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Columnista - 29 agosto, 2010

Prevenir no lamentar

Por: Nuris Pardo Conrado Como Escalona en su famoso canto el Jerre Jerre, el cual fue dedicado a su amigo Sabita Torres, en La Paz, en que había prometido no hacer más cantos, yo igualmente me había comprometido, conmigo misma, a no hacer más escritos que hirieran susceptibilidades o coloquialmente lastimaran cayos, pero vale más […]

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Por: Nuris Pardo Conrado

Como Escalona en su famoso canto el Jerre Jerre, el cual fue dedicado a su amigo Sabita Torres, en
La Paz, en que había prometido no hacer más cantos, yo igualmente me había comprometido, conmigo misma, a no hacer más escritos que hirieran susceptibilidades o coloquialmente lastimaran cayos, pero vale más la vocación humanística y social de mi actividad informativa, la cual no puedo abandonar, por que a buena hora mis lectores, no son los culpables de haberlos acostumbrado a esta dominical columna.
Sé que lo tratado es conocido por todos, pero, visto de reojo por aquellos que les compete guardar su conservación, hacerles mantenimiento o cuando es necesario, repararlos si presentan deterioro o daño. Me refiero específicamente a los colectores de aguas lluvias que funcionan en Valledupar por sectores, donde especialmente el más beneficiado es el entorno histórico y sus partes aledañas, como también los hogares adyacentes.
Esta iniciativa con el apoyo ciudadano se consolidó en el gobierno del muy bien recordado ex alcalde Rodolfo Campo Soto, y financiado por cada uno de los propietarios – usuarios de los inmuebles que  hacían parte del listado de predios existentes en su momento; sin dilación alguna  el conglomerado dio el beneplácito a la obra, una de las pocas en el país de acuerdo a lo que conozco.
Hoy todo ha cambiado, seguimos pagando el tributo mensualmente en cada factura mensual de cobro expedida por Emdupar, la expansión de los  colectores está paralizada y donde ha sido imposible o fue imposible continuarlos, se dispusieron canales que llevaran esa afluencia de líquidos de aguas temporales a los cauces del Río Cesar.
Pero como nada es eterno en el mundo, los tubos del sector central se han taponado y la canaleta de la calle 44 que va hacia la carrera 4ª se ha represado por la afluencia de materiales de mucho peso que obstruye el discurrir del liquido, igualmente con el levantamiento de las lozas en algunas partes del tramo, caso muy normal; pero lo censurable es que nadie sale a defender con oficios la limpieza y la readecuación del canal, lo que trae como consecuencia el derrame de las aguas lluvias al salirse de curso, como todos los hemos observado.
Pero como si eso fuera poco, suerte idéntica padece el canal que desagua la central de abastos y su sector periférico, sitio éste que por estar fuera del perímetro urbano no es de fácil acceso a quienes vivimos en el casco urbano, pero cualquier día se nos vendrá las correntias turbulentas hacia Don Carmelo, Villa Fuentes, 25 de Diciembre, 450 Años y otros barrios subnormales y normales, pero no solamente esto, sino que se verá afectado lo que corresponde al Parque La Vallenata, las instalaciones de la Universidad y la población que cobija Álamos, María Camila y otras urbanizaciones.
No se puede salir ahora con el cuento que la puerca parió y los cochinitos se perdieron, por que el dinero debe estar ahí reservado para estos fines (operación y mantenimiento de los canales), y que pertenecen a todos porque así deben ser tratados los recursos que aportamos cada uno de los predios – usuarios y sobre todo, aquellos dineros que tienen destinación especifica.
Con el invierno que ha sido benévolo, hemos observado la aproximación de la tragedia que nos podría ocurrir si no actuamos prontamente, por qué los investigadores metereologícos anuncian un invierno demasiado fuerte y como están las cosas algo raro hay que presumir que suceda, toda vez, que los lugares a que me he referido han dado aviso oportuno para que se proceda a desocuparlo de lo extraño que se encuentra en su cauce, hacer el mantenimiento respectivo y oportuno, y sobre todo, hacer lo necesario a tiempo que es una de las funciones de las autoridades administrativas municipales.
Sin ser cansona, deseo, más que fregar, colaborar y anticiparme a que mis paisanos no tengan el menor dolor que sufrir, si es que así la suerte lo quiere. Ante la interinidad que tiene hoy la empresa de servicios públicos de Valledupar EMDUPAR SA ESP, solo basta pedirle a quien le corresponda obrar diligentemente, y contratar para dichos trabajos si es que los van hacer, a las juntas de acciones comunales de todo el recorrido de los canales, porque son ellos quienes saben cuáles son los puntos vulnerables por las corrientes de aguas lluvias, sobre todo, para que esas comunidades de bajos recursos y colaboración presta, puedan ganarse unos dineros provenientes del Municipio, del cual ellos también son dueños.

