Pocas ciudades en el mundo tienen el privilegio de ser bañadas y bordeadas por un río como el Guatapurí. Esta condición es una ventaja comparativa invaluable que tiene Valledupar. Estudios de Greenpeace cuentan que el 97,5 % del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5 % restante es agua […]
Pocas ciudades en el mundo tienen el privilegio de ser bañadas y bordeadas por un río como el Guatapurí. Esta condición es una ventaja comparativa invaluable que tiene Valledupar. Estudios de Greenpeace cuentan que el 97,5 % del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5 % restante es agua dulce, (el 79 % se encuentra en forma de hielo permanente en los hielos polares y glaciares, el 20 % en acuíferos y el 1 % restante es agua dulce superficial de fácil acceso).
El agua siempre ha sido motor de desarrollo y garantía de la continuidad de la existencia. Estos criterios probablemente fueron considerados por los dirigentes visionarios de la época en Valledupar, para emprender el proyecto de fundar Emdupar en 1994. Desde entonces la empresa se convirtió en el orgullo de los valduparenses, sin embargo, la historia administrativa de Emdupar ha contado con gerentes manoseados por los alcaldes de turno, esa falta de carácter y la connivencia para disponer de sus recursos sin ningún énfasis estructural coherente con el proceso administrativo, derivaron en la actual debacle financiera.
El agua diáfana que transcurre por el río Guatapurí, tal vez fue observada como fuente inagotable por los corsarios al mando de Emdupar, dudo que hayan advertido el cambio climático y otras tendencias. No puedo pensar nada diferente al revisar el indicador de producción de metros cúbicos de agua y la capacidad instalada de la empresa desde 1994, el crecimiento poblacional y las adecuaciones pertinentes para atender la creciente demanda. Según Armando Cuello Daza, Emdupar produce 4.6 millones de metros cúbicos de agua potable en su planta de tratamiento, pero solo recauda 1.8 millones, es decir que son 2.8 millones dejados de facturar. No miento cuando afirmo que Emdupar ha sido manejada por gerentes sin idoneidad ni experticia y al servicio de las ambiciones de los alcaldes de turno. Anticipar este tipo de situaciones es de estricto resorte gerencial y administrativo, para eso es la planeación estratégica.
En Valledupar muchas tendencias han llegado de manera sorpresiva, sin ser percibidas por sus dirigentes. Varios ejemplos al respecto: crecimiento poblacional de la ciudad, disminución de la presión del agua, desvíos del río para uso agropecuario y aumento del uso irracional del agua, en consecuencia, surge la mala prestación del servicio y los problemas administrativos, concordantes con las conclusiones y escenarios expuestos por la consultoría realizada por el Grupo Soluciones S.A.
Con salvedades y sin lucro de la oportunidad, debo afirmar que la crisis financiera, operativa y comercial de Emdupar no es responsabilidad absoluta del actual gerente ni del alcalde ‘Tuto’ Uhia, pues recibieron una herencia de pasivos motivada por 23 años de desidia y espoliación administrativa. Todavía nos preguntamos los vallenatos por las obras realizadas con el empréstito de 36 mil millones de pesos ejecutados por el exalcalde Luis Fabián Fernández. Asimismo, por el crédito con Findeter por $2.000 millones. También nos preguntamos sobre el papel de los sindicatos de la empresa, porque mientras Emdupar era saqueada, las convenciones y el costo de la nómina crecían como el Guatapurí en temporadas de lluvias. Que falta hacen los organismos de control en un país carcomido por la corrupción, sobre todo en la providencia donde el control ciudadano es minimizado con ejercicios de participación; mucho me temo que ese será el desenlace de la Audiencia Pública convocada por el Personero de la ciudad, situación semejante se intentó en julio de 2013, esa vez mediante Cabildo Abierto trataron de espantar el acecho de la Privatización rechazado por la ciudadanía.
La cuña del alcalde ‘Tuto’ Uhia es la Tercerización o el plan de salvamento, seguramente instrumentos para su decisión, apoyada en el informe cualitativo y cuantitativo de la consultoría que tuvo un costo de 300 millones de pesos. Por más que se intente desvirtuar, el vínculo de capital privado cambia la naturaleza de las empresas públicas, para quienes luego del análisis costo beneficio no vacilan en considerar la seducción que implican 91.000 usuarios. Inverosímil paradoja, para el sector público Emdupar es inviable, pero atractiva mediante procesos de tercerización para el sector privado.
