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Columnista - 31 octubre, 2018

Dos tragedias en las familias Ramírez Galván

De manera intempestiva han muerto en los últimos días dos miembros de las familias Ramírez Mieles y Galván Guillén, de Manaure y Pailitas (Cesar), lo que ha provocado una honda consternación entre sus amigos y parientes. Son familias queridas, acrisoladas y hacendosas, tienen cruce de apellidos por lo que me hacen ser familiar de sus […]

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De manera intempestiva han muerto en los últimos días dos miembros de las familias Ramírez Mieles y Galván Guillén, de Manaure y Pailitas (Cesar), lo que ha provocado una honda consternación entre sus amigos y parientes. Son familias queridas, acrisoladas y hacendosas, tienen cruce de apellidos por lo que me hacen ser familiar de sus familiares. 

El 21 de octubre falleció Jesús María Castilla Ramírez, a sus 88 años, el último de los hermanos de mi mamá Dominga Zuleta Ramírez (+). Ese domingo día del sepelio en Manaure, nos reunimos los sobrinos y demás familiares de tío “Chuva”, como le decíamos por cariño.

Nuestro tío, Jesús María, fue un hombre relevante, criado a la usanza por sus padres Rosario Ramírez y Luis Castilla, en Manaure, junto a sus demás hermanos. Caminador de pueblos y parrandero, cuando en el enclave La Paz – Manaure – La Jagua – El Plan se daba por doquier la alegría, la gente vivía tranquila. Era la época de Alejandro Cotes Oñate, “Lola” Muñoz, Rudecindo Daza, Emiliano Zuleta, Josefina Castro, Toño Salas, La Vieja Sara, Amador Ovalle, “Juancho” Martínez, Guillermo Araque, Simón Salas, “Poncho” Cotes, Juan Manuel Muegues, Alfonso Murgas, Rosario Cotes, Nicia Martínez y otros personajes que tanto mencionaba en sus historias mi papá Aquilino Alejandro Cotes Calderón.  

Ese día del sepelio, con la solidaridad de amigos recorrimos la iglesia de Manaure, hasta llegar al cementerio, mis hermanos (8), primos y demás familiares. Luego al caer la tarde empezamos a conocernos todos los primos que habíamos llegado procedentes de Valledupar, Santa Marta, Villanueva y de otras ciudades.

Cinco días después (25 de octubre) sucedió otra tragedia. En un accidente de tránsito cerca del municipio de Bosconia, cuando se desplazaba con un grupo de misioneros de Norteamérica, falleció Farides Galván Guillen, de 62 años, nacida en Pailitas, esposa de Rafael Ramírez Oñate, quien deja siete hijos: Juan Carlos, Benjamín, Nelson, René, Horly, Jorge Isaac y Camilo Moisés Ramírez Galván, todos miembros de la misma congregación de su amada madre.  

Farides, quien era pastora de la Iglesia Cristiana Centro Bíblico Internacional Emanuel, también era la representante legal de la Fundación para el Bienestar Social de la Comunidad (FUNDAPROBIC).  A través de esta empresa social, Farides María desarrollaba todos los días servicios a madres comunitarias, a niños y a los ancianos de escasos recursos económicos del departamento del Magdalena y especialmente en Santa Marta. “Farides era como una madre para todas nosotras, era nuestra luz y nuestro horizonte”, dijo la señora Luz Lozada.  Era ampliamente conocida por todos los estratos sociales, por su trabajo altruista a favor de los más necesitados y para los más vulnerables. 

Su sepelio se realizó en Santa Marta, en medio del dolor de una multitud que colmó la avenida Libertador y las calles.  Su cuerpo fue expuesto en la sala de la Iglesia Cristiana Centro Bíblico Internacional Emanuel, en donde le brindaron un multitudinario homenaje póstumo sus amigos, feligreses, familiares y su hijo Camilo, quien es pastor de juventudes de dicha iglesia.   

Posteriormente su féretro fue conducido por sus hijos por una calle de honor en medio de aplausos de la gente y con cantos de alabanzas por esta mujer (Farides) quien en vida logró canalizar y llevar tantas soluciones para las personas desamparadas. Fue una mujer querida por todos.

Finalmente, en medio de la multitud fue sepultada en Jardines de Paz, en Santa Marta, mientras la nostalgia consume a sus hijos, familiares y amigos. Paz en su tumba y condolencias para todas sus familias. Hasta la próxima semana.

[email protected]   @tiochiro. 

