Los escenarios deportivos de las ciudades principales de Colombia no pasan por su mejor momento en materia de infraestructura.
Con el duelo entre América y Millonarios, efectuado en el estadio Olímpico Pascual Guerrero, quedó en evidencia que mucho de los estadios del país carecen de logística y mantenimiento periódico.
Tras el imponente aguacero que cayó sobre la ciudad de Cali, los desagües del estadio colapsaron y fue necesario la intervención del cuerpo logístico con cepillo en mano para tratar de solventar la embarazosa situación.
Pero si miramos estadio por estadio, es preciso anotar que ni la casa de la Selección Colombia se salva, pues al Metropolitano de Barranquilla, solo este año se han hecho intervenciones en su gramilla al menos en cuatro oportunidades, algo que no debería suceder con frecuencia en un complejo deportivo de esta magnitud.
La naturaleza también a puesto su granito de arena para dejar en evidencia lo que acontece con algunos gramados. Por ejemplo, el estadio de Neiva, tiene un gramado seco y en algunas partes se le ve quemado, esto por las altas temperaturas que golpean a la capital del departamento del Huila.
Otros de los estadios que se encuentran en descuido son el Palo Grande de Manizales, estadio del segundo campeón de la Copa Libertadores en Colombia, el Once Caldas. Este escenario, aunque su gramilla se encuentra en buenas condiciones, su infraestructura física se ve bastante deteriorada.
Mientras algunos estadios del país se encuentran en reparaciones, otros están en mal estado, y sin embargo el fútbol continúa sin nadie que se interese por esta lamentable situación.
ROBERT CADAVID / EL PILÓN
[email protected]
Los escenarios deportivos de las ciudades principales de Colombia no pasan por su mejor momento en materia de infraestructura.
Con el duelo entre América y Millonarios, efectuado en el estadio Olímpico Pascual Guerrero, quedó en evidencia que mucho de los estadios del país carecen de logística y mantenimiento periódico.
Tras el imponente aguacero que cayó sobre la ciudad de Cali, los desagües del estadio colapsaron y fue necesario la intervención del cuerpo logístico con cepillo en mano para tratar de solventar la embarazosa situación.
Pero si miramos estadio por estadio, es preciso anotar que ni la casa de la Selección Colombia se salva, pues al Metropolitano de Barranquilla, solo este año se han hecho intervenciones en su gramilla al menos en cuatro oportunidades, algo que no debería suceder con frecuencia en un complejo deportivo de esta magnitud.
La naturaleza también a puesto su granito de arena para dejar en evidencia lo que acontece con algunos gramados. Por ejemplo, el estadio de Neiva, tiene un gramado seco y en algunas partes se le ve quemado, esto por las altas temperaturas que golpean a la capital del departamento del Huila.
Otros de los estadios que se encuentran en descuido son el Palo Grande de Manizales, estadio del segundo campeón de la Copa Libertadores en Colombia, el Once Caldas. Este escenario, aunque su gramilla se encuentra en buenas condiciones, su infraestructura física se ve bastante deteriorada.
Mientras algunos estadios del país se encuentran en reparaciones, otros están en mal estado, y sin embargo el fútbol continúa sin nadie que se interese por esta lamentable situación.
ROBERT CADAVID / EL PILÓN
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