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Columnista - 25 mayo, 2017

Lanzamientos discográficos con sabor a arroz

Atrás quedaron los tiempos cuando en Valledupar se estrenaban discos de artistas vallenatos con multitudinarias caravanas, miles de personas respaldaban con su presencia al artista que promovía su nuevo fonograma, la gente iba al aeropuerto, sitio del recibimiento del disco, se movilizaban a pie, carro, bicicletas, motos, hasta carros de mulas. Los disqueros descubren la […]

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Atrás quedaron los tiempos cuando en Valledupar se estrenaban discos de artistas vallenatos con multitudinarias caravanas, miles de personas respaldaban con su presencia al artista que promovía su nuevo fonograma, la gente iba al aeropuerto, sitio del recibimiento del disco, se movilizaban a pie, carro, bicicletas, motos, hasta carros de mulas.

Los disqueros descubren la magia de la música vallenata, llegaron al Valle en manadas en búsqueda de talentos para grabar su música, los discos salían al mercado sin mayor promoción, al ser sonados en las pocas emisoras de radio de Valledupar, el público salía a comprarlos masivamente.

Los músicos de esa generación, Jorge Oñate con los López, celebraban remitiéndose a parrandear, escuchando sus nuevas canciones con amigos cercanos en el patio de la casa de Alfredo Enrique Maya Armenta, conocido como Pindengue, o en los billares América de La Paz de Javier López, los hermanos Zuleta lo hacían en casa de Armando Uhia.

Quien rompe con este esquema fue Diomedes Díaz, quien al ver crecer como espuma su número de seguidores, decide darles participación de esta celebración y convierte al Valle en una inmensa parranda, los invita recibir el disco ‘La Locura’ que grabó con Rois, en el aeropuerto, ríos de personas esperaban ansiosos el nuevo disco.

‘El Cacique’ al llegar a Valledupar procedente de Bogotá flameaba el LP en la puerta del avión, ovación total. La caravana colorida, imponente, desfilaba por las calles de la capital mundial del vallenato, con personas de todas

las edades y estratos, Diomedes subido en la máquina de bomberos saludaba a su público que lo aclamaba al lado y lado de las calles, rugían equipos de sonidos a todo volumen con su música nueva, los seguidores deliraban embriagados con las canciones, era frenesí total, alegría, éxtasis folclórico.

La caravana no tenía un punto de llegada concreto, los parranderos diomedistas se esparcían por la ciudad y la región, quedaban como la cometa loca, se refugiaban en las cantinas a seguir el jolgorio.

El acucioso periodista Aquiles Hernández trabajaba con la joven agrupación ‘Los Diablitos’, observó este pequeño detalle y planeó el lanzamiento del tercer disco de los artistas con caravana que terminó por primera vez en la plaza Alfonso López con concierto a sus seguidores, con Omar Geles y Miguel Morales.
Este modelo fue copiado, se organizaron cientos de caravanas con conciertos con diferentes características, Peter llegó en helicóptero, Silvestre concluye en el parque, Martín Elías estrenaba discos donde fue velado durante tres días.
Hoy se acude a estrategias originales, Farid Ortiz saboreó con miles de seguidores tres suculentos calderos de arroz trifásicos puestos en la puerta de cada una de las emisoras del Valle en el estreno del disco ‘El machete’, con ellos bailo, rió, canto, y comió, su clientela olvidó el arroz para posar con el artista.
Otros músicos han seguido esta estrategia del caldero de arroz y discos para regalar, no han contado con la misma suerte de Farid, a ellos les hacen cola para saborear arroz, más no para recibir el disco.

Por Celso Guerra Gutiérrez

 

Columnista
25 mayo, 2017

Lanzamientos discográficos con sabor a arroz

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Celso Guerra Gutiérrez

Atrás quedaron los tiempos cuando en Valledupar se estrenaban discos de artistas vallenatos con multitudinarias caravanas, miles de personas respaldaban con su presencia al artista que promovía su nuevo fonograma, la gente iba al aeropuerto, sitio del recibimiento del disco, se movilizaban a pie, carro, bicicletas, motos, hasta carros de mulas. Los disqueros descubren la […]


Atrás quedaron los tiempos cuando en Valledupar se estrenaban discos de artistas vallenatos con multitudinarias caravanas, miles de personas respaldaban con su presencia al artista que promovía su nuevo fonograma, la gente iba al aeropuerto, sitio del recibimiento del disco, se movilizaban a pie, carro, bicicletas, motos, hasta carros de mulas.

Los disqueros descubren la magia de la música vallenata, llegaron al Valle en manadas en búsqueda de talentos para grabar su música, los discos salían al mercado sin mayor promoción, al ser sonados en las pocas emisoras de radio de Valledupar, el público salía a comprarlos masivamente.

Los músicos de esa generación, Jorge Oñate con los López, celebraban remitiéndose a parrandear, escuchando sus nuevas canciones con amigos cercanos en el patio de la casa de Alfredo Enrique Maya Armenta, conocido como Pindengue, o en los billares América de La Paz de Javier López, los hermanos Zuleta lo hacían en casa de Armando Uhia.

Quien rompe con este esquema fue Diomedes Díaz, quien al ver crecer como espuma su número de seguidores, decide darles participación de esta celebración y convierte al Valle en una inmensa parranda, los invita recibir el disco ‘La Locura’ que grabó con Rois, en el aeropuerto, ríos de personas esperaban ansiosos el nuevo disco.

‘El Cacique’ al llegar a Valledupar procedente de Bogotá flameaba el LP en la puerta del avión, ovación total. La caravana colorida, imponente, desfilaba por las calles de la capital mundial del vallenato, con personas de todas

las edades y estratos, Diomedes subido en la máquina de bomberos saludaba a su público que lo aclamaba al lado y lado de las calles, rugían equipos de sonidos a todo volumen con su música nueva, los seguidores deliraban embriagados con las canciones, era frenesí total, alegría, éxtasis folclórico.

La caravana no tenía un punto de llegada concreto, los parranderos diomedistas se esparcían por la ciudad y la región, quedaban como la cometa loca, se refugiaban en las cantinas a seguir el jolgorio.

El acucioso periodista Aquiles Hernández trabajaba con la joven agrupación ‘Los Diablitos’, observó este pequeño detalle y planeó el lanzamiento del tercer disco de los artistas con caravana que terminó por primera vez en la plaza Alfonso López con concierto a sus seguidores, con Omar Geles y Miguel Morales.
Este modelo fue copiado, se organizaron cientos de caravanas con conciertos con diferentes características, Peter llegó en helicóptero, Silvestre concluye en el parque, Martín Elías estrenaba discos donde fue velado durante tres días.
Hoy se acude a estrategias originales, Farid Ortiz saboreó con miles de seguidores tres suculentos calderos de arroz trifásicos puestos en la puerta de cada una de las emisoras del Valle en el estreno del disco ‘El machete’, con ellos bailo, rió, canto, y comió, su clientela olvidó el arroz para posar con el artista.
Otros músicos han seguido esta estrategia del caldero de arroz y discos para regalar, no han contado con la misma suerte de Farid, a ellos les hacen cola para saborear arroz, más no para recibir el disco.

Por Celso Guerra Gutiérrez