Por Luis Elquis Díaz
@LuchoDiaz12
Pocas ciudades en el mundo tienen el privilegio de ser bañadas y bordeadas por un río como el Guatapurí. Esta condición es una ventaja comparativa invaluable que tiene Valledupar. Estudios de Greenpeace cuentan que el 97,5 % del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5 % restante es agua […]
Pocas ciudades en el mundo tienen el privilegio de ser bañadas y bordeadas por un río como el Guatapurí. Esta condición es una ventaja comparativa invaluable que tiene Valledupar. Estudios de Greenpeace cuentan que el 97,5 % del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5 % restante es agua dulce, (el 79 % se encuentra en forma de hielo permanente en los hielos polares y glaciares, el 20 % en acuíferos y el 1 % restante es agua dulce superficial de fácil acceso).
El agua siempre ha sido motor de desarrollo y garantía de la continuidad de la existencia. Estos criterios probablemente fueron considerados por los dirigentes visionarios de la época en Valledupar, para emprender el proyecto de fundar Emdupar en 1994. Desde entonces la empresa se convirtió en el orgullo de los valduparenses, sin embargo, la historia administrativa de Emdupar ha contado con gerentes manoseados por los alcaldes de turno, esa falta de carácter y la connivencia para disponer de sus recursos sin ningún énfasis estructural coherente con el proceso administrativo, derivaron en la actual debacle financiera.
El agua diáfana que transcurre por el río Guatapurí, tal vez fue observada como fuente inagotable por los corsarios al mando de Emdupar, dudo que hayan advertido el cambio climático y otras tendencias. No puedo pensar nada diferente al revisar el indicador de producción de metros cúbicos de agua y la capacidad instalada de la empresa desde 1994, el crecimiento poblacional y las adecuaciones pertinentes para atender la creciente demanda. Según Armando Cuello Daza, Emdupar produce 4.6 millones de metros cúbicos de agua potable en su planta de tratamiento, pero solo recauda 1.8 millones, es decir que son 2.8 millones dejados de facturar. No miento cuando afirmo que Emdupar ha sido manejada por gerentes sin idoneidad ni experticia y al servicio de las ambiciones de los alcaldes de turno. Anticipar este tipo de situaciones es de estricto resorte gerencial y administrativo, para eso es la planeación estratégica.
En Valledupar muchas tendencias han llegado de manera sorpresiva, sin ser percibidas por sus dirigentes. Varios ejemplos al respecto: crecimiento poblacional de la ciudad, disminución de la presión del agua, desvíos del río para uso agropecuario y aumento del uso irracional del agua, en consecuencia, surge la mala prestación del servicio y los problemas administrativos, concordantes con las conclusiones y escenarios expuestos por la consultoría realizada por el Grupo Soluciones S.A.
Con salvedades y sin lucro de la oportunidad, debo afirmar que la crisis financiera, operativa y comercial de Emdupar no es responsabilidad absoluta del actual gerente ni del alcalde ‘Tuto’ Uhia, pues recibieron una herencia de pasivos motivada por 23 años de desidia y espoliación administrativa. Todavía nos preguntamos los vallenatos por las obras realizadas con el empréstito de 36 mil millones de pesos ejecutados por el exalcalde Luis Fabián Fernández. Asimismo, por el crédito con Findeter por $2.000 millones. También nos preguntamos sobre el papel de los sindicatos de la empresa, porque mientras Emdupar era saqueada, las convenciones y el costo de la nómina crecían como el Guatapurí en temporadas de lluvias. Que falta hacen los organismos de control en un país carcomido por la corrupción, sobre todo en la providencia donde el control ciudadano es minimizado con ejercicios de participación; mucho me temo que ese será el desenlace de la Audiencia Pública convocada por el Personero de la ciudad, situación semejante se intentó en julio de 2013, esa vez mediante Cabildo Abierto trataron de espantar el acecho de la Privatización rechazado por la ciudadanía.
La cuña del alcalde ‘Tuto’ Uhia es la Tercerización o el plan de salvamento, seguramente instrumentos para su decisión, apoyada en el informe cualitativo y cuantitativo de la consultoría que tuvo un costo de 300 millones de pesos. Por más que se intente desvirtuar, el vínculo de capital privado cambia la naturaleza de las empresas públicas, para quienes luego del análisis costo beneficio no vacilan en considerar la seducción que implican 91.000 usuarios. Inverosímil paradoja, para el sector público Emdupar es inviable, pero atractiva mediante procesos de tercerización para el sector privado.
Por Luis Elquis Díaz
@LuchoDiaz12