El ingeniero Geógrafo, maestrante en Geografía, quien trabaja en el Ideam, criticó la falta de visión cuando se habla de conocer áreas como la Sierra Nevada de Santa Marta, blindada por los pueblos indígenas ahí asentados.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
Jorge Luis Ceballos Liévano ha dedicado su vida a los glaciares. Son sus hijos mayores. Este hombre se ha dedicado al estudio de los glaciares colombianos y fuera del país, desde 2004. Es representante por Colombia ante el Servicio Mundial de Monitoreo Glaciar con sede en Suiza.
Desde su investigación, Ceballos Liévano lideró la construcción del libro ‘Glaciares de Colombia más que montañas de hielo’. Allí se destaca que la alarma se activó desde la década de los sesenta del siglo pasado.
Fue el invitado especial al foro ‘Mitos y Realidades del Agua’, organizado por EL PILÓN, que le dio fin a la campaña ‘Ha2l0, por ti, por mí, por nosotros’, que buscaba generar conciencia en el uso racional del agua y el sistema hídrico en el Cesar.
Es el que más conoce el tema de nieves en el país y fue tan claro que el público finalmente conoció de forma directa y desde el Ideam, lo que está sucediendo en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde hoy no existe un solo monitoreo en el área de los glaciares por las autoridades ambientales colombianas.
EL PILÓN: ¿Cómo está Colombia a nivel general en temas de glaciares?
La tendencia es igual a todo el mundo, nuestros glaciares se están extinguiendo de tres a un cinco por ciento de área por año, en otros países es muy similar, unos más y otros menos, y nosotros estamos en esta tendencia. Es un proceso global.
Hablemos especialmente de la Sierra Nevada de Santa Marta. El Ideam no tiene un monitoreo permanente en la zona de los glaciares. ¿Por qué?
Es una lástima que no podamos estar monitoreando la Sierra en terreno que deberíamos estar haciendo, porque es el macizo litoral más alto del planeta, tiene glaciares exóticos y deberíamos tener más instrumentos como los tenemos en otros nevados, ¿por qué?, porque estamos en un proceso de diálogo con todas las entidades territoriales; ya tenemos visto bueno de Corpocesar, Parques Nacionales, pero el atraso ha sido con las comunidades indígenas, no nos han dicho no, pero tampoco sí y queremos estar seguros para trabajar con ellos en esto.
¿Habla usted de una correlación entre Ideam y pueblos indígenas?
Sí, no queremos una institución para trabajar aparte, queremos trabajar con ellos porque es su territorio y queremos compartir nuestros sistemas de observación de la naturaleza y queremos también aprender de ellos. Algunos estudiantes, por ejemplo, del colegio Kankarúa (Fundación, Magdalena), nos han enseñado cómo ellos saben que lloverá observando ciertas aves o anfibios y nosotros les enseñamos a medir la lluvia, eso queremos hacer en la parte alta, compartir los conocimientos que tenemos con ellos.
Es un mito decir que si se acaba la nieve en la Sierra Nevada nos quedaremos sin agua. ¿Es cierto o falso?
Los glaciares son un excelente indicador de que la alta montaña está cambiando, si se acaba el glaciar se acaba este suministro de agua que nosotros creemos en la cuenca alta del río Guatapurí es menor al uno por ciento, pero no debemos estar tranquilos con esta cifra, porque si el glaciar está cambiando muy rápido, el páramo lo está haciendo rápido y el bosque alto Andino un poco menos rápido, todos están cambiando, están cambiando los patrones de temperatura y de precipitación, pero el glaciar es el más sensible. Es un mito, los mayores aportes del agua en las montañas provienen primero del bosque, segundo del páramo y tercero del glaciar.
Habla usted también de que lo que no se mide no se controla. ¿Qué quiere decir con esa frase?
Es que sin datos no sabemos a qué ritmo están cambiando esos aportes de agua, puede que no esté cambiando mucho o pueda que esté cambiando muy intensamente, no lo sabemos, ¿cómo lo sabemos?, midiendo. Lo que proponemos en el Ideam es instalar unos instrumentos muy sencillos que los pueden manejar los indígenas en los colegios, incluso niños nos podían ayudar a medir lluvias: con dos o cinco años que estemos midiendo podemos tener una idea de qué está pasando en las montañas. Por ahora solo estamos observando la parte glaciar a través de imágenes de satélite, pero es necesario el trabajo en terreno alrededor del glaciar sin necesidad de pisar la nieve.
