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Columnista - 27 noviembre, 2018

La procesión que va por dentro

Las polvareda que levantó el sólo anuncio de gravar con la máxima tarifa del IVA a toda la canasta familiar concentró la atención de la opinión, distrayendo la atención sobre otros aspectos peliagudos, como lo son la multiplicidad de beneficios contemplados para las empresas que tienen un costo fiscal incalculable. Esta es la procesión que […]

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Las polvareda que levantó el sólo anuncio de gravar con la máxima tarifa del IVA a toda la canasta familiar concentró la atención de la opinión, distrayendo la atención sobre otros aspectos peliagudos, como lo son la multiplicidad de beneficios contemplados para las empresas que tienen un costo fiscal incalculable. Esta es la procesión que va por dentro. Veamos.

El Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla ha dicho que “necesitamos darle alivio a la excesiva carga tributaria que tienen las empresas en Colombia”. El Ministro carrasquilla arguye que “tenemos una estructura tributaria que castiga severamente el crecimiento.

Tenemos que arreglar ese problema”. Y esta es la fórmula para “arreglar ese problema” según el Presidente Duque: “debemos bajar impuestos (a las empresas) para que puedan generar más y mejor empleo”.

Cabe preguntarse qué tan “asfixiadas” están las empresas “con tanta carga tributaria”. Recordemos que en los últimos 26 años se han aprobado 14 reformas tributarias y la constante en todas ellas ha sido aliviarle la carga impositiva a las empresas. Huelga decir que lo que dejaron de pagar las empresas fue asumido por parte de la Nación con cargo al PGN.

Además, reforma tras reforma, se ha venido reduciendo la tasa impositiva sobre la renta de las empresas. Hoy está en el 33% y ahora se propone bajarla hasta el 30% a partir del 2021. Pero, hasta aquí estamos hablando de la tarifa nominal, de la cual hay que descontar las deducciones, exenciones y descuentos tributarios, las cuales, según reporte de la DIAN, le abren un boquete al fisco solo por concepto de impuesto de renta $13 billones.

Es una falacia, entonces, comparar la tarifa de impuesto a la renta que pagan las empresas en los demás países con los que compite Colombia con la tarifa nominal, que se ha llegado a tasar en el 69.9% (¡!) al sumar otras contribuciones distintas a las de renta y no con la tarifa real, que es la que en pagan.

Por ello preocupa sobremanera que en el tal Proyecto de ley de financiamiento no sólo se descarta de plano la posibilidad de revisar y hacer más selectivos estos beneficios tributarios, sino que se propone ampliarlos aún más, sin importar las afugias fiscales que agobian al país.

Se estima que de aprobarse estos beneficios, sumados a la reducción del impuesto de renta, tendrían un costo de $10 billones (¡!). Concluimos diciendo con Einstein que “locura es hacer lo mismo una y otra vez…y esperar resultados diferentes” ¡Así de claro!


Amylkar D. Acosta M1

Columnista
27 noviembre, 2018

La procesión que va por dentro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Amylkar D. Acosta

Las polvareda que levantó el sólo anuncio de gravar con la máxima tarifa del IVA a toda la canasta familiar concentró la atención de la opinión, distrayendo la atención sobre otros aspectos peliagudos, como lo son la multiplicidad de beneficios contemplados para las empresas que tienen un costo fiscal incalculable. Esta es la procesión que […]


Las polvareda que levantó el sólo anuncio de gravar con la máxima tarifa del IVA a toda la canasta familiar concentró la atención de la opinión, distrayendo la atención sobre otros aspectos peliagudos, como lo son la multiplicidad de beneficios contemplados para las empresas que tienen un costo fiscal incalculable. Esta es la procesión que va por dentro. Veamos.

El Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla ha dicho que “necesitamos darle alivio a la excesiva carga tributaria que tienen las empresas en Colombia”. El Ministro carrasquilla arguye que “tenemos una estructura tributaria que castiga severamente el crecimiento.

Tenemos que arreglar ese problema”. Y esta es la fórmula para “arreglar ese problema” según el Presidente Duque: “debemos bajar impuestos (a las empresas) para que puedan generar más y mejor empleo”.

Cabe preguntarse qué tan “asfixiadas” están las empresas “con tanta carga tributaria”. Recordemos que en los últimos 26 años se han aprobado 14 reformas tributarias y la constante en todas ellas ha sido aliviarle la carga impositiva a las empresas. Huelga decir que lo que dejaron de pagar las empresas fue asumido por parte de la Nación con cargo al PGN.

Además, reforma tras reforma, se ha venido reduciendo la tasa impositiva sobre la renta de las empresas. Hoy está en el 33% y ahora se propone bajarla hasta el 30% a partir del 2021. Pero, hasta aquí estamos hablando de la tarifa nominal, de la cual hay que descontar las deducciones, exenciones y descuentos tributarios, las cuales, según reporte de la DIAN, le abren un boquete al fisco solo por concepto de impuesto de renta $13 billones.

Es una falacia, entonces, comparar la tarifa de impuesto a la renta que pagan las empresas en los demás países con los que compite Colombia con la tarifa nominal, que se ha llegado a tasar en el 69.9% (¡!) al sumar otras contribuciones distintas a las de renta y no con la tarifa real, que es la que en pagan.

Por ello preocupa sobremanera que en el tal Proyecto de ley de financiamiento no sólo se descarta de plano la posibilidad de revisar y hacer más selectivos estos beneficios tributarios, sino que se propone ampliarlos aún más, sin importar las afugias fiscales que agobian al país.

Se estima que de aprobarse estos beneficios, sumados a la reducción del impuesto de renta, tendrían un costo de $10 billones (¡!). Concluimos diciendo con Einstein que “locura es hacer lo mismo una y otra vez…y esperar resultados diferentes” ¡Así de claro!


Amylkar D. Acosta M1