En las instalaciones de EL PILÓN, el cantante cartagenero contó los detalles para hacer de su boda un éxito musical, pero también de situaciones no muy alentadoras en el mundo musical de la champeta.
A Edwin Antequera Mercado lo conocen artísticamente como Mr. Black, un nombre del que se habla hace 19 años en la industria de la música, especialmente en la champeta.
Este, un género con antecedentes africanos, con el pasar de los años le han introducido ritmos, sonidos e instrumentos. Artistas como Mr. Black la denominan “champeta urbana”, que pasó de ser un folclor netamente de los estratos populares y ahora se escucha en cualquier ámbito social.
Mr Black, quien se hace llamar ‘el presidente del género’, llegó a Valledupar para promocionar su nueva canción, ‘El matrimonio’, una historia real que nació con las nupcias que contrajo con Yuranis León, en abril pasado, en Cartagena.
En las instalaciones de EL PILÓN, el cantante cartagenero contó los detalles para hacer de su boda un éxito musical, pero también de situaciones no muy alentadoras como fue fracasar con la champeta en una época y la falta que hacen colegas muertos como ‘El Sayayín’ y ‘El Afinaito’.
Fue algo natural. Nosotros teníamos hace tres años las ganas de casarnos, pero la canción no había nacido. Mientras trascurrían los preparativos yo me pregunté por qué no hacer una canción y dedicársela a ‘Yura’. Todo se fue dando. Cuando iba llegando la fecha le presenté la canción y se fue en llanto. A cuatro meses de la boda le dije que no íbamos a bailar el vals, ni nada de eso, vamos a bailar una champeta para romper el hielo. Terminé de arreglarla y no estaba como objetivo comercial porque se grabó en octubre, se la entregué al Rey de Rochas, el picó que pega las canciones y no pasó nada. La canción se volvió famosa después de la boda, la gente la conoció porque se la canté en la boda y ella, a escondidas mías, le hizo una coreografía. Así llegó el boom de la canción.
Debuté en 1999 con ‘Los trapitos’ (al agua). Soy un doliente de este género, de los pioneros, con ‘El Sayayín’ y ‘El Afinaito’ dimos a conocer la champeta a nivel nacional. Es una carrera de casi 20 años, donde no ha sido nada fácil porque hemos encontrado tropezones, fracasos, pero gracias a eso es el éxito que tiene hoy la champeta. Puedo decir que Dios me está bendiciendo, he llevado la champeta a nivel nacional e internacional.
‘El Sayayín’ fue uno de los primeros que dio un batazo en la champeta con ‘La nubecita’ y ‘El Afinaito’ también con ‘Busco alguien que me quiera’, él sigue siendo uno de los grandes compositores con letra. Nos hacen mucha falta tanto en música, en letras, como arreglos.
Yo estoy muy contento porque viene un semillero de artistas que vienen muy bien. Sí se perfilan y se proyectan tienen futuro. Hay pelados que vienen cantando hasta mejor que nosotros los que arrancamos en esto, ellos tienen mi apoyo siempre y cuando hagan las cosas por el bien de la champeta y preserven cosas como el espeluque, el seca cinco (rapeo). La puedes fusionar pero tiene su cuento.
Falta de experiencia. Nosotros teníamos entre 17 y 20 años, el que más tenía era ‘El Afinaito’, no conocíamos el negocio y por eso la champeta decae. Nos llegó la fama a esa edad, nunca habíamos tenido dinero; nos sorprendió la fama. De los errores uno aprende y son los que te llevan al éxito. Si tú no fracasas ni pierdes no llegas al éxito.
La champeta se ha mantenido por la mayoría de fusiones que se han hecho. Por lo menos, yo implementé el acordeón en mi banda porque a mí me gusta el vallenato. Yo amo a Valledupar. Lo que es el vallenato fusionado con la champeta es una bomba, gusta porque gusta, por eso lo hice.
Hemos tratado de mejorar las letras, el sonido, la calidad en los vídeos, tratar de que nuestra música sea estándar y universal, eso es lo que tiene firme a la champeta que ya tiene un cupo en la costa y en Colombia, así como lo tiene el vallenato.
Cuando yo comencé a grabar salieron en acetato. Era más difícil darse a conocer porque nos existían las redes sociales ni las plataformas digitales, y ahora mismo una persona echa un chiste y se vuelve famoso, entonces para nosotros los cantantes es más fácil. Yo he pegado, por ejemplo, ‘El matrimonio’, a partir de las redes sociales porque se volvió viral. Y otra cosa es que a mí no me gusta usar filtros y a la gente le gusta eso, que sea humilde, sincero.
Yo sigo vistiendo igual. Pero te puedo decir que sufrí el rechazo a la música, a la champeta, pero hoy no hay ningún club de Colombia donde no haya estado. No me lleno de resentimientos y rencor porque para mí es una meta cumplida, porque hace 20 años cuando empecé solamente la champeta les gustaba a los que iban a los picós, hoy el fenómeno que se está viviendo es gracias a la evolución, a lo que nosotros hoy le llamamos champeta urbana, a eso que hemos visto como empresa, como industria. Hoy tengo Mr Black Music que es nuestra empresa, está Rey de Rochas, Kevin Flores tiene la suya y por ahí también tenemos unos premios Festichampeta que se crearon a través de nuestra asociación, es así como el 13 de agosto haremos el primer festival de champeta en Cartagena.
(Risas). No, nosotros ahora mismo estamos en una amistad muy grande con el reinado de Cartagena; ellos no me cerraron las puertas, al contrario, me las abrieron más porque a mucho que a uno lo quieran atajar lo vuelven más monstruos. Yo sé que ahí vamos a estar, eso es pendejá.
