Las cámaras de seguridad que vigilan las calles de Valledupar, cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. A diario se producen capturas gracias a las imágenes captadas en ellas. En muchos de estos casos, el registro del video ha sido prueba clave para que los jueces profieran condenas ejemplares. En un mundo […]
Las cámaras de seguridad que vigilan las calles de Valledupar, cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. A diario se producen capturas gracias a las imágenes captadas en ellas. En muchos de estos casos, el registro del video ha sido prueba clave para que los jueces profieran condenas ejemplares.
En un mundo en el que la delincuencia parece ir siempre delante de las autoridades encargadas de combatirla, el sistema de vigilancia electrónica ha terminado en convertirse en herramienta importante. Los tales artefactos han ayudado a identificar, capturar y procesar a peligrosos delincuentes.
Yo diría que estos sistemas electrónicos de vigilancia sean para la Policía más importante que sus armas de dotación, lo que es sinónimo de poner más acento en la prevención que en la represión, como debe ser.
Y es que estos ojos electrónicos que vigilan son, además una invaluable ayuda para dar con los responsables de los delitos, un eficaz disuasivo del crimen y un insumo fundamental para tomar decisiones que sirvan para reforzar la seguridad pública en zonas específicas de Valledupar.
Tal vez como nunca antes, vale la advertencia para los que violan la ley y le apuestan a salir ganando de la inveterada impunidad que padece nuestra ciudad hace décadas: Que sepan que alguien los mira.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Comenzaré por hacer un comentario de personas que se destacan en la ciudad, una de ellas es el actual comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel Mauricio Pedraza, quien impulsó los programas banderas de los frentes de seguridad, que no son otra cosa que la comunidad organizada por sectores o cuadras para su seguridad, asimismo desarrollar programas para mejorar la calidad de vida de la misma comunidad y la intervención de sectores que son focos de expendio y consumo de estupefacientes.
El coronel Mauricio Pedraza es un destacado oficial de la Policía, calidoso, como suele decirse. Es dechado de sensibilidad, para la comunidad que así lo reconoce. Felicitación mi distinguido coronel Mauricio.
El ruido no deja dormir a muchos vallenatos. Sería bueno que nuestro activo secretario de Gobierno, Gonzalo Arzuza, ponga a funcionar el uso de los sonómetros, los aparatos que miden los niveles de ruido y controles a la contaminación auditiva. Los bares y cantinas no son los únicos que hoy trasnochan o desesperan a la ciudadanía; también las fiestas ruidosas, pasacintas y CD puestos en los vehículos a todo volumen en las madrugadas. Le agradecemos Gonzalo.
Y abundan los informales por cuadra, quien camina por la Carrera 7, puede encontrar a diario muchos vendedores ambulantes (ni se diga de los estacionarios), que además se parquean en medio de la vía obstaculizando el paso a vehículos y peatones. Lo anterior ocurre ante la vista de las autoridades, pues la Policía Estacionaria y la que hace constantes rondas por la vía no retira a los vendedores (he puesto la queja de los mototaxistas que abundan en la Carrera 7). Ni qué decir de la invasión del espacio público que en la zona peatonalizada es crítica. Sería buena una mesa liderada por el señor Alcalde para evaluar la forma más adecuada de tratar las ventas informales en la zona peatonal de esta carrera y zonas aledañas.
Postdata: Le preguntaba su mujer a uno de mis amigos de tertulia: ¿No te cansas de beber tanto? Le contesta mi amigo: No, porque bebo sentado.
Por Alberto Herazo Palmera
Las cámaras de seguridad que vigilan las calles de Valledupar, cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. A diario se producen capturas gracias a las imágenes captadas en ellas. En muchos de estos casos, el registro del video ha sido prueba clave para que los jueces profieran condenas ejemplares. En un mundo […]
Las cámaras de seguridad que vigilan las calles de Valledupar, cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. A diario se producen capturas gracias a las imágenes captadas en ellas. En muchos de estos casos, el registro del video ha sido prueba clave para que los jueces profieran condenas ejemplares.
En un mundo en el que la delincuencia parece ir siempre delante de las autoridades encargadas de combatirla, el sistema de vigilancia electrónica ha terminado en convertirse en herramienta importante. Los tales artefactos han ayudado a identificar, capturar y procesar a peligrosos delincuentes.
Yo diría que estos sistemas electrónicos de vigilancia sean para la Policía más importante que sus armas de dotación, lo que es sinónimo de poner más acento en la prevención que en la represión, como debe ser.
Y es que estos ojos electrónicos que vigilan son, además una invaluable ayuda para dar con los responsables de los delitos, un eficaz disuasivo del crimen y un insumo fundamental para tomar decisiones que sirvan para reforzar la seguridad pública en zonas específicas de Valledupar.
Tal vez como nunca antes, vale la advertencia para los que violan la ley y le apuestan a salir ganando de la inveterada impunidad que padece nuestra ciudad hace décadas: Que sepan que alguien los mira.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Comenzaré por hacer un comentario de personas que se destacan en la ciudad, una de ellas es el actual comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel Mauricio Pedraza, quien impulsó los programas banderas de los frentes de seguridad, que no son otra cosa que la comunidad organizada por sectores o cuadras para su seguridad, asimismo desarrollar programas para mejorar la calidad de vida de la misma comunidad y la intervención de sectores que son focos de expendio y consumo de estupefacientes.
El coronel Mauricio Pedraza es un destacado oficial de la Policía, calidoso, como suele decirse. Es dechado de sensibilidad, para la comunidad que así lo reconoce. Felicitación mi distinguido coronel Mauricio.
El ruido no deja dormir a muchos vallenatos. Sería bueno que nuestro activo secretario de Gobierno, Gonzalo Arzuza, ponga a funcionar el uso de los sonómetros, los aparatos que miden los niveles de ruido y controles a la contaminación auditiva. Los bares y cantinas no son los únicos que hoy trasnochan o desesperan a la ciudadanía; también las fiestas ruidosas, pasacintas y CD puestos en los vehículos a todo volumen en las madrugadas. Le agradecemos Gonzalo.
Y abundan los informales por cuadra, quien camina por la Carrera 7, puede encontrar a diario muchos vendedores ambulantes (ni se diga de los estacionarios), que además se parquean en medio de la vía obstaculizando el paso a vehículos y peatones. Lo anterior ocurre ante la vista de las autoridades, pues la Policía Estacionaria y la que hace constantes rondas por la vía no retira a los vendedores (he puesto la queja de los mototaxistas que abundan en la Carrera 7). Ni qué decir de la invasión del espacio público que en la zona peatonalizada es crítica. Sería buena una mesa liderada por el señor Alcalde para evaluar la forma más adecuada de tratar las ventas informales en la zona peatonal de esta carrera y zonas aledañas.
Postdata: Le preguntaba su mujer a uno de mis amigos de tertulia: ¿No te cansas de beber tanto? Le contesta mi amigo: No, porque bebo sentado.
Por Alberto Herazo Palmera