En éste escrito pretendo generar estrategias de reflexión crítica que permitan profundizar en temas puntuales a nivel de nuestra cultura cotidiana; el objetivo no es otro que fortalecer competencias, reforzar conceptos metodológicos y ahondar en el despertar de conciencia a otra escala de valores dentro de la sociedad. No se justifica que en pleno siglo […]
En éste escrito pretendo generar estrategias de reflexión crítica que permitan profundizar en temas puntuales a nivel de nuestra cultura cotidiana; el objetivo no es otro que fortalecer competencias, reforzar conceptos metodológicos y ahondar en el despertar de conciencia a otra escala de valores dentro de la sociedad.
No se justifica que en pleno siglo XXI los niños en este país sean utilizados como simples mercancías, como carnadas para atrapar incautos a cambio de obtener prebendas que satisfagan los intereses de algunos padres sin escrúpulos; en múltiples ocasiones observamos en lugares concurridos y de constante tránsito de muchas ciudades de Colombia mujeres jóvenes, acompañadas de niños en brazos y otros de escasos años mendigando.
Las causas que motivan la existencia de estos hechos son diversas: económicas, carencia de recursos y oportunidades laborales; en éste contexto se encuentran personas sagaces que utilizan a los niños para su propio peculio, llevándolos irremediablemente a una postración de tipo emotivo y psicológico; pues los niños asimilan en si una noción que nacieron para pedir.
Es aquí donde debe intervenir con urgencias el ICBF, para que con programas e incentivos pertinentes al cuidado, protección y manutención de nuestros niños, se articulen acciones inmediatas para que al futuro sean útiles a la sociedad y no escorias de la mendicidad. En este espacio deben intervenir las autoridades competentes, erradicando la exposición de niños y/o explotando la fe pública.
Que éste mensaje conlleve a entender y generar en la conciencia de todos que los niños deben actuar y desenvolverse dentro de un escenario acogedor, armonioso y placentero, donde el estudio, la nutrición, la recreación y la protección sea vital para ellos; condiciones y virtudes que se verán reflejadas en el rendimiento académico, espiritual, emocional…
Cabe preguntar estos niños que observamos en los semáforos y parques ¿ A qué horas estudian? Por ello es importante que se debata constantemente para así adelantar procesos de reglamentación en el campo normativo y de tipo jurídico, tal como lo contempla nuestra Carta Magna y no solo se vea esto el día nacional o internacional del niño, cada año.
No está demás afirmar que cuando los padres han recibido una educación académica integral, tienen en su conciencia que la pareja debe tener los hijos acordados a quienes satisfagan en sus necesidades y no una chorrera que a la postre se hace incontrolable.
Lo cierto es que por el bienestar de nuestra niñez, ésta y futuras generaciones deben dar al máximo todo de sí para mejorar la calidad de vida de su propio seno familiar.
Los niños no deben ser objeto de manipulación; cuidarlos de hoy en adelante debe ser un reto para todos; sepultar de cualquier manera a esta realidad que origina tantas tragedias.
Así debe ser y de tal manera, debemos actuar, porque actualmente la realidad es otra, la mendicidad soportada en niños inocentes sigue creciendo día a día.
En éste escrito pretendo generar estrategias de reflexión crítica que permitan profundizar en temas puntuales a nivel de nuestra cultura cotidiana; el objetivo no es otro que fortalecer competencias, reforzar conceptos metodológicos y ahondar en el despertar de conciencia a otra escala de valores dentro de la sociedad. No se justifica que en pleno siglo […]
En éste escrito pretendo generar estrategias de reflexión crítica que permitan profundizar en temas puntuales a nivel de nuestra cultura cotidiana; el objetivo no es otro que fortalecer competencias, reforzar conceptos metodológicos y ahondar en el despertar de conciencia a otra escala de valores dentro de la sociedad.
No se justifica que en pleno siglo XXI los niños en este país sean utilizados como simples mercancías, como carnadas para atrapar incautos a cambio de obtener prebendas que satisfagan los intereses de algunos padres sin escrúpulos; en múltiples ocasiones observamos en lugares concurridos y de constante tránsito de muchas ciudades de Colombia mujeres jóvenes, acompañadas de niños en brazos y otros de escasos años mendigando.
Las causas que motivan la existencia de estos hechos son diversas: económicas, carencia de recursos y oportunidades laborales; en éste contexto se encuentran personas sagaces que utilizan a los niños para su propio peculio, llevándolos irremediablemente a una postración de tipo emotivo y psicológico; pues los niños asimilan en si una noción que nacieron para pedir.
Es aquí donde debe intervenir con urgencias el ICBF, para que con programas e incentivos pertinentes al cuidado, protección y manutención de nuestros niños, se articulen acciones inmediatas para que al futuro sean útiles a la sociedad y no escorias de la mendicidad. En este espacio deben intervenir las autoridades competentes, erradicando la exposición de niños y/o explotando la fe pública.
Que éste mensaje conlleve a entender y generar en la conciencia de todos que los niños deben actuar y desenvolverse dentro de un escenario acogedor, armonioso y placentero, donde el estudio, la nutrición, la recreación y la protección sea vital para ellos; condiciones y virtudes que se verán reflejadas en el rendimiento académico, espiritual, emocional…
Cabe preguntar estos niños que observamos en los semáforos y parques ¿ A qué horas estudian? Por ello es importante que se debata constantemente para así adelantar procesos de reglamentación en el campo normativo y de tipo jurídico, tal como lo contempla nuestra Carta Magna y no solo se vea esto el día nacional o internacional del niño, cada año.
No está demás afirmar que cuando los padres han recibido una educación académica integral, tienen en su conciencia que la pareja debe tener los hijos acordados a quienes satisfagan en sus necesidades y no una chorrera que a la postre se hace incontrolable.
Lo cierto es que por el bienestar de nuestra niñez, ésta y futuras generaciones deben dar al máximo todo de sí para mejorar la calidad de vida de su propio seno familiar.
Los niños no deben ser objeto de manipulación; cuidarlos de hoy en adelante debe ser un reto para todos; sepultar de cualquier manera a esta realidad que origina tantas tragedias.
Así debe ser y de tal manera, debemos actuar, porque actualmente la realidad es otra, la mendicidad soportada en niños inocentes sigue creciendo día a día.