¿Qué nos está afectando para vivir todas estas circunstancias en los glaciares?
El alimento de un glaciar es la nieve, como nosotros, si no nos alimentamos diariamente empezamos a desfallecer, el glaciar también tiene su alimento que es la nieve; si no cae nieve, el glaciar empieza a morirse y eso es lo que está pasando. No está cayendo suficiente nieve para que el sobreviva. Los índices y datos nos son para satisfacer a los científicos, eso significa que más que un dato es una realidad y obteniendo datos nos conduce a tomar medidas, en este caso de adaptación, entonces no nos podemos quedar solo en el concepto: que el agua se está acabando, que hay deforestación, no, hay que medirlo.
Por ejemplo, en el Ideam, un impacto que hemos medido en el país son las alertas de deforestación que cada tres meses emitimos dónde se está deforestando, en San José del Guaviare, en Putumayo y Chocó, entonces el gobierno actúa ahí y hemos logrado disminuir esos índices de desforestación, pero no es conceptualmente, son datos que tenemos, así queremos en la cuenca del Guatapurí y es obtener más datos de cómo se está comportando y en 15 años podremos saber cómo lo hicimos y para dónde vamos.
¿Son pocos los glaciólogos en Colombia o ya no hay a excepción de usted?
Me quedé solo, así como pocos glaciares. En el Ideam somos un equipo de tres, yo soy el líder, tal vez el único y el mejor y el peor (risas). En otros países son equipos muy grandes, incluso en Ecuador que tenemos cifras muy parecidas es un grupo de 15 o 20 personas, unos trabajando la parte climática, otros estadísticos, otros los glaciares. En Colombia es mucho trabajo. Yo me la paso subiendo y bajando, en las nubes, pero la Sierra Nevada de Santa Marta de verdad es un sitio, en estas épocas de posacuerdo, muy interesante, hemos visto que otras áreas desde el punto de vista biológico a los biólogos se les abrió el mundo, se han descubierto nuevas especies y la Sierra es otro sitio que debemos redescubrir.
El subdirector de Ecosistemas del Ideam, Jorge Luis Ceballos, es docente universitario desde hace 20 años y se ha dedicado al estudio de los glaciares nacionales desde 2004.
El ingeniero Geógrafo, maestrante en Geografía, quien trabaja en el Ideam, criticó la falta de visión cuando se habla de conocer áreas como la Sierra Nevada de Santa Marta, blindada por los pueblos indígenas ahí asentados.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
Jorge Luis Ceballos Liévano ha dedicado su vida a los glaciares. Son sus hijos mayores. Este hombre se ha dedicado al estudio de los glaciares colombianos y fuera del país, desde 2004. Es representante por Colombia ante el Servicio Mundial de Monitoreo Glaciar con sede en Suiza.
Desde su investigación, Ceballos Liévano lideró la construcción del libro ‘Glaciares de Colombia más que montañas de hielo’. Allí se destaca que la alarma se activó desde la década de los sesenta del siglo pasado.
Fue el invitado especial al foro ‘Mitos y Realidades del Agua’, organizado por EL PILÓN, que le dio fin a la campaña ‘Ha2l0, por ti, por mí, por nosotros’, que buscaba generar conciencia en el uso racional del agua y el sistema hídrico en el Cesar.
Es el que más conoce el tema de nieves en el país y fue tan claro que el público finalmente conoció de forma directa y desde el Ideam, lo que está sucediendo en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde hoy no existe un solo monitoreo en el área de los glaciares por las autoridades ambientales colombianas.
EL PILÓN: ¿Cómo está Colombia a nivel general en temas de glaciares?
La tendencia es igual a todo el mundo, nuestros glaciares se están extinguiendo de tres a un cinco por ciento de área por año, en otros países es muy similar, unos más y otros menos, y nosotros estamos en esta tendencia. Es un proceso global.
Hablemos especialmente de la Sierra Nevada de Santa Marta. El Ideam no tiene un monitoreo permanente en la zona de los glaciares. ¿Por qué?
Es una lástima que no podamos estar monitoreando la Sierra en terreno que deberíamos estar haciendo, porque es el macizo litoral más alto del planeta, tiene glaciares exóticos y deberíamos tener más instrumentos como los tenemos en otros nevados, ¿por qué?, porque estamos en un proceso de diálogo con todas las entidades territoriales; ya tenemos visto bueno de Corpocesar, Parques Nacionales, pero el atraso ha sido con las comunidades indígenas, no nos han dicho no, pero tampoco sí y queremos estar seguros para trabajar con ellos en esto.
