La buena administración pública en Colombia tiene su referente en Barranquilla y el Atlántico.
La buena administración pública en Colombia tiene su referente en Barranquilla y el Atlántico.
En estos últimos 12 años, las administraciones Char – Noguera – Char, y Verano -Segebre – Verano, convirtieron a esta ciudad y al departamento, en el modelo de gestión pública más exitoso del país. Sin duda alguna, es un ejemplo que deberían seguir las demás regiones del país, y un modelo de gestión pública que debería instituirse en la Escuela de Administración Pública (ESP).
Un indicador de que las cosas se han hecho bien en estas alternadas administraciones, son los resultados del crecimiento de la economía, aun en situaciones adversar dentro del contexto económico nacional. Las cifras oficiales muestran a Barranquilla, como la campeona en generación de empleo con más de 910.000 personas ocupadas. Le dio sopa y seco a Bogotá, Cali y Medellín, en crecimiento de empleo durante el 2018. La tasa de desempleo se sigue disminuyendo ubicándose en el 8.5%, siendo la más baja de las cuatro principales ciudades del país. Y, aun así, los del interior del país siguen diciendo que a nosotros los costeños no nos gusta trabajar. Qué tal que sí.
Si miramos el índice de confianza, los resultados son mejores. Barranquilla fue la ciudad que más creció en construcción en el 2018, entre las cinco ciudades que más m2 aprobaron. El aumento de la disposición a comprar vivienda hizo que el año pasado se aprobaran 738.831 m2 para construcción, de los cuales el 84% se destinaron a vivienda, 7% a bodegas y 5% a comercio. Y todo se está vendiendo o arrendando.
En materia de comercio exterior, tiene su nombre bien ganado. La puerta de oro, movilizó el año pasado más de 11 millones de toneladas, un millón más que en el 2017. Un record histórico. Y eso que tienen la limitante de la profundidad del canal de acceso para buques de gran calado; de lo contrario ya hubiesen doblado esa cifra. Ese es un tema que le va tocar sacar adelante al alcalde Char o a su sucesor, porque Cormagdalena, el ministerio de Transporte y la Asociación de terminales marítimos no fueron capaces de resolverlo. Y esperen que terminen la remodelación del aeropuerto Ernesto Cortissoz, para que vean como se les va a duplicar la movilización de pasajeros. El número de frecuencia de vuelos, hace más económico viajar por Barranquilla que por Cartagena o Santa Marta, a la Región Caribe.
Otro de los impactos de este modelo público de gestión del alcalde Char y el gobernador Verano, es la confianza inversionista. Según Probarranquilla, el año pasado se ejecutaron 44 proyectos de inversión que representaron una inversión de USD 26. 7 millones generando unos 3.600 nuevos empleos.
Todo lo anterior se ha logrado gracias a la capacidad y eficiencia con que ambos gobernantes han manejado los presupuestos de inversión. En el 2018, la inversión pública en Barranquilla fue de 2.8 billones de pesos, mientras que la Gobernación del Atlántico, ha invertido en estos últimos tres años más de 4.5 billones de pesos y ha reducido en un 14% los gastos en funcionamiento.
Ojalá este modelo eficiente de administración pública se extienda cuatro años más.
La buena administración pública en Colombia tiene su referente en Barranquilla y el Atlántico.
La buena administración pública en Colombia tiene su referente en Barranquilla y el Atlántico.
En estos últimos 12 años, las administraciones Char – Noguera – Char, y Verano -Segebre – Verano, convirtieron a esta ciudad y al departamento, en el modelo de gestión pública más exitoso del país. Sin duda alguna, es un ejemplo que deberían seguir las demás regiones del país, y un modelo de gestión pública que debería instituirse en la Escuela de Administración Pública (ESP).
Un indicador de que las cosas se han hecho bien en estas alternadas administraciones, son los resultados del crecimiento de la economía, aun en situaciones adversar dentro del contexto económico nacional. Las cifras oficiales muestran a Barranquilla, como la campeona en generación de empleo con más de 910.000 personas ocupadas. Le dio sopa y seco a Bogotá, Cali y Medellín, en crecimiento de empleo durante el 2018. La tasa de desempleo se sigue disminuyendo ubicándose en el 8.5%, siendo la más baja de las cuatro principales ciudades del país. Y, aun así, los del interior del país siguen diciendo que a nosotros los costeños no nos gusta trabajar. Qué tal que sí.
Si miramos el índice de confianza, los resultados son mejores. Barranquilla fue la ciudad que más creció en construcción en el 2018, entre las cinco ciudades que más m2 aprobaron. El aumento de la disposición a comprar vivienda hizo que el año pasado se aprobaran 738.831 m2 para construcción, de los cuales el 84% se destinaron a vivienda, 7% a bodegas y 5% a comercio. Y todo se está vendiendo o arrendando.
En materia de comercio exterior, tiene su nombre bien ganado. La puerta de oro, movilizó el año pasado más de 11 millones de toneladas, un millón más que en el 2017. Un record histórico. Y eso que tienen la limitante de la profundidad del canal de acceso para buques de gran calado; de lo contrario ya hubiesen doblado esa cifra. Ese es un tema que le va tocar sacar adelante al alcalde Char o a su sucesor, porque Cormagdalena, el ministerio de Transporte y la Asociación de terminales marítimos no fueron capaces de resolverlo. Y esperen que terminen la remodelación del aeropuerto Ernesto Cortissoz, para que vean como se les va a duplicar la movilización de pasajeros. El número de frecuencia de vuelos, hace más económico viajar por Barranquilla que por Cartagena o Santa Marta, a la Región Caribe.
Otro de los impactos de este modelo público de gestión del alcalde Char y el gobernador Verano, es la confianza inversionista. Según Probarranquilla, el año pasado se ejecutaron 44 proyectos de inversión que representaron una inversión de USD 26. 7 millones generando unos 3.600 nuevos empleos.
Todo lo anterior se ha logrado gracias a la capacidad y eficiencia con que ambos gobernantes han manejado los presupuestos de inversión. En el 2018, la inversión pública en Barranquilla fue de 2.8 billones de pesos, mientras que la Gobernación del Atlántico, ha invertido en estos últimos tres años más de 4.5 billones de pesos y ha reducido en un 14% los gastos en funcionamiento.
Ojalá este modelo eficiente de administración pública se extienda cuatro años más.