Se creó en febrero de este año un nuevo Comité Intergremial del departamento del Cesar cuyos miembros son los representantes de los gremios del sector productivo, constituido por la Cámara de Comercio, Fenalco, Cotelco (hoteleros), Camacol (constructores), Fedegan, Fenalce, Fedearroz, Federación Nacional de Cafeteros, Fedepalma, ACM (Asociación Colombiana de Minería). Están en proceso de ingreso Fendipetroleo, Fedecacao y la ACP (Asociación del petróleo). El agro, el comercio, el ramo de servicios, el minero, representados en el territorio departamental.

La creación del nuevo Intergremial fue fruto de la inactividad del anterior Intergremial desde el año 2011.

Ese fue un esfuerzo grande de varios actores, que se fue tejiendo con bastante dedicación, perseverancia, de meses y meses, superando egos, con respeto, tolerancia y entendimiento de la necesidad de identificar en sectores tan diversos objetivos colectivos. Muchos podrían tener intereses muy diversos pero complementarios, y aún los divergentes hallan un escenario para tramitar cualquier desencuentro en el propósito superior de hacer de la defensa del sector productivo privado, de la empresa como fundamento del progreso y el empleo regional – y desarrollando una relación respetuosa y armónica pero independiente de las instituciones y gobiernos, – lo que se denomina el bien común, el patrimonio de una sociedad de ciudadanos libres, informados y con clara identificación de sus intereses sectoriales y los intereses públicos y generales en nuestro departamento. Se designó como primer vocero al entusiasta joven Miguel Enrique Villazón Blay.

¡Pero ya se dio el primer asalto! Con ocasión de la selección del nuevo rector de la UPC – ¡¿qué tesoro guarda ésta?!- se revivió a última hora el comité anterior con reconocidas maniobras irregulares para registrar en la Cámara de Comercio una representación y vocería para de inmediato comunicar a la Universidad el nombre del representante gremial para participar con su voto clave en la escogencia del nuevo rector.

Rechazamos ese procedimiento de defenestración, un alevoso golpe de estado (que debe ser legalmente invalidado) que es un irrespeto a importantes gremios, y a la ciudadanía, que hilvanaron la reconstrucción de un gremio superior de coordinación de cuyo ejercicio y desempeño se finca en gran medida la suerte y el progreso del departamento, que se hará sentir hasta el propio gobierno e instituciones nacionales, como suele suceder en otras partes del país con este ‘gremio de gremios’.