos por el perdón:
el odio nos hace esclavo,
porque el rencor es un clavo
que nos hiere el corazón.
No siempre tiene razón
aquel que dice y pregona,
a veces la otra persona
y es un deber respetar,
porque el perder o ganar
es un precepto que abona.
III
Brindemos con eufonía
por la biodiversidad,
por Dios y su eternidad
en las noches y en los días.
La patria es la cofradía
de ideales importantes
de todos los habitantes
en las regiones del país;
que San Francisco de Asís
bendiga a los gobernantes.
IV
Brindemos por el trabajo
porque siempre nos redime
de la pobreza que gime
con sus angustias de atajo.
Que Dios bendiga los gajos
del cielo en luminiscencia,
que consagre la conciencia
de todos los colombianos
para vivir como hermanos
con dignidad y decencia.
V
Brindemos por la infancia,
por la risa de la luna,
por los cantos en la cuna
del abuelo en la distancia.
Por la perenne fragancia
de la música y la poesía,
por el respeto y la armonía;
brindemos y brindaré,
por la paz siempre lo haré
de Colombia patria mía.
VI
Por la fe del carbonero
que con tesón se ilumina,
por el sol en la colina
que bendice al montañero.
Brindemos mis compañeros
por los pájaros y el río,
por los bosques y el rocío,
el respeto y la hermandad,
también por la honestidad
que sea luz de albedrío.
I Brindemos con el amor que un hijo a su madre ofrenda, sin fronteras ni calendas en el jardín del honor. Por Colombia, sí señor, brindemos sin los rencores de la guerra y sus horrores de tanto dolor y muerte; el perdón nos hace fuerte de esperanza en esplendores. II Brindemos por […]
I
Brindemos con el amor
que un hijo a su madre ofrenda,
sin fronteras ni calendas
en el jardín del honor.
Por Colombia, sí señor,
brindemos sin los rencores
de la guerra y sus horrores
de tanto dolor y muerte;
el perdón nos hace fuerte
de esperanza en esplendores.
II
Brindemos por el perdón:
el odio nos hace esclavo,
porque el rencor es un clavo
que nos hiere el corazón.
No siempre tiene razón
aquel que dice y pregona,
a veces la otra persona
y es un deber respetar,
porque el perder o ganar
es un precepto que abona.
III
Brindemos con eufonía
por la biodiversidad,
por Dios y su eternidad
en las noches y en los días.
La patria es la cofradía
de ideales importantes
de todos los habitantes
en las regiones del país;
que San Francisco de Asís
bendiga a los gobernantes.
IV
Brindemos por el trabajo
porque siempre nos redime
de la pobreza que gime
con sus angustias de atajo.
Que Dios bendiga los gajos
del cielo en luminiscencia,
que consagre la conciencia
de todos los colombianos
para vivir como hermanos
con dignidad y decencia.
V
Brindemos por la infancia,
por la risa de la luna,
por los cantos en la cuna
del abuelo en la distancia.
Por la perenne fragancia
de la música y la poesía,
por el respeto y la armonía;
brindemos y brindaré,
por la paz siempre lo haré
de Colombia patria mía.
VI
Por la fe del carbonero
que con tesón se ilumina,
por el sol en la colina
que bendice al montañero.
Brindemos mis compañeros
por los pájaros y el río,
por los bosques y el rocío,
el respeto y la hermandad,
también por la honestidad
que sea luz de albedrío.