CARLOS JIMÉNEZ / EL PILÓN
En las instalaciones de EL PILÓN, el cantante cartagenero contó los detalles para hacer de su boda un éxito musical, pero también de situaciones no muy alentadoras en el mundo musical de la champeta.
A Edwin Antequera Mercado lo conocen artísticamente como Mr. Black, un nombre del que se habla hace 19 años en la industria de la música, especialmente en la champeta.
Este, un género con antecedentes africanos, con el pasar de los años le han introducido ritmos, sonidos e instrumentos. Artistas como Mr. Black la denominan “champeta urbana”, que pasó de ser un folclor netamente de los estratos populares y ahora se escucha en cualquier ámbito social.
Mr Black, quien se hace llamar ‘el presidente del género’, llegó a Valledupar para promocionar su nueva canción, ‘El matrimonio’, una historia real que nació con las nupcias que contrajo con Yuranis León, en abril pasado, en Cartagena.
En las instalaciones de EL PILÓN, el cantante cartagenero contó los detalles para hacer de su boda un éxito musical, pero también de situaciones no muy alentadoras como fue fracasar con la champeta en una época y la falta que hacen colegas muertos como ‘El Sayayín’ y ‘El Afinaito’.
Fue algo natural. Nosotros teníamos hace tres años las ganas de casarnos, pero la canción no había nacido. Mientras trascurrían los preparativos yo me pregunté por qué no hacer una canción y dedicársela a ‘Yura’. Todo se fue dando. Cuando iba llegando la fecha le presenté la canción y se fue en llanto. A cuatro meses de la boda le dije que no íbamos a bailar el vals, ni nada de eso, vamos a bailar una champeta para romper el hielo. Terminé de arreglarla y no estaba como objetivo comercial porque se grabó en octubre, se la entregué al Rey de Rochas, el picó que pega las canciones y no pasó nada. La canción se volvió famosa después de la boda, la gente la conoció porque se la canté en la boda y ella, a escondidas mías, le hizo una coreografía. Así llegó el boom de la canción.
Debuté en 1999 con ‘Los trapitos’ (al agua). Soy un doliente de este género, de los pioneros, con ‘El Sayayín’ y ‘El Afinaito’ dimos a conocer la champeta a nivel nacional. Es una carrera de casi 20 años, donde no ha sido nada fácil porque hemos encontrado tropezones, fracasos, pero gracias a eso es el éxito que tiene hoy la champeta. Puedo decir que Dios me está bendiciendo, he llevado la champeta a nivel nacional e internacional.
‘El Sayayín’ fue uno de los primeros que dio un batazo en la champeta con ‘La nubecita’ y ‘El Afinaito’ también con ‘Busco alguien que me quiera’, él sigue siendo uno de los grandes compositores con letra. Nos hacen mucha falta tanto en música, en letras, como arreglos.
Yo estoy muy contento porque viene un semillero de artistas que vienen muy bien. Sí se perfilan y se proyectan tienen futuro. Hay pelados que vienen cantando hasta mejor que nosotros los que arrancamos en esto, ellos tienen mi apoyo siempre y cuando hagan las cosas por el bien de la champeta y preserven cosas como el espeluque, el seca cinco (rapeo). La puedes fusionar pero tiene su cuento.
Falta de experiencia. Nosotros teníamos entre 17 y 20 años, el que más tenía era ‘El Afinaito’, no conocíamos el negocio y por eso la champeta decae. Nos llegó la fama a esa edad, nunca habíamos tenido dinero; nos sorprendió la fama. De los errores uno aprende y son los que te llevan al éxito. Si tú no fracasas ni pierdes no llegas al éxito.
La champeta se ha mantenido por la mayoría de fusiones que se han hecho. Por lo menos, yo implementé el acordeón en mi banda porque a mí me gusta el vallenato. Yo amo a Valledupar. Lo que es el vallenato fusionado con la champeta es una bomba, gusta porque gusta, por eso lo hice.
Hemos tratado de mejorar las letras, el sonido, la calidad en los vídeos, tratar de que nuestra música sea estándar y universal, eso es lo que tiene firme a la champeta que ya tiene un cupo en la costa y en Colombia, así como lo tiene el vallenato.
Cuando yo comencé a grabar salieron en acetato. Era más difícil darse a conocer porque nos existían las redes sociales ni las plataformas digitales, y ahora mismo una persona echa un chiste y se vuelve famoso, entonces para nosotros los cantantes es más fácil. Yo he pegado, por ejemplo, ‘El matrimonio’, a partir de las redes sociales porque se volvió viral. Y otra cosa es que a mí no me gusta usar filtros y a la gente le gusta eso, que sea humilde, sincero.
Yo sigo vistiendo igual. Pero te puedo decir que sufrí el rechazo a la música, a la champeta, pero hoy no hay ningún club de Colombia donde no haya estado. No me lleno de resentimientos y rencor porque para mí es una meta cumplida, porque hace 20 años cuando empecé solamente la champeta les gustaba a los que iban a los picós, hoy el fenómeno que se está viviendo es gracias a la evolución, a lo que nosotros hoy le llamamos champeta urbana, a eso que hemos visto como empresa, como industria. Hoy tengo Mr Black Music que es nuestra empresa, está Rey de Rochas, Kevin Flores tiene la suya y por ahí también tenemos unos premios Festichampeta que se crearon a través de nuestra asociación, es así como el 13 de agosto haremos el primer festival de champeta en Cartagena.
(Risas). No, nosotros ahora mismo estamos en una amistad muy grande con el reinado de Cartagena; ellos no me cerraron las puertas, al contrario, me las abrieron más porque a mucho que a uno lo quieran atajar lo vuelven más monstruos. Yo sé que ahí vamos a estar, eso es pendejá.
CARLOS JIMÉNEZ / EL PILÓN