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Editorial - 30 mayo, 2018

Ni petristas ni duquistas

Los términos petrista y duquista, adjudicados a los seguidores de los dos candidatos más opcionados a quedarse con la Casa de Nariño durante los próximos cuatro años, no pueden seguir siendo sinónimo de odio, mucho menos en el marco de un proceso democrático como el de Colombia, que defiende el derecho del pueblo de elegir […]

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Los términos petrista y duquista, adjudicados a los seguidores de los dos candidatos más opcionados a quedarse con la Casa de Nariño durante los próximos cuatro años, no pueden seguir siendo sinónimo de odio, mucho menos en el marco de un proceso democrático como el de Colombia, que defiende el derecho del pueblo de elegir a su máximo gobernante.

Es inconcebible que los seguidores de Iván Duque y Gustavo Petro no puedan sostener un debate sin insultos o calumnias. En un país democrático como el nuestro los ciudadanos deben tener el carácter para respetar las diferentes ideologías políticas aunque no las compartan. Ya basta de agresiones en las redes sociales; no trate de estúpido, ignorante o retrograda a la persona que apoyo al candidato opuesto al suyo.

Proclamarse petrista o duquista no le da estatus al ciudadano, aunque su candidato gane será el presidente de todos los colombianos. Los seguidores del candidato de Colombia Humana no pueden seguir siendo señalados de subversivos y demagogos; los simpatizantes de Centro Democrático tampoco pueden seguir siendo tildados de paramilitares y oligarcas. Hay que entender que existen políticos buenos y malos sin importar si son de izquierda o de derecha. Entonces, esto va más allá de las denominaciones, es un tema de compromiso ciudadano tanto del que elige como del que es elegido.

Las elecciones del próximo 17 de junio son un proceso de sumo cuidado, en el que cada ciudadano tiene la libertad de ejercer su derecho al voto por quien mejor le parezca. No compartimos la idea de presionar a quienes votaron por Sergio Fajardo a votar en segunda vuelta por Petro, muchos de ellos no se identifican con sus propuestas de Gobierno, pero tampoco se debe insinuar que deben votar porque Duque, porque hay quienes aclaran que tampoco los representa.

Los votos de Fajardo llegaron por su postura de centro, porque que hay gente cansada de tanta polarización, pero sabias palabras ha dicho uno de los miembros de la Coalición Colombia, Antonio Navarro Wolf, al considerar que los más de cuatro millones 600 mil personas que los respaldaron en las urnas no pueden manejarse como si se tratara de un rebaño de ovejas, considera que estas deben quedar en libertad de votar por quien quieran como presidente entre las dos opciones que hay: Duque o Petro. Los que definitivamente no encuentren puntos de acuerdo se abstendrán de votar o marcarán la casilla en blanco, aunque esta en segunda vuelta no tenga validez.

Petro y Duque hoy tienen la posibilidad de llegar a la Presidencia de la República porque el pueblo les otorgó esa potestad y hay que respetar la democracia. Esta será una semana de alianzas en la que votos de Germán Vargas Lleras y Humberto De la Calle también incidirán en el resultado final. Por favor, no estigmaticemos a quienes se inclinen por el otro lado de la balanza, convivamos en la diferencia.

Editorial
30 mayo, 2018

Ni petristas ni duquistas

Los términos petrista y duquista, adjudicados a los seguidores de los dos candidatos más opcionados a quedarse con la Casa de Nariño durante los próximos cuatro años, no pueden seguir siendo sinónimo de odio, mucho menos en el marco de un proceso democrático como el de Colombia, que defiende el derecho del pueblo de elegir […]


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Los términos petrista y duquista, adjudicados a los seguidores de los dos candidatos más opcionados a quedarse con la Casa de Nariño durante los próximos cuatro años, no pueden seguir siendo sinónimo de odio, mucho menos en el marco de un proceso democrático como el de Colombia, que defiende el derecho del pueblo de elegir a su máximo gobernante.

Es inconcebible que los seguidores de Iván Duque y Gustavo Petro no puedan sostener un debate sin insultos o calumnias. En un país democrático como el nuestro los ciudadanos deben tener el carácter para respetar las diferentes ideologías políticas aunque no las compartan. Ya basta de agresiones en las redes sociales; no trate de estúpido, ignorante o retrograda a la persona que apoyo al candidato opuesto al suyo.

Proclamarse petrista o duquista no le da estatus al ciudadano, aunque su candidato gane será el presidente de todos los colombianos. Los seguidores del candidato de Colombia Humana no pueden seguir siendo señalados de subversivos y demagogos; los simpatizantes de Centro Democrático tampoco pueden seguir siendo tildados de paramilitares y oligarcas. Hay que entender que existen políticos buenos y malos sin importar si son de izquierda o de derecha. Entonces, esto va más allá de las denominaciones, es un tema de compromiso ciudadano tanto del que elige como del que es elegido.

Las elecciones del próximo 17 de junio son un proceso de sumo cuidado, en el que cada ciudadano tiene la libertad de ejercer su derecho al voto por quien mejor le parezca. No compartimos la idea de presionar a quienes votaron por Sergio Fajardo a votar en segunda vuelta por Petro, muchos de ellos no se identifican con sus propuestas de Gobierno, pero tampoco se debe insinuar que deben votar porque Duque, porque hay quienes aclaran que tampoco los representa.

Los votos de Fajardo llegaron por su postura de centro, porque que hay gente cansada de tanta polarización, pero sabias palabras ha dicho uno de los miembros de la Coalición Colombia, Antonio Navarro Wolf, al considerar que los más de cuatro millones 600 mil personas que los respaldaron en las urnas no pueden manejarse como si se tratara de un rebaño de ovejas, considera que estas deben quedar en libertad de votar por quien quieran como presidente entre las dos opciones que hay: Duque o Petro. Los que definitivamente no encuentren puntos de acuerdo se abstendrán de votar o marcarán la casilla en blanco, aunque esta en segunda vuelta no tenga validez.

Petro y Duque hoy tienen la posibilidad de llegar a la Presidencia de la República porque el pueblo les otorgó esa potestad y hay que respetar la democracia. Esta será una semana de alianzas en la que votos de Germán Vargas Lleras y Humberto De la Calle también incidirán en el resultado final. Por favor, no estigmaticemos a quienes se inclinen por el otro lado de la balanza, convivamos en la diferencia.