[email protected]

Columnista
29 agosto, 2010

Prevenir no lamentar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Nurys Pardo Conrado

Por: Nuris Pardo Conrado Como Escalona en su famoso canto el Jerre Jerre, el cual fue dedicado a su amigo Sabita Torres, en La Paz, en que había prometido no hacer más cantos, yo igualmente me había comprometido, conmigo misma, a no hacer más escritos que hirieran susceptibilidades o coloquialmente lastimaran cayos, pero vale más […]


Por: Nuris Pardo Conrado

Como Escalona en su famoso canto el Jerre Jerre, el cual fue dedicado a su amigo Sabita Torres, en
La Paz, en que había prometido no hacer más cantos, yo igualmente me había comprometido, conmigo misma, a no hacer más escritos que hirieran susceptibilidades o coloquialmente lastimaran cayos, pero vale más la vocación humanística y social de mi actividad informativa, la cual no puedo abandonar, por que a buena hora mis lectores, no son los culpables de haberlos acostumbrado a esta dominical columna.
Sé que lo tratado es conocido por todos, pero, visto de reojo por aquellos que les compete guardar su conservación, hacerles mantenimiento o cuando es necesario, repararlos si presentan deterioro o daño. Me refiero específicamente a los colectores de aguas lluvias que funcionan en Valledupar por sectores, donde especialmente el más beneficiado es el entorno histórico y sus partes aledañas, como también los hogares adyacentes.
Esta iniciativa con el apoyo ciudadano se consolidó en el gobierno del muy bien recordado ex alcalde Rodolfo Campo Soto, y financiado por cada uno de los propietarios – usuarios de los inmuebles que  hacían parte del listado de predios existentes en su momento; sin dilación alguna  el conglomerado dio el beneplácito a la obra, una de las pocas en el país de acuerdo a lo que conozco.
Hoy todo ha cambiado, seguimos pagando el tributo mensualmente en cada factura mensual de cobro expedida por Emdupar, la expansión de los  colectores está paralizada y donde ha sido imposible o fue imposible continuarlos, se dispusieron canales que llevaran esa afluencia de líquidos de aguas temporales a los cauces del Río Cesar.
Pero como nada es eterno en el mundo, los tubos del sector central se han taponado y la canaleta de la calle 44 que va hacia la carrera 4ª se ha represado por la afluencia de materiales de mucho peso que obstruye el discurrir del liquido, igualmente con el levantamiento de las lozas en algunas partes del tramo, caso muy normal; pero lo censurable es que nadie sale a defender con oficios la limpieza y la readecuación del canal, lo que trae como consecuencia el derrame de las aguas lluvias al salirse de curso, como todos los hemos observado.
Pero como si eso fuera poco, suerte idéntica padece el canal que desagua la central de abastos y su sector periférico, sitio éste que por estar fuera del perímetro urbano no es de fácil acceso a quienes vivimos en el casco urbano, pero cualquier día se nos vendrá las correntias turbulentas hacia Don Carmelo, Villa Fuentes, 25 de Diciembre, 450 Años y otros barrios subnormales y normales, pero no solamente esto, sino que se verá afectado lo que corresponde al Parque La Vallenata, las instalaciones de la Universidad y la población que cobija Álamos, María Camila y otras urbanizaciones.
No se puede salir ahora con el cuento que la puerca parió y los cochinitos se perdieron, por que el dinero debe estar ahí reservado para estos fines (operación y mantenimiento de los canales), y que pertenecen a todos porque así deben ser tratados los recursos que aportamos cada uno de los predios – usuarios y sobre todo, aquellos dineros que tienen destinación especifica.
Con el invierno que ha sido benévolo, hemos observado la aproximación de la tragedia que nos podría ocurrir si no actuamos prontamente, por qué los investigadores metereologícos anuncian un invierno demasiado fuerte y como están las cosas algo raro hay que presumir que suceda, toda vez, que los lugares a que me he referido han dado aviso oportuno para que se proceda a desocuparlo de lo extraño que se encuentra en su cauce, hacer el mantenimiento respectivo y oportuno, y sobre todo, hacer lo necesario a tiempo que es una de las funciones de las autoridades administrativas municipales.
Sin ser cansona, deseo, más que fregar, colaborar y anticiparme a que mis paisanos no tengan el menor dolor que sufrir, si es que así la suerte lo quiere. Ante la interinidad que tiene hoy la empresa de servicios públicos de Valledupar EMDUPAR SA ESP, solo basta pedirle a quien le corresponda obrar diligentemente, y contratar para dichos trabajos si es que los van hacer, a las juntas de acciones comunales de todo el recorrido de los canales, porque son ellos quienes saben cuáles son los puntos vulnerables por las corrientes de aguas lluvias, sobre todo, para que esas comunidades de bajos recursos y colaboración presta, puedan ganarse unos dineros provenientes del Municipio, del cual ellos también son dueños.

[email protected]