El periodista Jairo Arzuaga sobrevivió al accidente en el que pereció el reconocido botánico, José Arroyo Ortega.
Momentos muy difíciles vivieron el periodista Jairo Arzuaga Jaimes, su hijo de 10 años y la esposa del botánico, José Arroyo Ortega al momento que el carro comenzó a dar volteretas, accidente en el que resultó muerto este último, al quedarle la cabeza aprisionada entre la cabina del vehículo y el árbol con el cual impactó violentamente.
Lea aquí también: En accidente de tránsito muere el botánico José Arroyo
El periodista explicó que ellos al llegar a El Copey aprovisionaron el automotor en la última estación de gasolina para poder llegar a Barranquilla, pero que al pasar el último resalto que hay en el corregimiento de Caracolicito el carro comenzó a coger viaje. “Sentí que algo traqueó en la parte de atrás y se salió una de las llantas.
El carro cayó de ese lado, perdió estabilidad y comenzó a dar volteretas, o vueltas de campana. Dio como cuatro vueltas, en ese momento lo único que hice fue encomendarme a Dios, pensaba en mi hijo, lo abrasé y le agarré la cabeza, y cuando el vehículo se detiene con el impacto en el árbol buscaba por donde salir, afortunadamente el vidrio panorámico de atrás se salió y por ese lugar pude salir y auxiliar a mi hijo y a Patricia Boneth, la esposa de mi compadre José Arroyo. Traté de evacuarlo a él también, pero me fue imposible, porque quedó aprisionado en la cabina, especialmente la cabeza, lo que le causó la muerte”.
Por Abdel Martínez Pérez / EL PILÓN
El periodista Jairo Arzuaga sobrevivió al accidente en el que pereció el reconocido botánico, José Arroyo Ortega.
Momentos muy difíciles vivieron el periodista Jairo Arzuaga Jaimes, su hijo de 10 años y la esposa del botánico, José Arroyo Ortega al momento que el carro comenzó a dar volteretas, accidente en el que resultó muerto este último, al quedarle la cabeza aprisionada entre la cabina del vehículo y el árbol con el cual impactó violentamente.
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El periodista explicó que ellos al llegar a El Copey aprovisionaron el automotor en la última estación de gasolina para poder llegar a Barranquilla, pero que al pasar el último resalto que hay en el corregimiento de Caracolicito el carro comenzó a coger viaje. “Sentí que algo traqueó en la parte de atrás y se salió una de las llantas.
El carro cayó de ese lado, perdió estabilidad y comenzó a dar volteretas, o vueltas de campana. Dio como cuatro vueltas, en ese momento lo único que hice fue encomendarme a Dios, pensaba en mi hijo, lo abrasé y le agarré la cabeza, y cuando el vehículo se detiene con el impacto en el árbol buscaba por donde salir, afortunadamente el vidrio panorámico de atrás se salió y por ese lugar pude salir y auxiliar a mi hijo y a Patricia Boneth, la esposa de mi compadre José Arroyo. Traté de evacuarlo a él también, pero me fue imposible, porque quedó aprisionado en la cabina, especialmente la cabeza, lo que le causó la muerte”.
Por Abdel Martínez Pérez / EL PILÓN