Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan exhortan al gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, para que ordene a quien corresponda la pronta puesta en funcionamiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional, en La Paz, porque, así como van las cosas, lo que se vislumbra es la puesta en marcha de la más monumental […]
Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan exhortan al gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, para que ordene a quien corresponda la pronta puesta en funcionamiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional, en La Paz, porque, así como van las cosas, lo que se vislumbra es la puesta en marcha de la más monumental infamia ocurrida en nuestra vida republicana.
Yo, les doy toda la razón a mis consejeros y hasta aplaudo todas sus críticas y gestiones para que la obra construida con $62 mil millones, no vaya quedar a la intemperie y en “manos” de cuatro avivatos.
Mis consejeros, apreciado gobernador Ovalle Angarita, están reclamando que, si usted inauguró la obra, con bombos y platillos, hace unos meses, entonces lo más prudente es que empiece a funcionar.
Lo que alegan mis consejeros es que no se puede estar dilatando más la puesta en funcionamiento de dicha sede universitaria, porque hay cientos de bachilleres y de padres de familias esperando con clamor dicha institución. Las obras se inauguran para ponerse en funcionamiento, de lo contrario todo es un fracaso, es una ignominia.
Mejor, ese dinero de $62 mil millones se hubieran invertido en la Universidad Popular del Cesar y seguramente hoy tendríamos a estudiantes pagando $100 mil y $150 mil pesos por matriculas por semestre. Estamos hablando de casi veinte mil, estudiantes. Todos oriundos de Chimichagua, Valledupar, Codazzi, Astrea, Aguachica, Bosconia, El Copey, La Paz, San Juan, Fonseca, Urumita, etc., del Cesar y La Guajira.
Le corresponde a usted señor Gobernador “apurar” lo que tenga que “apurar”, para que la sede de la Nacional funcione. Porque no solo de ladrillos y caminos engalanados se compone una sede universitaria. Allí fue inaugurada una infraestructura, pero faltan laboratorios, biblioteca, pupitres, docentes y personal administrativo, también estudiantes.
Nos han mentido dos rectores de la Nacional, Moisés Wasserman e Ignacio Mantilla. Ambos dijeron en su momento que esta sede caribe era para albergar a los estudiantes de la región, en pregrado. Incluso, dijeron que hasta programa de medicina y odontología iban a ofertar. En fin, mintieron en todo.
Sin embargo, todo se circunscribe a que van a ofertar cursos, diplomados, hasta piensan en preuniversitario, en fin, nada que ver con pregrado.
Para colmo, la actual rectora, Dolly Montoya, publicó el quince de septiembre pasado una columna en el periódico El Espectador titulada: La Paz para la región Caribe, la nueva sede de la Universidad Nacional. En sus comentarios dijo: “Sin embargo, aunque recibimos las instalaciones, la inauguración oficial de la sede con la indispensable apertura de carreras universitarias se llevará a cabo única y exclusivamente cuando dispongamos de los recursos prometidos por el Gobierno Nacional para la conformación de la planta docente de la sede de La Paz. Por el momento, en el momento, en el año 2019, la Universidad comenzará con la admisión de estudiantes de la región mediante el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama) en 74 programas. Estos estudiantes iniciarán sus estudios en la sede por máximo cuatro semestres y viajarán a completar sus estudios en las sedes de Bogotá, Medellín, Manizales o Palmira”.
Fíjense que la rectora no habla de iniciar pregrado en la sede del Cesar. Habla del ciclo básico y esto es lo que preocupa, porque la sede tiene solo paredes y pisos. ¿La doctora Montoya también le está mintiendo al Cesar?, ¿quién aclara esto? Hasta la próxima semana.
Por Aquilino Cotes Zuleta [email protected] @tiochiro
Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan exhortan al gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, para que ordene a quien corresponda la pronta puesta en funcionamiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional, en La Paz, porque, así como van las cosas, lo que se vislumbra es la puesta en marcha de la más monumental […]
Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan exhortan al gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, para que ordene a quien corresponda la pronta puesta en funcionamiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional, en La Paz, porque, así como van las cosas, lo que se vislumbra es la puesta en marcha de la más monumental infamia ocurrida en nuestra vida republicana.
Yo, les doy toda la razón a mis consejeros y hasta aplaudo todas sus críticas y gestiones para que la obra construida con $62 mil millones, no vaya quedar a la intemperie y en “manos” de cuatro avivatos.
Mis consejeros, apreciado gobernador Ovalle Angarita, están reclamando que, si usted inauguró la obra, con bombos y platillos, hace unos meses, entonces lo más prudente es que empiece a funcionar.
Lo que alegan mis consejeros es que no se puede estar dilatando más la puesta en funcionamiento de dicha sede universitaria, porque hay cientos de bachilleres y de padres de familias esperando con clamor dicha institución. Las obras se inauguran para ponerse en funcionamiento, de lo contrario todo es un fracaso, es una ignominia.
Mejor, ese dinero de $62 mil millones se hubieran invertido en la Universidad Popular del Cesar y seguramente hoy tendríamos a estudiantes pagando $100 mil y $150 mil pesos por matriculas por semestre. Estamos hablando de casi veinte mil, estudiantes. Todos oriundos de Chimichagua, Valledupar, Codazzi, Astrea, Aguachica, Bosconia, El Copey, La Paz, San Juan, Fonseca, Urumita, etc., del Cesar y La Guajira.
Le corresponde a usted señor Gobernador “apurar” lo que tenga que “apurar”, para que la sede de la Nacional funcione. Porque no solo de ladrillos y caminos engalanados se compone una sede universitaria. Allí fue inaugurada una infraestructura, pero faltan laboratorios, biblioteca, pupitres, docentes y personal administrativo, también estudiantes.
Nos han mentido dos rectores de la Nacional, Moisés Wasserman e Ignacio Mantilla. Ambos dijeron en su momento que esta sede caribe era para albergar a los estudiantes de la región, en pregrado. Incluso, dijeron que hasta programa de medicina y odontología iban a ofertar. En fin, mintieron en todo.
Sin embargo, todo se circunscribe a que van a ofertar cursos, diplomados, hasta piensan en preuniversitario, en fin, nada que ver con pregrado.
Para colmo, la actual rectora, Dolly Montoya, publicó el quince de septiembre pasado una columna en el periódico El Espectador titulada: La Paz para la región Caribe, la nueva sede de la Universidad Nacional. En sus comentarios dijo: “Sin embargo, aunque recibimos las instalaciones, la inauguración oficial de la sede con la indispensable apertura de carreras universitarias se llevará a cabo única y exclusivamente cuando dispongamos de los recursos prometidos por el Gobierno Nacional para la conformación de la planta docente de la sede de La Paz. Por el momento, en el momento, en el año 2019, la Universidad comenzará con la admisión de estudiantes de la región mediante el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama) en 74 programas. Estos estudiantes iniciarán sus estudios en la sede por máximo cuatro semestres y viajarán a completar sus estudios en las sedes de Bogotá, Medellín, Manizales o Palmira”.
Fíjense que la rectora no habla de iniciar pregrado en la sede del Cesar. Habla del ciclo básico y esto es lo que preocupa, porque la sede tiene solo paredes y pisos. ¿La doctora Montoya también le está mintiendo al Cesar?, ¿quién aclara esto? Hasta la próxima semana.
Por Aquilino Cotes Zuleta [email protected] @tiochiro