Según estudios de criminología y psicológicos, las mujeres tienen un número muy reducido en ataques o agresiones físicas hacía otras personas.
En la historia, son innumerables los delitos que se realizan en las diferentes partes del mundo, hecho que en el mayor de las ocasiones atentan contra la vida y los valores de las personas. Estudios revelan que son los hombres quienes cometen el mayor número de estos actos y las mujeres, por su parte, son un grupo reducido de estas situaciones irregulares.
La enseñanza que se le da durante el crecimiento y desarrollo al grupo femenino siempre va enfocada a que deben ser ellas, la parte comprensiva, tolerante, amorosa, servicial y especial sobre las diferentes circunstancias de la vida y es de ahí, de donde radica, la respuesta a esta menor cantidad de delitos.
Un claro ejemplo que se puede evidenciar sobre este tema puntualmente se remonta al año 2016 cuando, el Ministerio del Interior entregó un balance proporcional sobre delitos entre hombres y mujeres y se informó que, en 82.4% son ellos quienes cometieron desacatos durante los 365 días del año. Aterrizando entonces, al presente año, 2018, se conoce mediante diferentes investigaciones criminológicas realizadas que en un 92.6% de los presos que se encontraban en los diferentes centro penitenciaros del país son hombres.
Esto lleva a una lamentable y certera comprensión de que, de acuerdo a las circunstancias que se logren presentar, el género masculino siempre tendrá un instinto más agresivo e impulsivo frente a los patrones de comportamientos de las mujeres.
Pero, ¿cuáles son los factores para cometer delitos de esa menor cantidad de mujeres?
María Eugenia Sarmiento, psicóloga clínica, indicó que algunos componentes que pueden llevar a algunas mujeres a cometer infracciones son la carencia de afectos, falta de los progenitores, procesos amorosos, falta de comprensión, conducta delictiva e impulsividad.
Profesores de Fenomenología Criminal indican que tanto hombres como mujeres matan diferentes. En el caso de ellas, tienden a tener precisión, detalle con cuidado el objetivo, se destacan por ser más y practican menos la violencia física de manera directo. Este un comportamiento que mezcla el rol y la genética.
El grupo social donde se desenvuelve la persona también ocupa un lugar importante dentro de los estándares de violencias y delincuencia del que es propio la persona. Por ejemplo, en esta temática particularmente las mujeres siempre son felicitadas y elogiadas por su sobrio y paciente comportamiento social esto, debido a los concepto de violencia, que va ligado al hombre y un comportamiento subordinado que se enlaza con la mujer.
Se ha comprobado que otras de las razones por las que la mujer es menos propensa a ser violenta o conflictiva, es la limitación que se le da a las sociedades sobre los actos igualitarios, algo que no les permite igualarse a los hombres.
Alguna de las situaciones que han permitido destacar a las mujeres en esa suma de delitos se limitan en: siempre están comprometidas a su rol de madre, esposa, hija del mismo modo como la vanidad y el cuidado de la belleza. Además las mujeres tienden a estar más vigiladas y supervisadas por otras personas y así mismo otros de los factores que detienen la participación es el difícil acceso de mujeres a altos cargos que puedan generar daños a terceros.
Aunque puede tratarse en algunos casos de desigualdad social y un mal equilibro entre los dos géneros, lo que sí es cierto es que en las femeninas la violencia es un tema que estéticamente no va con ellas.
EDUARDO MOSCOTE | EL PILÓN
Según estudios de criminología y psicológicos, las mujeres tienen un número muy reducido en ataques o agresiones físicas hacía otras personas.
En la historia, son innumerables los delitos que se realizan en las diferentes partes del mundo, hecho que en el mayor de las ocasiones atentan contra la vida y los valores de las personas. Estudios revelan que son los hombres quienes cometen el mayor número de estos actos y las mujeres, por su parte, son un grupo reducido de estas situaciones irregulares.
La enseñanza que se le da durante el crecimiento y desarrollo al grupo femenino siempre va enfocada a que deben ser ellas, la parte comprensiva, tolerante, amorosa, servicial y especial sobre las diferentes circunstancias de la vida y es de ahí, de donde radica, la respuesta a esta menor cantidad de delitos.
Un claro ejemplo que se puede evidenciar sobre este tema puntualmente se remonta al año 2016 cuando, el Ministerio del Interior entregó un balance proporcional sobre delitos entre hombres y mujeres y se informó que, en 82.4% son ellos quienes cometieron desacatos durante los 365 días del año. Aterrizando entonces, al presente año, 2018, se conoce mediante diferentes investigaciones criminológicas realizadas que en un 92.6% de los presos que se encontraban en los diferentes centro penitenciaros del país son hombres.
Esto lleva a una lamentable y certera comprensión de que, de acuerdo a las circunstancias que se logren presentar, el género masculino siempre tendrá un instinto más agresivo e impulsivo frente a los patrones de comportamientos de las mujeres.
Pero, ¿cuáles son los factores para cometer delitos de esa menor cantidad de mujeres?
María Eugenia Sarmiento, psicóloga clínica, indicó que algunos componentes que pueden llevar a algunas mujeres a cometer infracciones son la carencia de afectos, falta de los progenitores, procesos amorosos, falta de comprensión, conducta delictiva e impulsividad.
Profesores de Fenomenología Criminal indican que tanto hombres como mujeres matan diferentes. En el caso de ellas, tienden a tener precisión, detalle con cuidado el objetivo, se destacan por ser más y practican menos la violencia física de manera directo. Este un comportamiento que mezcla el rol y la genética.
El grupo social donde se desenvuelve la persona también ocupa un lugar importante dentro de los estándares de violencias y delincuencia del que es propio la persona. Por ejemplo, en esta temática particularmente las mujeres siempre son felicitadas y elogiadas por su sobrio y paciente comportamiento social esto, debido a los concepto de violencia, que va ligado al hombre y un comportamiento subordinado que se enlaza con la mujer.
Se ha comprobado que otras de las razones por las que la mujer es menos propensa a ser violenta o conflictiva, es la limitación que se le da a las sociedades sobre los actos igualitarios, algo que no les permite igualarse a los hombres.
Alguna de las situaciones que han permitido destacar a las mujeres en esa suma de delitos se limitan en: siempre están comprometidas a su rol de madre, esposa, hija del mismo modo como la vanidad y el cuidado de la belleza. Además las mujeres tienden a estar más vigiladas y supervisadas por otras personas y así mismo otros de los factores que detienen la participación es el difícil acceso de mujeres a altos cargos que puedan generar daños a terceros.
Aunque puede tratarse en algunos casos de desigualdad social y un mal equilibro entre los dos géneros, lo que sí es cierto es que en las femeninas la violencia es un tema que estéticamente no va con ellas.
EDUARDO MOSCOTE | EL PILÓN