¿Habla usted de una correlación entre Ideam y pueblos indígenas?
Sí, no queremos una institución para trabajar aparte, queremos trabajar con ellos porque es su territorio y queremos compartir nuestros sistemas de observación de la naturaleza y queremos también aprender de ellos. Algunos estudiantes, por ejemplo, del colegio Kankarúa (Fundación, Magdalena), nos han enseñado cómo ellos saben que lloverá observando ciertas aves o anfibios y nosotros les enseñamos a medir la lluvia, eso queremos hacer en la parte alta, compartir los conocimientos que tenemos con ellos.
Es un mito decir que si se acaba la nieve en la Sierra Nevada nos quedaremos sin agua. ¿Es cierto o falso?
Los glaciares son un excelente indicador de que la alta montaña está cambiando, si se acaba el glaciar se acaba este suministro de agua que nosotros creemos en la cuenca alta del río Guatapurí es menor al uno por ciento, pero no debemos estar tranquilos con esta cifra, porque si el glaciar está cambiando muy rápido, el páramo lo está haciendo rápido y el bosque alto Andino un poco menos rápido, todos están cambiando, están cambiando los patrones de temperatura y de precipitación, pero el glaciar es el más sensible. Es un mito, los mayores aportes del agua en las montañas provienen primero del bosque, segundo del páramo y tercero del glaciar.
Habla usted también de que lo que no se mide no se controla. ¿Qué quiere decir con esa frase?
Es que sin datos no sabemos a qué ritmo están cambiando esos aportes de agua, puede que no esté cambiando mucho o pueda que esté cambiando muy intensamente, no lo sabemos, ¿cómo lo sabemos?, midiendo. Lo que proponemos en el Ideam es instalar unos instrumentos muy sencillos que los pueden manejar los indígenas en los colegios, incluso niños nos podían ayudar a medir lluvias: con dos o cinco años que estemos midiendo podemos tener una idea de qué está pasando en las montañas. Por ahora solo estamos observando la parte glaciar a través de imágenes de satélite, pero es necesario el trabajo en terreno alrededor del glaciar sin necesidad de pisar la nieve.
¿Qué nos está afectando para vivir todas estas circunstancias en los glaciares?
El alimento de un glaciar es la nieve, como nosotros, si no nos alimentamos diariamente empezamos a desfallecer, el glaciar también tiene su alimento que es la nieve; si no cae nieve, el glaciar empieza a morirse y eso es lo que está pasando. No está cayendo suficiente nieve para que el sobreviva. Los índices y datos nos son para satisfacer a los científicos, eso significa que más que un dato es una realidad y obteniendo datos nos conduce a tomar medidas, en este caso de adaptación, entonces no nos podemos quedar solo en el concepto: que el agua se está acabando, que hay deforestación, no, hay que medirlo.
Por ejemplo, en el Ideam, un impacto que hemos medido en el país son las alertas de deforestación que cada tres meses emitimos dónde se está deforestando, en San José del Guaviare, en Putumayo y Chocó, entonces el gobierno actúa ahí y hemos logrado disminuir esos índices de desforestación, pero no es conceptualmente, son datos que tenemos, así queremos en la cuenca del Guatapurí y es obtener más datos de cómo se está comportando y en 15 años podremos saber cómo lo hicimos y para dónde vamos.
¿Son pocos los glaciólogos en Colombia o ya no hay a excepción de usted?
Me quedé solo, así como pocos glaciares. En el Ideam somos un equipo de tres, yo soy el líder, tal vez el único y el mejor y el peor (risas). En otros países son equipos muy grandes, incluso en Ecuador que tenemos cifras muy parecidas es un grupo de 15 o 20 personas, unos trabajando la parte climática, otros estadísticos, otros los glaciares. En Colombia es mucho trabajo. Yo me la paso subiendo y bajando, en las nubes, pero la Sierra Nevada de Santa Marta de verdad es un sitio, en estas épocas de posacuerdo, muy interesante, hemos visto que otras áreas desde el punto de vista biológico a los biólogos se les abrió el mundo, se han descubierto nuevas especies y la Sierra es otro sitio que debemos redescubrir.
El subdirector de Ecosistemas del Ideam, Jorge Luis Ceballos, es docente universitario desde hace 20 años y se ha dedicado al estudio de los glaciares nacionales desde 2004.