El accidente del bus de Brasilia ocurrido la madrugada del jueves anterior, en el kilómetro 60 de la vía que conduce de Riohacha a Cuestecitas (Albania), en La Guajira, pone en evidencia que los contrabandistas de combustible están volviendo a hacer de las suyas en la frontera. Hace tiempo que no se registraba un accidente […]
El accidente del bus de Brasilia ocurrido la madrugada del jueves anterior, en el kilómetro 60 de la vía que conduce de Riohacha a Cuestecitas (Albania), en La Guajira, pone en evidencia que los contrabandistas de combustible están volviendo a hacer de las suyas en la frontera.
Hace tiempo que no se registraba un accidente de ese tipo en la región, que si bien no fue por culpa de las recordadas caravanas de la muerte, como se le conocieron, si fue por culpa de un camión Ford 350 cargando de gasolina venezolana, según afirman testigos del hecho.
Desde el cierre de la frontera con Venezuela por La Guajira, el contrabando de gasolina que se registraba en esta parte del país, se redujo ostensiblemente y la reactivación de las estaciones de gasolina nacionales fue evidente.
Aquí fue clave no solo el cierre de la frontera con Venezuela, sino la intensificación de los operativos para frenar el contrabando, lo que redujo la comercialización del combustible ilegal que alcanzó incuso precios por encima del nacional. Por eso las estaciones de servicio de todos los municipios de La Guajira y el Cesar aumentaron sus ventas, incluso agotando existencia antes de acabarse cada mes, lo que obligó, en el caso de Valledupar, al gobierno municipal a gestionar un aumento del cupo asignado, pasando de 2 millones 500 mil galones a tres millones.
Por eso hoy, después de este logro evidente, registramos con decepción que sigan en las carreteras guajiras y cesarenses los vehículos repletos de gasolina venezolana, causando tragedias y afectando la economía nacional.
Las autoridades guajiras y cesarenses no deben bajar la guardia, deben intensificar las acciones para prevenir que el contrabando de combustible vuelva a ganar terreno. Ya habíamos olvidado las tragedias viales que enlutaron a numerosas familias que perdieron a sus seres queridos, la mayoría jóvenes, en las temidas caravanas de la muerte, que se componían de varios vehículos, conducidos a gran velocidad, cargados de gasolina.
Que no vuelvan las caravanas de la muerte y que no ocurran más tragedias como la que sucedió esta semana, con el saldo trágico de seis muertos y 23 heridos.
El accidente del bus de Brasilia ocurrido la madrugada del jueves anterior, en el kilómetro 60 de la vía que conduce de Riohacha a Cuestecitas (Albania), en La Guajira, pone en evidencia que los contrabandistas de combustible están volviendo a hacer de las suyas en la frontera. Hace tiempo que no se registraba un accidente […]
El accidente del bus de Brasilia ocurrido la madrugada del jueves anterior, en el kilómetro 60 de la vía que conduce de Riohacha a Cuestecitas (Albania), en La Guajira, pone en evidencia que los contrabandistas de combustible están volviendo a hacer de las suyas en la frontera.
Hace tiempo que no se registraba un accidente de ese tipo en la región, que si bien no fue por culpa de las recordadas caravanas de la muerte, como se le conocieron, si fue por culpa de un camión Ford 350 cargando de gasolina venezolana, según afirman testigos del hecho.
Desde el cierre de la frontera con Venezuela por La Guajira, el contrabando de gasolina que se registraba en esta parte del país, se redujo ostensiblemente y la reactivación de las estaciones de gasolina nacionales fue evidente.
Aquí fue clave no solo el cierre de la frontera con Venezuela, sino la intensificación de los operativos para frenar el contrabando, lo que redujo la comercialización del combustible ilegal que alcanzó incuso precios por encima del nacional. Por eso las estaciones de servicio de todos los municipios de La Guajira y el Cesar aumentaron sus ventas, incluso agotando existencia antes de acabarse cada mes, lo que obligó, en el caso de Valledupar, al gobierno municipal a gestionar un aumento del cupo asignado, pasando de 2 millones 500 mil galones a tres millones.
Por eso hoy, después de este logro evidente, registramos con decepción que sigan en las carreteras guajiras y cesarenses los vehículos repletos de gasolina venezolana, causando tragedias y afectando la economía nacional.
Las autoridades guajiras y cesarenses no deben bajar la guardia, deben intensificar las acciones para prevenir que el contrabando de combustible vuelva a ganar terreno. Ya habíamos olvidado las tragedias viales que enlutaron a numerosas familias que perdieron a sus seres queridos, la mayoría jóvenes, en las temidas caravanas de la muerte, que se componían de varios vehículos, conducidos a gran velocidad, cargados de gasolina.
Que no vuelvan las caravanas de la muerte y que no ocurran más tragedias como la que sucedió esta semana, con el saldo trágico de seis muertos y 23 heridos.