El analista económico Indalecio Dangond resalta que este es uno los departamentos de mayor protagonismo en el sector agropecuario a lo largo de la historia.
Desde sus inicios, el departamento del Cesar se ha caracterizado por tener como principal renglón económico el agropecuario. El cultivo y procesamiento de algodón, las palmas y otros productos agrícolas alcanzan altos niveles, siendo el departamento el primer productor nacional semilla de palma africana y el segundo de arroz.
Sin embargo, en la última década el departamento ha tomado un incremento en su economía debido a la explotación de minas de carbón, principalmente en el municipio de El Paso y La Jagua de Ibirico.
Con motivo de los 50 años de su vida administrativa, el experto en financiamiento al sector agroindustrial y en políticas de gestión para el desarrollo competitivo del sector agropecuario, Indalecio Dangond explicó en entrevista a EL PILÓN lo que significa este sector para el departamento.
El Cesar se ha caracterizado por ser un jugador de grandes ligas en el desarrollo agropecuario del país. Primero como el mayor productor de algodón del país, en las décadas de los 70 y 80, luego como uno de los mayores protagonistas en la producción de leche y carne bovina; después como productor de la palma de aceite y ahora como productor de café especiales y frutales. Le cuento una infidencia: mi primer trabajo en el sector agropecuario fue atendiendo el comisariato en la finca de mi hermano Efraín Dangond, en La Loma (Cesar) en unas vacaciones de diciembre por allá en el año 1978, en plena bonanza algodonera, cuando Codazzi y Casacará, eran más importante (comercialmente hablando) que Valledupar.
El departamento del Cesar tiene un área productiva de 1.7 millones de hectáreas, de las cuales 1.6 millones de hectáreas están dedicadas a ganadería y 150.000 hectáreas en agricultura, con unos rendimientos promedios muy por debajo del promedio nacional, lo cual no hace que esta actividad sea rentable y cada día tenga menor peso en el PIB del departamento. Para resolver este problema de ineficiencia y reactivar el sector agropecuario del departamento, se debe comenzar por implementar un programa de zonificación agrícola para saber qué sembrar, dónde, cuánto y cuándo sembrar. De la misma manera se debe implementar un programa en buenas practicas ganaderas, mejoramiento genético y de pastos, para aumentar los rendimientos de leche y carne. Un tercer elemento importante, es la implementación de un programa de escuelas rurales, vías veredales y mecanización de cultivos. Con estas iniciativas, en cuatro años estaremos reactivando este importante sector de la economía del departamento.
Tenemos que convivir con ambas. Las dos son importantes para el desarrollo económico y social del departamento. Estamos en mora en hacer una gran alianza minero-agrícola con Drummond y las demás compañías que explotan recursos mineros en el departamento, para desarrollar conjuntamente programas de compensación agrícola y forestal.
Para nadie es un secreto que el departamento del Cesar fue uno de los más golpeados por los grupos armados al margen de la ley, y debe ser uno de los más beneficiados con los programas de inversión del posconflicto. La zona de la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta, deben ser incluidos dentro de los programas de sustitución de cultivos ilícitos y reconstrucción de tejido social. Allí, hay mucho abandono del Estado y mucha pobreza.
Si seguimos eligiendo gerentes del departamento con capacidad de gestión y liderazgo, el Cesar está llamado a ser el departamento con el mayor potencial exportador agrícola. Yo visiono este departamento con una agroindustria fuerte y una economía de alimentos de exportación, por las ventajas comparativas en materia de suelos, clima y distancia a los puertos. Pero como le dije al principio, este futuro depende de quienes sean sus futuros gerentes o gobernantes.
Andreina Banderas|EL PILÓN
El analista económico Indalecio Dangond resalta que este es uno los departamentos de mayor protagonismo en el sector agropecuario a lo largo de la historia.
Desde sus inicios, el departamento del Cesar se ha caracterizado por tener como principal renglón económico el agropecuario. El cultivo y procesamiento de algodón, las palmas y otros productos agrícolas alcanzan altos niveles, siendo el departamento el primer productor nacional semilla de palma africana y el segundo de arroz.
Sin embargo, en la última década el departamento ha tomado un incremento en su economía debido a la explotación de minas de carbón, principalmente en el municipio de El Paso y La Jagua de Ibirico.
Con motivo de los 50 años de su vida administrativa, el experto en financiamiento al sector agroindustrial y en políticas de gestión para el desarrollo competitivo del sector agropecuario, Indalecio Dangond explicó en entrevista a EL PILÓN lo que significa este sector para el departamento.
El Cesar se ha caracterizado por ser un jugador de grandes ligas en el desarrollo agropecuario del país. Primero como el mayor productor de algodón del país, en las décadas de los 70 y 80, luego como uno de los mayores protagonistas en la producción de leche y carne bovina; después como productor de la palma de aceite y ahora como productor de café especiales y frutales. Le cuento una infidencia: mi primer trabajo en el sector agropecuario fue atendiendo el comisariato en la finca de mi hermano Efraín Dangond, en La Loma (Cesar) en unas vacaciones de diciembre por allá en el año 1978, en plena bonanza algodonera, cuando Codazzi y Casacará, eran más importante (comercialmente hablando) que Valledupar.
El departamento del Cesar tiene un área productiva de 1.7 millones de hectáreas, de las cuales 1.6 millones de hectáreas están dedicadas a ganadería y 150.000 hectáreas en agricultura, con unos rendimientos promedios muy por debajo del promedio nacional, lo cual no hace que esta actividad sea rentable y cada día tenga menor peso en el PIB del departamento. Para resolver este problema de ineficiencia y reactivar el sector agropecuario del departamento, se debe comenzar por implementar un programa de zonificación agrícola para saber qué sembrar, dónde, cuánto y cuándo sembrar. De la misma manera se debe implementar un programa en buenas practicas ganaderas, mejoramiento genético y de pastos, para aumentar los rendimientos de leche y carne. Un tercer elemento importante, es la implementación de un programa de escuelas rurales, vías veredales y mecanización de cultivos. Con estas iniciativas, en cuatro años estaremos reactivando este importante sector de la economía del departamento.
Tenemos que convivir con ambas. Las dos son importantes para el desarrollo económico y social del departamento. Estamos en mora en hacer una gran alianza minero-agrícola con Drummond y las demás compañías que explotan recursos mineros en el departamento, para desarrollar conjuntamente programas de compensación agrícola y forestal.
Para nadie es un secreto que el departamento del Cesar fue uno de los más golpeados por los grupos armados al margen de la ley, y debe ser uno de los más beneficiados con los programas de inversión del posconflicto. La zona de la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta, deben ser incluidos dentro de los programas de sustitución de cultivos ilícitos y reconstrucción de tejido social. Allí, hay mucho abandono del Estado y mucha pobreza.
Si seguimos eligiendo gerentes del departamento con capacidad de gestión y liderazgo, el Cesar está llamado a ser el departamento con el mayor potencial exportador agrícola. Yo visiono este departamento con una agroindustria fuerte y una economía de alimentos de exportación, por las ventajas comparativas en materia de suelos, clima y distancia a los puertos. Pero como le dije al principio, este futuro depende de quienes sean sus futuros gerentes o gobernantes.
Andreina Banderas|EL PILÓN