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Columnista - 22 junio, 2018

Pa’ lante

“Olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta…”. Flp 3,13-14 Estas fueron las palabras dichas por el Apóstol Pablo al final de su vida, mientras reconocía que él mismo no pretendía haber alcanzado la perfección. Me propongo hacer una actualización del texto para subrayar la importancia […]

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“Olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta…”. Flp 3,13-14
Estas fueron las palabras dichas por el Apóstol Pablo al final de su vida, mientras reconocía que él mismo no pretendía haber alcanzado la perfección. Me propongo hacer una actualización del texto para subrayar la importancia de tres verbos: Olvidar, extender y proseguir.
Ningún pensamiento más acertado para ayudarnos a mantener el rumbo y aumentar la motivación acerca del futuro de nuestra nación.

Colombia se decidió por la formula conocida; ahora nos resta rodearlos en oración, levantarles delante de Dios pidiendo sobre ellos sabiduría, equilibrio, justicia y buen juicio.

Estos tres verbos formaron el perfil de un hombre que aprendió a vivir bajo la tensión; también para nosotros es importante de cara al futuro, que aprendamos a olvidar lo que queda atrás, el pasado. El no poder liberarnos del pasado, paraliza los músculos emocionales y nos hace incompetentes. No olvidar los errores, yerros y pifias del pasado nos hace inseguros y prevenidos hacia el futuro. Aprendamos las lecciones del pasado, pero no vivamos en el pasado.

Extenderse a lo que está delante, es abrirnos a las nuevas posibilidades del futuro. Es proyectarnos hacia tiempos mejores, es tener la esperanza de que vendrán oportunidades frescas y soluciones renovadoras.

Proseguir a la meta es mantener en la mente y el corazón los objetivos propuestos, es no permitir que los anhelos del corazón pierdan su brillo y los sueños se evaporen en el tiempo y sean consumidos por las circunstancias.

Somos conscientes que el futuro de nuestra nación no es halagüeño porque los problemas son muchos y de diversa índole; pero, los problemas son esenciales para el desarrollo de la creatividad y es allí en el yunque donde se prueba la calidad de los metales. En el crisol se prueba la plata y en el horno el oro. Los problemas son fundamentales para el crecimiento, son una vía de progreso para el desarrollo y debemos verlos como oportunidades y no como amenazas.

Nuestros mejores deseos para la nueva fórmula presidencial. Tendrán un trabajo duro que requerirá un avocamiento inteligente; la confianza en Dios será clave para el éxito de su gestión. Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican.

Hago un llamado para hacer cerco de protección, vallado de oración sobre sus vidas y sus planes. Si a ellos les va bien, Colombia avanza y cierra brechas de desigualdad. Si a ellos les va mal, seguimos cayendo más profundamente en el despeñadero de la ignominia y la indiferencia.

Finalmente, no permitamos que las actitudes pesimistas de otras personas nos desmotiven. Llenémonos de esperanza y con ilusión abramos un espacio en nuestros corazones desde donde Dios pueda obrar. Creamos que sí es posible tener un gobierno justo e incluyente y que vendrán mejores tiempos para nuestra amada patria.

Mis oraciones contigo. Un abrazo en Cristo.

Columnista
22 junio, 2018

Pa’ lante

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Valerio Mejía Araújo

“Olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta…”. Flp 3,13-14 Estas fueron las palabras dichas por el Apóstol Pablo al final de su vida, mientras reconocía que él mismo no pretendía haber alcanzado la perfección. Me propongo hacer una actualización del texto para subrayar la importancia […]


“Olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta…”. Flp 3,13-14
Estas fueron las palabras dichas por el Apóstol Pablo al final de su vida, mientras reconocía que él mismo no pretendía haber alcanzado la perfección. Me propongo hacer una actualización del texto para subrayar la importancia de tres verbos: Olvidar, extender y proseguir.
Ningún pensamiento más acertado para ayudarnos a mantener el rumbo y aumentar la motivación acerca del futuro de nuestra nación.

Colombia se decidió por la formula conocida; ahora nos resta rodearlos en oración, levantarles delante de Dios pidiendo sobre ellos sabiduría, equilibrio, justicia y buen juicio.

Estos tres verbos formaron el perfil de un hombre que aprendió a vivir bajo la tensión; también para nosotros es importante de cara al futuro, que aprendamos a olvidar lo que queda atrás, el pasado. El no poder liberarnos del pasado, paraliza los músculos emocionales y nos hace incompetentes. No olvidar los errores, yerros y pifias del pasado nos hace inseguros y prevenidos hacia el futuro. Aprendamos las lecciones del pasado, pero no vivamos en el pasado.

Extenderse a lo que está delante, es abrirnos a las nuevas posibilidades del futuro. Es proyectarnos hacia tiempos mejores, es tener la esperanza de que vendrán oportunidades frescas y soluciones renovadoras.

Proseguir a la meta es mantener en la mente y el corazón los objetivos propuestos, es no permitir que los anhelos del corazón pierdan su brillo y los sueños se evaporen en el tiempo y sean consumidos por las circunstancias.

Somos conscientes que el futuro de nuestra nación no es halagüeño porque los problemas son muchos y de diversa índole; pero, los problemas son esenciales para el desarrollo de la creatividad y es allí en el yunque donde se prueba la calidad de los metales. En el crisol se prueba la plata y en el horno el oro. Los problemas son fundamentales para el crecimiento, son una vía de progreso para el desarrollo y debemos verlos como oportunidades y no como amenazas.

Nuestros mejores deseos para la nueva fórmula presidencial. Tendrán un trabajo duro que requerirá un avocamiento inteligente; la confianza en Dios será clave para el éxito de su gestión. Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican.

Hago un llamado para hacer cerco de protección, vallado de oración sobre sus vidas y sus planes. Si a ellos les va bien, Colombia avanza y cierra brechas de desigualdad. Si a ellos les va mal, seguimos cayendo más profundamente en el despeñadero de la ignominia y la indiferencia.

Finalmente, no permitamos que las actitudes pesimistas de otras personas nos desmotiven. Llenémonos de esperanza y con ilusión abramos un espacio en nuestros corazones desde donde Dios pueda obrar. Creamos que sí es posible tener un gobierno justo e incluyente y que vendrán mejores tiempos para nuestra amada patria.

Mis oraciones contigo. Un abrazo en Cristo.