Es triste lo que viene ocurriendo en nuestro querido país, con el tema de la corrupción. Pareciera que a nadie le importara, los miles de millones de pesos que se roban por cuenta de la contratación pública, obras que se caen antes de ser entregadas, interventorías de papel, adiciones presupuestales aprobadas solo pensando en la […]
Es triste lo que viene ocurriendo en nuestro querido país, con el tema de la corrupción. Pareciera que a nadie le importara, los miles de millones de pesos que se roban por cuenta de la contratación pública, obras que se caen antes de ser entregadas, interventorías de papel, adiciones presupuestales aprobadas solo pensando en la coima, un gasto de representación (viáticos) desmesurado en las entidades oficiales, que resultan inoficiosos según la regla del costo-beneficio, niños que en sus colegios no reciben la ración alimentaria de acuerdo con la minuta, porque se roban la plata del Programa de Alimentación Escolar (PAE), enfermos que agonizan víctimas del actual Sistema de Salud, y para colmo, cuando se logra judicializar a quienes se roban la plata del erario, inmediatamente operan una serie de beneficios en favor del procesado, beneficios que se multiplican si confiesa que cometió el delito.
En síntesis, Colombia es un país de corruptos, para corruptos. Aquí nada es lo que parece. El sistema todo, parece hundirse irremediablemente en la molicie, se premia al bandido y se censura al honrado, haciéndose cada vez más difícil ser honesto. La moral y la ética, al igual que los principios y valores pasaron a mejor vida. Hoy el que ocupa un cargo de elección popular, tiene la obligación de enriquecerse, porque de lo contrario es un estúpido, un inepto.
En medio de tanta podredumbre ¿habrá algo para rescatar? Es difícil, responder. Pero pienso, que el deporte y el arte, están sacando la cara por este país, a través de figuras como Egan Bernal, Catherine Ibarguen, James Rodríguez, Fernando Botero etc. Pero es gracias a su esfuerzo individual, que estas personas han logrado llegar a convertirse en lo que hoy son, porque el apoyo estatal siempre ha sido insuficiente. Se avecinan las elecciones, y volvemos otra vez, al mismo círculo vicioso de “los mismos con las mismas”. Y volvemos a elegir a los de siempre, con la finalidad de obtener un puesto, una prebenda, un contratico, pero jamás pensando en lo que conviene al departamento o municipio. Nos volvimos egocéntricos, hemos perdido el temor a Dios, incluso por parte de aquellos que se mostraron como sus auténticos representantes.
La poca democracia que nos queda, se encuentra seriamente amenazada, con decisiones que pretenden acabar con la independencia de las ramas del poder público. Nuestro actual mandatario, se encuentra en el exterior hablando de la dichosa economía naranja, mientras que Colombia, se encuentra incomunicada por causa de los derrumbes, la inseguridad en las ciudades va en aumento, las tres calificadoras internacionales, muestran el riesgo de que Colombia, a pesar de la Ley de Financiamiento, no pueda cumplir con las metas fiscales.
El proyecto de ley contra la llamada casa por cárcel se hundió en la Cámara de Representantes, justo cuando once héroes aseguraban la clasificación de Colombia a cuartos de final. En ese orden de ideas, estamos frente a un país a punto de colapsar, y con pronóstico reservado ¿Habrá una luz, al final del túnel?
Es triste lo que viene ocurriendo en nuestro querido país, con el tema de la corrupción. Pareciera que a nadie le importara, los miles de millones de pesos que se roban por cuenta de la contratación pública, obras que se caen antes de ser entregadas, interventorías de papel, adiciones presupuestales aprobadas solo pensando en la […]
Es triste lo que viene ocurriendo en nuestro querido país, con el tema de la corrupción. Pareciera que a nadie le importara, los miles de millones de pesos que se roban por cuenta de la contratación pública, obras que se caen antes de ser entregadas, interventorías de papel, adiciones presupuestales aprobadas solo pensando en la coima, un gasto de representación (viáticos) desmesurado en las entidades oficiales, que resultan inoficiosos según la regla del costo-beneficio, niños que en sus colegios no reciben la ración alimentaria de acuerdo con la minuta, porque se roban la plata del Programa de Alimentación Escolar (PAE), enfermos que agonizan víctimas del actual Sistema de Salud, y para colmo, cuando se logra judicializar a quienes se roban la plata del erario, inmediatamente operan una serie de beneficios en favor del procesado, beneficios que se multiplican si confiesa que cometió el delito.
En síntesis, Colombia es un país de corruptos, para corruptos. Aquí nada es lo que parece. El sistema todo, parece hundirse irremediablemente en la molicie, se premia al bandido y se censura al honrado, haciéndose cada vez más difícil ser honesto. La moral y la ética, al igual que los principios y valores pasaron a mejor vida. Hoy el que ocupa un cargo de elección popular, tiene la obligación de enriquecerse, porque de lo contrario es un estúpido, un inepto.
En medio de tanta podredumbre ¿habrá algo para rescatar? Es difícil, responder. Pero pienso, que el deporte y el arte, están sacando la cara por este país, a través de figuras como Egan Bernal, Catherine Ibarguen, James Rodríguez, Fernando Botero etc. Pero es gracias a su esfuerzo individual, que estas personas han logrado llegar a convertirse en lo que hoy son, porque el apoyo estatal siempre ha sido insuficiente. Se avecinan las elecciones, y volvemos otra vez, al mismo círculo vicioso de “los mismos con las mismas”. Y volvemos a elegir a los de siempre, con la finalidad de obtener un puesto, una prebenda, un contratico, pero jamás pensando en lo que conviene al departamento o municipio. Nos volvimos egocéntricos, hemos perdido el temor a Dios, incluso por parte de aquellos que se mostraron como sus auténticos representantes.
La poca democracia que nos queda, se encuentra seriamente amenazada, con decisiones que pretenden acabar con la independencia de las ramas del poder público. Nuestro actual mandatario, se encuentra en el exterior hablando de la dichosa economía naranja, mientras que Colombia, se encuentra incomunicada por causa de los derrumbes, la inseguridad en las ciudades va en aumento, las tres calificadoras internacionales, muestran el riesgo de que Colombia, a pesar de la Ley de Financiamiento, no pueda cumplir con las metas fiscales.
El proyecto de ley contra la llamada casa por cárcel se hundió en la Cámara de Representantes, justo cuando once héroes aseguraban la clasificación de Colombia a cuartos de final. En ese orden de ideas, estamos frente a un país a punto de colapsar, y con pronóstico reservado ¿Habrá una luz, al final del túnel?