Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 20 abril, 2018

Amenazas y más amenazas

El homicidio de los periodistas ecuatorianos nos regresó aquellas épocas de secuestros, pescas milagrosas y los más duros episodios, donde el pan de cada día era ver a personas encadenadas o custodiadas por una prisión de alambres. La disidencia de las Farc tiene nombre y se llama ‘Guacho’, convertido hoy en objetivo de gran valor […]

Boton Wpp

El homicidio de los periodistas ecuatorianos nos regresó aquellas épocas de secuestros, pescas milagrosas y los más duros episodios, donde el pan de cada día era ver a personas encadenadas o custodiadas por una prisión de alambres. La disidencia de las Farc tiene nombre y se llama ‘Guacho’, convertido hoy en objetivo de gran valor para el Estado, pero a su vez en un terror para la frontera colombo-ecuatoriana donde tiene sus dominios y un macabro imperio de tráfico de droga.

Ahora resulta que ‘Guacho’ de la noche a la mañana logró ampliar su radio de influencia y en Valledupar extiende sus amenazas a periodistas de la emisora Sistema Cardenal 1050 a.m., liderada por Herlency Gutiérrez, Jairo Jiménez Fadul e Isaac León Jr. Es difícil creer que ‘Guacho’ se incomode con el trabajo periodístico de estas personas que intentan crear un estilo fresco e independiente de informar en el Cesar y lo más curioso es que un disidente de las Farc envíe sus amenazas por medio del Eln, un detalle que no tiene lógica aparente.

Valledupar no es ajena a las amenazas que en virtud de su trabajo puedan padecer los periodistas de la región, aún se llora la muerte de excelentes profesionales que entregaron todo por su labor, cada año se conmemora la inexplicable e impune pérdida de Guzmán Quintero y Amparo Jiménez, referentes de la nueva generación de periodistas en el departamento.
Callar un medio de comunicación significa callar a toda una sociedad ansiosa de conocer los recientes acontecimientos de su entorno, nuestro día comienza con los comentarios provocados por las noticias mañaneras y eso es lo que está haciendo Sistema Cardenal, informando, promoviendo debates, denunciando, cediendo el micrófono a todo el que desea expresar su inconformidad por lo que sucede día tras día.

Otro caso preocupante son las amenazas que pesan sobre los corregidores de Atanquez, Guatapurí y Chemesquemena; con panfletos del Eln los obligan a abandonar sus poblaciones o morirán en manos de ese grupo que pretende retomar su influencia en esta zona del país. Llama la atención dos mensajes procedentes del mismo grupo, esto puede considerarse una arremetida o el interés de propagar el pánico por algunos que quieren pescar en rio revuelto.

Utilizando la modalidad de panfleto como el caso de los corregidores de Valledupar, también llovieron amenazas contra habitantes de las torres de Nando Marín, no es un secreto que en este sector de la ciudad sobrevive el más fuerte, está azotado por la delincuencia donde se vive sin Dios y sin ley, donde incluso las actuaciones de las autoridades son imperceptibles.

Debemos rechazar todos estos casos, Valledupar no puede ser nuevamente el campo de batalla donde grupos al margen de la ley pretendan construir sus feudos y tampoco podemos quedar a merced de quienes camuflados en los ‘Guachos’ o ‘Águilas Negras’ o la denominación que se les ocurra, pretendan amordazar esta ciudad como en años recientes.

Columnista
20 abril, 2018

Amenazas y más amenazas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

El homicidio de los periodistas ecuatorianos nos regresó aquellas épocas de secuestros, pescas milagrosas y los más duros episodios, donde el pan de cada día era ver a personas encadenadas o custodiadas por una prisión de alambres. La disidencia de las Farc tiene nombre y se llama ‘Guacho’, convertido hoy en objetivo de gran valor […]


El homicidio de los periodistas ecuatorianos nos regresó aquellas épocas de secuestros, pescas milagrosas y los más duros episodios, donde el pan de cada día era ver a personas encadenadas o custodiadas por una prisión de alambres. La disidencia de las Farc tiene nombre y se llama ‘Guacho’, convertido hoy en objetivo de gran valor para el Estado, pero a su vez en un terror para la frontera colombo-ecuatoriana donde tiene sus dominios y un macabro imperio de tráfico de droga.

Ahora resulta que ‘Guacho’ de la noche a la mañana logró ampliar su radio de influencia y en Valledupar extiende sus amenazas a periodistas de la emisora Sistema Cardenal 1050 a.m., liderada por Herlency Gutiérrez, Jairo Jiménez Fadul e Isaac León Jr. Es difícil creer que ‘Guacho’ se incomode con el trabajo periodístico de estas personas que intentan crear un estilo fresco e independiente de informar en el Cesar y lo más curioso es que un disidente de las Farc envíe sus amenazas por medio del Eln, un detalle que no tiene lógica aparente.

Valledupar no es ajena a las amenazas que en virtud de su trabajo puedan padecer los periodistas de la región, aún se llora la muerte de excelentes profesionales que entregaron todo por su labor, cada año se conmemora la inexplicable e impune pérdida de Guzmán Quintero y Amparo Jiménez, referentes de la nueva generación de periodistas en el departamento.
Callar un medio de comunicación significa callar a toda una sociedad ansiosa de conocer los recientes acontecimientos de su entorno, nuestro día comienza con los comentarios provocados por las noticias mañaneras y eso es lo que está haciendo Sistema Cardenal, informando, promoviendo debates, denunciando, cediendo el micrófono a todo el que desea expresar su inconformidad por lo que sucede día tras día.

Otro caso preocupante son las amenazas que pesan sobre los corregidores de Atanquez, Guatapurí y Chemesquemena; con panfletos del Eln los obligan a abandonar sus poblaciones o morirán en manos de ese grupo que pretende retomar su influencia en esta zona del país. Llama la atención dos mensajes procedentes del mismo grupo, esto puede considerarse una arremetida o el interés de propagar el pánico por algunos que quieren pescar en rio revuelto.

Utilizando la modalidad de panfleto como el caso de los corregidores de Valledupar, también llovieron amenazas contra habitantes de las torres de Nando Marín, no es un secreto que en este sector de la ciudad sobrevive el más fuerte, está azotado por la delincuencia donde se vive sin Dios y sin ley, donde incluso las actuaciones de las autoridades son imperceptibles.

Debemos rechazar todos estos casos, Valledupar no puede ser nuevamente el campo de batalla donde grupos al margen de la ley pretendan construir sus feudos y tampoco podemos quedar a merced de quienes camuflados en los ‘Guachos’ o ‘Águilas Negras’ o la denominación que se les ocurra, pretendan amordazar esta ciudad como en años recientes.