Marzo es un mes con muchas celebraciones por decisión de las Naciones Unidas: El 8 de marzo Día Internacional de la mujer, el 21 Día Mundial de la poesía y el 22 Dia Mundial del agua. Además, el Consejo de Administración de la Organización Marítima Mundial (OMI), determinó el 17 de marzo, como el Día Mundial del mar; la iglesia católica en Colombia, el 19, fiesta de San José, como el Día del Hombre.

Es aceptable que, en Valledupar, la fecha del 17 de marzo pase desapercibida porque aquí no tenemos mar. Aquel sueño de Alfonso Campo Soto de abrir la carreta de Valledupar al mar, duerme en los anaqueles del olvido. Pero lo que es inadmisible que en las instituciones educativas y las instancias culturales no se celebre el Dia Mundial de la poesía. En Valledupar los periodistas, de manera insular, Jaime Pérez y Limedes Molina lideraron en sus programas radiales eventos poéticos.

La decisión de proclamar el 21 de marzo como Día Mundial de la poesía fue aprobada por la Unesco, en 1999, y el principal objetivo es promover la enseñanza de la poesía, que contribuye a la diversidad creativa, porque ella es luz en las ventanas de la imaginación y la epifanía de las metáforas. La poesía es puente de expresión que permite a las comunidades transmitir sus valores y restablecer el diálogo con las demás manifestaciones artísticas. Para Amalia Gieschen, poeta argentina, “es una expresión humana que trasciende lo cotidiano a través de una revolución del sentido en el corazón del lenguaje”.

Los poetas reconocidos en la región, entre ellos: Luis Mizar, Diomedes Daza, José Antonio Murgas, Pedro Olivella, Alberto Murgas, William Jiménez y Félix Molina. Uno de los poetas vallenatos de la oralidad era Efraín Quintero Araujo, estudioso de la historia y la cultura del hombre Caribe, y aficionado a los caballos de pasos finos. En su memoria, escribí este soneto. CABALLOS EN EL VALLE DE LA JUGLARÍA:

Este Valle de abundantes llanuras/ el verde adivinaba los caminos:/ albergues de caballos solferinos/ negros, blancos y de otras cataduras/. * Pedruscos de incisivas amarguras/ para los pies de jóvenes equinos/ que avanzaban con pasos saltarinos/ hasta moldear sus pasos en finuras/*.

Numerosos jinetes presenciaron/ aquellas sendas de caballería/ que los golpes de piedras fatigaron/*. Caballos de especial galantería/ orgullosos los abuelos cabalgaron/ por este Valle de la juglaría. *