Por Aquilino Cotes Zuleta

Columnista
31 octubre, 2018

Dos tragedias en las familias Ramírez Galván

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

De manera intempestiva han muerto en los últimos días dos miembros de las familias Ramírez Mieles y Galván Guillén, de Manaure y Pailitas (Cesar), lo que ha provocado una honda consternación entre sus amigos y parientes. Son familias queridas, acrisoladas y hacendosas, tienen cruce de apellidos por lo que me hacen ser familiar de sus […]


De manera intempestiva han muerto en los últimos días dos miembros de las familias Ramírez Mieles y Galván Guillén, de Manaure y Pailitas (Cesar), lo que ha provocado una honda consternación entre sus amigos y parientes. Son familias queridas, acrisoladas y hacendosas, tienen cruce de apellidos por lo que me hacen ser familiar de sus familiares. 

El 21 de octubre falleció Jesús María Castilla Ramírez, a sus 88 años, el último de los hermanos de mi mamá Dominga Zuleta Ramírez (+). Ese domingo día del sepelio en Manaure, nos reunimos los sobrinos y demás familiares de tío “Chuva”, como le decíamos por cariño.

Nuestro tío, Jesús María, fue un hombre relevante, criado a la usanza por sus padres Rosario Ramírez y Luis Castilla, en Manaure, junto a sus demás hermanos. Caminador de pueblos y parrandero, cuando en el enclave La Paz – Manaure – La Jagua – El Plan se daba por doquier la alegría, la gente vivía tranquila. Era la época de Alejandro Cotes Oñate, “Lola” Muñoz, Rudecindo Daza, Emiliano Zuleta, Josefina Castro, Toño Salas, La Vieja Sara, Amador Ovalle, “Juancho” Martínez, Guillermo Araque, Simón Salas, “Poncho” Cotes, Juan Manuel Muegues, Alfonso Murgas, Rosario Cotes, Nicia Martínez y otros personajes que tanto mencionaba en sus historias mi papá Aquilino Alejandro Cotes Calderón.  

Ese día del sepelio, con la solidaridad de amigos recorrimos la iglesia de Manaure, hasta llegar al cementerio, mis hermanos (8), primos y demás familiares. Luego al caer la tarde empezamos a conocernos todos los primos que habíamos llegado procedentes de Valledupar, Santa Marta, Villanueva y de otras ciudades.

Cinco días después (25 de octubre) sucedió otra tragedia. En un accidente de tránsito cerca del municipio de Bosconia, cuando se desplazaba con un grupo de misioneros de Norteamérica, falleció Farides Galván Guillen, de 62 años, nacida en Pailitas, esposa de Rafael Ramírez Oñate, quien deja siete hijos: Juan Carlos, Benjamín, Nelson, René, Horly, Jorge Isaac y Camilo Moisés Ramírez Galván, todos miembros de la misma congregación de su amada madre.  

Farides, quien era pastora de la Iglesia Cristiana Centro Bíblico Internacional Emanuel, también era la representante legal de la Fundación para el Bienestar Social de la Comunidad (FUNDAPROBIC).  A través de esta empresa social, Farides María desarrollaba todos los días servicios a madres comunitarias, a niños y a los ancianos de escasos recursos económicos del departamento del Magdalena y especialmente en Santa Marta. “Farides era como una madre para todas nosotras, era nuestra luz y nuestro horizonte”, dijo la señora Luz Lozada.  Era ampliamente conocida por todos los estratos sociales, por su trabajo altruista a favor de los más necesitados y para los más vulnerables. 

Su sepelio se realizó en Santa Marta, en medio del dolor de una multitud que colmó la avenida Libertador y las calles.  Su cuerpo fue expuesto en la sala de la Iglesia Cristiana Centro Bíblico Internacional Emanuel, en donde le brindaron un multitudinario homenaje póstumo sus amigos, feligreses, familiares y su hijo Camilo, quien es pastor de juventudes de dicha iglesia.   

Posteriormente su féretro fue conducido por sus hijos por una calle de honor en medio de aplausos de la gente y con cantos de alabanzas por esta mujer (Farides) quien en vida logró canalizar y llevar tantas soluciones para las personas desamparadas. Fue una mujer querida por todos.

Finalmente, en medio de la multitud fue sepultada en Jardines de Paz, en Santa Marta, mientras la nostalgia consume a sus hijos, familiares y amigos. Paz en su tumba y condolencias para todas sus familias. Hasta la próxima semana.

[email protected]   @tiochiro. 

Por Aquilino Cotes Zuleta