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Columnista - 29 mayo, 2019

El cuento del gallo capón

Este cuento del gallo capón que todos conocemos de nunca acabar y cada día la situación se torna peor. No respetan nada, y además son atrevidos, altaneros y peligrosos. Discutir o chocar con un mototaxista es poner en peligro la vida. Así de sencillo. Todas las medidas que se tomen sobre el mototaxismo son tardías […]

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Este cuento del gallo capón que todos conocemos de nunca acabar y cada día la situación se torna peor. No respetan nada, y además son atrevidos, altaneros y peligrosos. Discutir o chocar con un mototaxista es poner en peligro la vida. Así de sencillo.

Todas las medidas que se tomen sobre el mototaxismo son tardías y de nada valen, son tardías, se le dejó coger vuelo hace mucho rato y ahora es incontenible. Sigo pensando que el día sin moto, aquí, en Valledupar, son los miércoles, y es la medida más eficaz y oportuna que se ha tomado. El único día que maneja uno tranquilamente sin estrés. Ese día es el único que uno se destreza, maneja sin desesperación ni preocupación, no se está pendiente que se atraviese una moto por cualquiera de los lados o se vea rodeado de veinte de esos vehículos en los semáforos.

Lo del mototaxismo es una bomba de tiempo, la gente se está volviendo bizca de tanto mirar a los lados e inclusive, muchos conductores han optado por colocar ocho retrovisores a sus vehículos para lograr una mejor visualización. Todos los días hay, por lo menos, diez accidentes ocasionando heridos y muertos, producto de la irresponsabilidad y de la imprudencia con que conducen los mototaxistas y especialmente del ningún respeto que tienen por las señales de tránsito y el semáforo en rojo. Pasarse un semáforo en rojo es mucho más grave que una simple infracción de tránsito. Es un delito que debe asimilarse a un intento de homicidio y castigarse como tal.

Pero si no respetan el semáforo en rojo, mucho menos el amarillo; estos señores, por lo general, inician la marcha cuando la luz del semáforo está en amarillo, esta es una señal de atención para que todos los conductores desalojen el cruce correspondiente, y los que no han llegado a él se abstengan de alcanzarlo. No es aceptable pasar la luz amarilla; aunque aquí nadie cumple con esto y se pasar por el forro esta señal.

Lo importante es que exista vigilancia efectiva y las multas se impongan sin contemplación, pero también sin excesos. Ya es hora de que la autoridad correspondiente adopte al respecto las medidas más drásticas, pues este delito, aunque no produzca accidentes, origina el delito de intento de homicidio, del mismo modo que lo comete quien dispara sobre una persona aunque no lo acierte.

Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Me estoy cansando de recomendar a los funcionarios públicos que ejecuten algunas propuestas que les he insinuado, sencillas, cuyo costo es irrisorio, pero nada, o son malos funcionarios o no leen prensa. Mis columnas traen consigo cargas de profundidad.

En mis escritos les doy martillazos al tránsito, al espacio público, al mototaxismo, al desempleo, a la inseguridad, al vandalismo, drogadicción y planeación, entre otros. Naturalmente, las puyas se las lleva el Tránsito Municipal por su permanente improvisación. Mi propósito no es amargarle la vida a los funcionarios son en volverme un buen columnista. Tengo cosas qué defender de Valledupar y las voy a defender. Lo que necesitamos los vallenatos es que mejoremos nuestro sistema de vida y que esta ciudad debe dar el salto definitivo para consolidarse más competitiva y sostenible en todos sus aspectos.

Postdata: Sigue el exalcalde Fredy Socarrás emproblemao con la justicia por ventas de otros lotes. Qué problema de algunos exalcaldes.

Columnista
29 mayo, 2019

El cuento del gallo capón

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

Este cuento del gallo capón que todos conocemos de nunca acabar y cada día la situación se torna peor. No respetan nada, y además son atrevidos, altaneros y peligrosos. Discutir o chocar con un mototaxista es poner en peligro la vida. Así de sencillo. Todas las medidas que se tomen sobre el mototaxismo son tardías […]


Este cuento del gallo capón que todos conocemos de nunca acabar y cada día la situación se torna peor. No respetan nada, y además son atrevidos, altaneros y peligrosos. Discutir o chocar con un mototaxista es poner en peligro la vida. Así de sencillo.

Todas las medidas que se tomen sobre el mototaxismo son tardías y de nada valen, son tardías, se le dejó coger vuelo hace mucho rato y ahora es incontenible. Sigo pensando que el día sin moto, aquí, en Valledupar, son los miércoles, y es la medida más eficaz y oportuna que se ha tomado. El único día que maneja uno tranquilamente sin estrés. Ese día es el único que uno se destreza, maneja sin desesperación ni preocupación, no se está pendiente que se atraviese una moto por cualquiera de los lados o se vea rodeado de veinte de esos vehículos en los semáforos.

Lo del mototaxismo es una bomba de tiempo, la gente se está volviendo bizca de tanto mirar a los lados e inclusive, muchos conductores han optado por colocar ocho retrovisores a sus vehículos para lograr una mejor visualización. Todos los días hay, por lo menos, diez accidentes ocasionando heridos y muertos, producto de la irresponsabilidad y de la imprudencia con que conducen los mototaxistas y especialmente del ningún respeto que tienen por las señales de tránsito y el semáforo en rojo. Pasarse un semáforo en rojo es mucho más grave que una simple infracción de tránsito. Es un delito que debe asimilarse a un intento de homicidio y castigarse como tal.

Pero si no respetan el semáforo en rojo, mucho menos el amarillo; estos señores, por lo general, inician la marcha cuando la luz del semáforo está en amarillo, esta es una señal de atención para que todos los conductores desalojen el cruce correspondiente, y los que no han llegado a él se abstengan de alcanzarlo. No es aceptable pasar la luz amarilla; aunque aquí nadie cumple con esto y se pasar por el forro esta señal.

Lo importante es que exista vigilancia efectiva y las multas se impongan sin contemplación, pero también sin excesos. Ya es hora de que la autoridad correspondiente adopte al respecto las medidas más drásticas, pues este delito, aunque no produzca accidentes, origina el delito de intento de homicidio, del mismo modo que lo comete quien dispara sobre una persona aunque no lo acierte.

Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Me estoy cansando de recomendar a los funcionarios públicos que ejecuten algunas propuestas que les he insinuado, sencillas, cuyo costo es irrisorio, pero nada, o son malos funcionarios o no leen prensa. Mis columnas traen consigo cargas de profundidad.

En mis escritos les doy martillazos al tránsito, al espacio público, al mototaxismo, al desempleo, a la inseguridad, al vandalismo, drogadicción y planeación, entre otros. Naturalmente, las puyas se las lleva el Tránsito Municipal por su permanente improvisación. Mi propósito no es amargarle la vida a los funcionarios son en volverme un buen columnista. Tengo cosas qué defender de Valledupar y las voy a defender. Lo que necesitamos los vallenatos es que mejoremos nuestro sistema de vida y que esta ciudad debe dar el salto definitivo para consolidarse más competitiva y sostenible en todos sus aspectos.

Postdata: Sigue el exalcalde Fredy Socarrás emproblemao con la justicia por ventas de otros lotes. Qué problema de algunos exalcaldes.