La mala imagen de Electricaribe sigue tocando fondo y la constante discontinuidad del servicio no le ayuda, aunque no en todas las interrupciones tenga responsabilidad esta empresa.
La mala imagen de Electricaribe sigue tocando fondo y la constante discontinuidad del servicio no le ayuda, aunque no en todas las interrupciones tenga responsabilidad esta empresa. Hay un descontento general de la comunidad costeña, descontento que en las pasadas elecciones fue caballito de batalla de los políticos y seguro también lo será en las de este año.
Las constantes quejas por cobros exagerados y revisiones que casi siempre resultan en energía dejada de facturar son las situaciones más comunes que afectan a los usuarios que por redes sociales y medios masivos de comunicación no pierden oportunidad para denunciar los supuestos atropellos de la empresa de servicios públicos.
Todavía no es claro el futuro de Electricaribe, intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos desde el 15 de noviembre de 2016. El Gobierno Nacional está obligado a encontrar una solución definitiva para el servicio de energía eléctrica en la costa Caribe y para ello adelanta el proceso de búsqueda de un operador idóneo y eficiente.
Mientras tanto la Superservicios está comprometida con hacer un estricto seguimiento al plan de inversiones para mejorar el servicio de energía en la región Caribe, cuyo presupuesto asciende a los $125 mil millones. En ese sentido, ayer se dio a conocer los nombres de las personas que integrarán la Junta Consultiva de Electricaribe, encargada del seguimiento permanente a las inversiones y fortalecer el proceso de vigilancia con el fin de garantizar que efectivamente se mejore el servicio de energía eléctrica. Esperamos que los expertos seleccionados hagan un buen trabajo.
Se supone que los millonarios recursos destinados permitirán la adquisición de materiales, equipos y la contratación de obras necesarias para garantizar la adecuada y oportuna prestación del servicio de energía, pero el sentimiento que se percibe en las atiborradas salas de atención a los usuarios es de descontento y no hay mucho optimismo con respecto a la mejoría.
“Crea fama y échate a dormir”, es la frase que se ajusta a la realidad de Electricaribe, señalada con todo tipo de improperios por el apagón del lunes en Valledupar. Ayer, Epsa, una empresa Celsia, a la que el Gobierno le adjudicó la nueva bahía de transformación en la subestación Valledupar 220 kilovatios, en el marco del Plan5Caribe, explicó que el incidente se produjo por una falla en el cableado durante el periodo de pruebas de la ampliación realizada por la compañía en dicha subestación.
Lo cierto del oscuro panorama que se cierne sobre la situación de Electricaribe es que la mayor culpa recae en el Gobierno, que no ha logrado con los millonarios presupuestos que destina ni con el recaudo mensual de los usuarios garantizar la prestación de un óptimo servicio.
La mala imagen de Electricaribe sigue tocando fondo y la constante discontinuidad del servicio no le ayuda, aunque no en todas las interrupciones tenga responsabilidad esta empresa.
La mala imagen de Electricaribe sigue tocando fondo y la constante discontinuidad del servicio no le ayuda, aunque no en todas las interrupciones tenga responsabilidad esta empresa. Hay un descontento general de la comunidad costeña, descontento que en las pasadas elecciones fue caballito de batalla de los políticos y seguro también lo será en las de este año.
Las constantes quejas por cobros exagerados y revisiones que casi siempre resultan en energía dejada de facturar son las situaciones más comunes que afectan a los usuarios que por redes sociales y medios masivos de comunicación no pierden oportunidad para denunciar los supuestos atropellos de la empresa de servicios públicos.
Todavía no es claro el futuro de Electricaribe, intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos desde el 15 de noviembre de 2016. El Gobierno Nacional está obligado a encontrar una solución definitiva para el servicio de energía eléctrica en la costa Caribe y para ello adelanta el proceso de búsqueda de un operador idóneo y eficiente.
Mientras tanto la Superservicios está comprometida con hacer un estricto seguimiento al plan de inversiones para mejorar el servicio de energía en la región Caribe, cuyo presupuesto asciende a los $125 mil millones. En ese sentido, ayer se dio a conocer los nombres de las personas que integrarán la Junta Consultiva de Electricaribe, encargada del seguimiento permanente a las inversiones y fortalecer el proceso de vigilancia con el fin de garantizar que efectivamente se mejore el servicio de energía eléctrica. Esperamos que los expertos seleccionados hagan un buen trabajo.
Se supone que los millonarios recursos destinados permitirán la adquisición de materiales, equipos y la contratación de obras necesarias para garantizar la adecuada y oportuna prestación del servicio de energía, pero el sentimiento que se percibe en las atiborradas salas de atención a los usuarios es de descontento y no hay mucho optimismo con respecto a la mejoría.
“Crea fama y échate a dormir”, es la frase que se ajusta a la realidad de Electricaribe, señalada con todo tipo de improperios por el apagón del lunes en Valledupar. Ayer, Epsa, una empresa Celsia, a la que el Gobierno le adjudicó la nueva bahía de transformación en la subestación Valledupar 220 kilovatios, en el marco del Plan5Caribe, explicó que el incidente se produjo por una falla en el cableado durante el periodo de pruebas de la ampliación realizada por la compañía en dicha subestación.
Lo cierto del oscuro panorama que se cierne sobre la situación de Electricaribe es que la mayor culpa recae en el Gobierno, que no ha logrado con los millonarios presupuestos que destina ni con el recaudo mensual de los usuarios garantizar la prestación de un óptimo servicio.