Asistí junto con mi familia, y por invitación de mi hija Adriana Patricia, a ver una función en el Teatro Maderos de esta ciudad, situado en pleno Centro Histórico, al frente de las oficinas de El Pilón. Al momento de comprar las boletas que se expenden en el mismo Teatro, desde el jueves a las […]
Asistí junto con mi familia, y por invitación de mi hija Adriana Patricia, a ver una función en el Teatro Maderos de esta ciudad, situado en pleno Centro Histórico, al frente de las oficinas de El Pilón. Al momento de comprar las boletas que se expenden en el mismo Teatro, desde el jueves a las 4 p.m. y cuyo precio es bastante razonable, la vendedora me advirtió que debía ser muy puntual porque la función empezaba a las 7 p.m. Así lo hicimos, y me sorprendió gratamente, ver a un numeroso grupo de personas, en sala de espera. La obra: “Médico a palos” del dramaturgo y actor francés Moliere, tuvo como preámbulo las advertencias normales en relación con silenciar los celulares, guardar silencio etc. Aparecen en escena un grupo no mayor a seis actores, cada uno con un rol diferente, que nos metieron rápidamente en la trama. La adaptación de la obra tuvo el gran acierto de añadirle como ingrediente especial, aspectos propios de nuestra cultura, es así como en medio de las escenas sonaron varios temas de Calixto Ochoa, en su propia voz, tales como La palomita volantona, el calabocito alumbrador y mi color moreno, entre otros, y unas pinceladas de humor que fueron del agrado de todos. Hubo entrega por parte de los actores, y el reconocimiento del público al final de la obra, con un sonoro aplauso.
El director Deiler Díaz, agradeció el apoyo del público, e hizo la presentación de los actores, además permitió que el público tuviera contacto con los actores, y hasta se tomaran la famosa “selfi”.
En realidad fue una velada mágica, inolvidable, y sentí una inmensa alegría porque Valledupar, mi terruño amado, tenga este tipo de entretenimiento pensado para toda la familia, y que sirve para fomentar la cultura. El Teatro Maderos cuenta en la actualidad con el apoyo del Ministerio de Cultura, pero se requiere más apoyo, ojalá, por parte de la empresa privada, pues se hacen necesarias algunas adecuaciones urgentes.
Solo me resta invitarlos a que se den la oportunidad de visitar el Teatro Maderos y disfruten de un género artístico, diferente, cautivador y divertido, donde tendrán la oportunidad de interactuar con los actores, a diferencia del cine. Las funciones que se presentarán próximamente, están anunciadas a través de las redes sociales, y para los que no están en la onda de la cibernética, pueden ver el anuncio mediante un cartel fijado a la entrada del Teatro. Cuenta además con un amplio parqueadero donde podrá dejar su vehículo, sin ningún problema. Con esto termino. ¡Se cierra el telón! [email protected]
Por Darío Arregocés
Asistí junto con mi familia, y por invitación de mi hija Adriana Patricia, a ver una función en el Teatro Maderos de esta ciudad, situado en pleno Centro Histórico, al frente de las oficinas de El Pilón. Al momento de comprar las boletas que se expenden en el mismo Teatro, desde el jueves a las […]
Asistí junto con mi familia, y por invitación de mi hija Adriana Patricia, a ver una función en el Teatro Maderos de esta ciudad, situado en pleno Centro Histórico, al frente de las oficinas de El Pilón. Al momento de comprar las boletas que se expenden en el mismo Teatro, desde el jueves a las 4 p.m. y cuyo precio es bastante razonable, la vendedora me advirtió que debía ser muy puntual porque la función empezaba a las 7 p.m. Así lo hicimos, y me sorprendió gratamente, ver a un numeroso grupo de personas, en sala de espera. La obra: “Médico a palos” del dramaturgo y actor francés Moliere, tuvo como preámbulo las advertencias normales en relación con silenciar los celulares, guardar silencio etc. Aparecen en escena un grupo no mayor a seis actores, cada uno con un rol diferente, que nos metieron rápidamente en la trama. La adaptación de la obra tuvo el gran acierto de añadirle como ingrediente especial, aspectos propios de nuestra cultura, es así como en medio de las escenas sonaron varios temas de Calixto Ochoa, en su propia voz, tales como La palomita volantona, el calabocito alumbrador y mi color moreno, entre otros, y unas pinceladas de humor que fueron del agrado de todos. Hubo entrega por parte de los actores, y el reconocimiento del público al final de la obra, con un sonoro aplauso.
El director Deiler Díaz, agradeció el apoyo del público, e hizo la presentación de los actores, además permitió que el público tuviera contacto con los actores, y hasta se tomaran la famosa “selfi”.
En realidad fue una velada mágica, inolvidable, y sentí una inmensa alegría porque Valledupar, mi terruño amado, tenga este tipo de entretenimiento pensado para toda la familia, y que sirve para fomentar la cultura. El Teatro Maderos cuenta en la actualidad con el apoyo del Ministerio de Cultura, pero se requiere más apoyo, ojalá, por parte de la empresa privada, pues se hacen necesarias algunas adecuaciones urgentes.
Solo me resta invitarlos a que se den la oportunidad de visitar el Teatro Maderos y disfruten de un género artístico, diferente, cautivador y divertido, donde tendrán la oportunidad de interactuar con los actores, a diferencia del cine. Las funciones que se presentarán próximamente, están anunciadas a través de las redes sociales, y para los que no están en la onda de la cibernética, pueden ver el anuncio mediante un cartel fijado a la entrada del Teatro. Cuenta además con un amplio parqueadero donde podrá dejar su vehículo, sin ningún problema. Con esto termino. ¡Se cierra el telón! [email protected]
Por Darío Arregocés