A raíz de la advertencia que todos los años hacen y este no ha sido la excepción, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América a sus ciudadanos viajeros sobre los riesgos a que se exponen de asesinatos, robos, secuestros, extorsión, si visitan ciertos lugares de Colombia, incluido el Valle del Cacique Upar, […]
A raíz de la advertencia que todos los años hacen y este no ha sido la excepción, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América a sus ciudadanos viajeros sobre los riesgos a que se exponen de asesinatos, robos, secuestros, extorsión, si visitan ciertos lugares de Colombia, incluido el Valle del Cacique Upar, al ser considerado esta región zona de alto riesgo para personas de esa nación, por los peligros que todavía existen, según ellos, a pesar de haberse fumado la pipa de la paz hace un año, entre el gobierno y la guerrilla de la Farc.
La administración de Tuto Uhía, con todo el derecho que le asiste, inmediatamente requirió a la Cancillería colombiana para que explique pormenores de esta permanente amonestación gringa, que disuade a las personas de ese país a turistear en la región.
Esa solicitud no va a tener eco en la diplomacia colombiana, ya que esta es una disposición soberana o ¿caprichosa? de los norteamericanos, al decidir que las condiciones sociales y de orden público en nuestra región, no están dadas para que sus ciudadanos nos visiten.
Consideran que todavía hay bandas delincuenciales como Rastrojos, Urabeños, Eln, Epl, disidencia de las Farc, narcotráfico, que azotan la zona, que pondrían en peligro la vida de sus nacionales.
Señor alcalde, no debe sorprendernos esta medida de los Estados Unidos, que no es nueva, cada año la reviven, la región con nuestras historias, leyendas, bellezas naturales, ríos, valles, sierra nevada, parque ecológico, y el encanto de nuestra música, hemos sobrevivido a esta alerta gringa, no hemos contado con el turismo masivo de ciudadanos de ese país ni canadienses, europeos o asiáticos.
Aunado a este aviso, no tenemos política de promoción de nuestras fortalezas turísticas en el exterior, por allá la música vallenata no se oye, nos ahorraríamos el dinero de la publicidad, ni siquiera promocionamos a nivel nacional.
La propaganda la han hecho gratuitamente los cantos vallenatos que pregonan las bondades de nuestra gente, la belleza de los pueblos de la comarca, el encanto de nuestras mujeres y la picardía y gracia de los hombres de Macondo.
Los visitantes que han llegado a Valledupar en altos volúmenes, atraídos por el encanto del folclor, han sido los cachacos y alguno que otro de país vecino, o estadunidense o europeo que vienen invitados por un amigo vallenato, llegan para Festival Vallenato, festivos religiosos y vacacional.
A esas legiones de paramunos, y de otras regiones del país, que siempre nos han visitado sin ninguna prevención, es donde debemos publicitar agresivamente la magia turística de la región, planear y practicar alianzas estratégicas con otros municipios del entorno, que tienen nuestras mismas gracia y necesidades, Villanueva, La Paz, San Diego, Urumita, La Jagua del Pilar, San Juan, Fonseca, Codazzi, El Paso, Manaure.
El turismo local, industria sin chimenea, duerme el sueño de los justos, no promocionamos nuestra provincia, ni aquí ni en el extranjero, si lo hiciéramos viéramos gringos en Valledupar como arroz, como sucede en las tres perlas del Caribe: Santa Marta, Barranquilla y Cartagena.
A raíz de la advertencia que todos los años hacen y este no ha sido la excepción, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América a sus ciudadanos viajeros sobre los riesgos a que se exponen de asesinatos, robos, secuestros, extorsión, si visitan ciertos lugares de Colombia, incluido el Valle del Cacique Upar, […]
A raíz de la advertencia que todos los años hacen y este no ha sido la excepción, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América a sus ciudadanos viajeros sobre los riesgos a que se exponen de asesinatos, robos, secuestros, extorsión, si visitan ciertos lugares de Colombia, incluido el Valle del Cacique Upar, al ser considerado esta región zona de alto riesgo para personas de esa nación, por los peligros que todavía existen, según ellos, a pesar de haberse fumado la pipa de la paz hace un año, entre el gobierno y la guerrilla de la Farc.
La administración de Tuto Uhía, con todo el derecho que le asiste, inmediatamente requirió a la Cancillería colombiana para que explique pormenores de esta permanente amonestación gringa, que disuade a las personas de ese país a turistear en la región.
Esa solicitud no va a tener eco en la diplomacia colombiana, ya que esta es una disposición soberana o ¿caprichosa? de los norteamericanos, al decidir que las condiciones sociales y de orden público en nuestra región, no están dadas para que sus ciudadanos nos visiten.
Consideran que todavía hay bandas delincuenciales como Rastrojos, Urabeños, Eln, Epl, disidencia de las Farc, narcotráfico, que azotan la zona, que pondrían en peligro la vida de sus nacionales.
Señor alcalde, no debe sorprendernos esta medida de los Estados Unidos, que no es nueva, cada año la reviven, la región con nuestras historias, leyendas, bellezas naturales, ríos, valles, sierra nevada, parque ecológico, y el encanto de nuestra música, hemos sobrevivido a esta alerta gringa, no hemos contado con el turismo masivo de ciudadanos de ese país ni canadienses, europeos o asiáticos.
Aunado a este aviso, no tenemos política de promoción de nuestras fortalezas turísticas en el exterior, por allá la música vallenata no se oye, nos ahorraríamos el dinero de la publicidad, ni siquiera promocionamos a nivel nacional.
La propaganda la han hecho gratuitamente los cantos vallenatos que pregonan las bondades de nuestra gente, la belleza de los pueblos de la comarca, el encanto de nuestras mujeres y la picardía y gracia de los hombres de Macondo.
Los visitantes que han llegado a Valledupar en altos volúmenes, atraídos por el encanto del folclor, han sido los cachacos y alguno que otro de país vecino, o estadunidense o europeo que vienen invitados por un amigo vallenato, llegan para Festival Vallenato, festivos religiosos y vacacional.
A esas legiones de paramunos, y de otras regiones del país, que siempre nos han visitado sin ninguna prevención, es donde debemos publicitar agresivamente la magia turística de la región, planear y practicar alianzas estratégicas con otros municipios del entorno, que tienen nuestras mismas gracia y necesidades, Villanueva, La Paz, San Diego, Urumita, La Jagua del Pilar, San Juan, Fonseca, Codazzi, El Paso, Manaure.
El turismo local, industria sin chimenea, duerme el sueño de los justos, no promocionamos nuestra provincia, ni aquí ni en el extranjero, si lo hiciéramos viéramos gringos en Valledupar como arroz, como sucede en las tres perlas del Caribe: Santa Marta, Barranquilla y Cartagena.