No es tarde para escribir sobre ellas. El pasado domingo 14 de mayo, el comercio celebró el día de las madres, pues esto se convirtió en un gran negoción. Para mí, todos los días le debemos reconocimiento a ese ser tan querido y adorado. Todos los días debemos hacerle el justo reconocimiento a esa figura […]
No es tarde para escribir sobre ellas. El pasado domingo 14 de mayo, el comercio celebró el día de las madres, pues esto se convirtió en un gran negoción. Para mí, todos los días le debemos reconocimiento a ese ser tan querido y adorado. Todos los días debemos hacerle el justo reconocimiento a esa figura paradigmática para quien todo elogio es pequeño.
En nuestro país y en especial en nuestra querida tierra Valledupar, cobra especial significado, pues en medio de las tragedias en las que vivimos, sobresale como símbolo de sufrimiento que genera cualquier acto de violencia, el papel abnegado de las mujeres que soportan la pérdida de sus hijos, con todo el dolor que ello conlleva.
Madres de policías y soldados muertos en defensa de nuestra democracia o retenidos arbitrariamente por los grupos alzados en armas, madres de ciudadanos y niños inocentes asesinados en actos de salvajismo que rechaza la conciencia civilizada, madres de seres que mueren víctimas de la delincuencia y la intolerancia, madres que soportan la muerte de un hijo por robarle un celular, madres que soportan la muerte de su hija asesinada por su propio esposo, son madres, en fin, martirizadas en un país o en nuestro pueblo que parece insensible ante tanta hostilidad insensata.
Para ellas, ese 14 de mayo no fue de celebración, pero el amor y solidaridad de sus familiares, de sus allegados y de todos en general que buscamos interpretar en estas líneas, servirá para recordarlas. A ellas, así como a las mujeres que pueden afanarse de conservar a sus hijos, rendimos el homenaje que ellas se merecen a través de esta columna.
No son sólo fuente de vida por excelencia, sino sostén de los valores que hacen digna la existencia.
Desde esta columna les rindo un homenaje a todas las madres vallenatas, muchas de ellas ya fallecidas pero que las guardo en mi recuerdo.
Y como es mi costumbre trataré otros temitas: Vuelvo a retomar el tema de las ciclorrutas de la calle 17 y carrera 9, esto no puede quedar en el olvido. Como todas las cosas en Valledupar que le echan tierra. Son 1.253 millones de pesos que se perdieron por culpa de una administración irresponsable como la de Fredy Socarrás. Espero que se investigue esta obra y se sancione al autor de esta barbaridad, que les sirvió para la última mermelada. Darle unas felicitaciones de reconocimiento a las siguientes obras de la Administración Municipal: Recuperación de las zonas verdes de la carrera 4 frente a la casa de Poncho Zuleta. Los trabajados del Terminal de Transporte, muy buena obra. Sigue llevando cocotazos el actual director del Tránsito, ni siquiera aumentando el número de agentes ha mejorado la movilidad, trabajan en un desorden espantoso. Deben de ponerle inspector permanente que vigile si están haciendo las cosas bien o mal, pero la verdad no se ve el trabajo que están realizando y la movilidad empeora cada día.
Postdata: Empresarios santandereanos montaron un nuevo restaurante ‘El Parrillaje’, situado en plena Plaza Alfonso López en donde encontrará exquisitas comidas, asados, platos a la carta y menú al día. Los invito a visitar este sitio.
Por Alberto Herazo Palmera
No es tarde para escribir sobre ellas. El pasado domingo 14 de mayo, el comercio celebró el día de las madres, pues esto se convirtió en un gran negoción. Para mí, todos los días le debemos reconocimiento a ese ser tan querido y adorado. Todos los días debemos hacerle el justo reconocimiento a esa figura […]
No es tarde para escribir sobre ellas. El pasado domingo 14 de mayo, el comercio celebró el día de las madres, pues esto se convirtió en un gran negoción. Para mí, todos los días le debemos reconocimiento a ese ser tan querido y adorado. Todos los días debemos hacerle el justo reconocimiento a esa figura paradigmática para quien todo elogio es pequeño.
En nuestro país y en especial en nuestra querida tierra Valledupar, cobra especial significado, pues en medio de las tragedias en las que vivimos, sobresale como símbolo de sufrimiento que genera cualquier acto de violencia, el papel abnegado de las mujeres que soportan la pérdida de sus hijos, con todo el dolor que ello conlleva.
Madres de policías y soldados muertos en defensa de nuestra democracia o retenidos arbitrariamente por los grupos alzados en armas, madres de ciudadanos y niños inocentes asesinados en actos de salvajismo que rechaza la conciencia civilizada, madres de seres que mueren víctimas de la delincuencia y la intolerancia, madres que soportan la muerte de un hijo por robarle un celular, madres que soportan la muerte de su hija asesinada por su propio esposo, son madres, en fin, martirizadas en un país o en nuestro pueblo que parece insensible ante tanta hostilidad insensata.
Para ellas, ese 14 de mayo no fue de celebración, pero el amor y solidaridad de sus familiares, de sus allegados y de todos en general que buscamos interpretar en estas líneas, servirá para recordarlas. A ellas, así como a las mujeres que pueden afanarse de conservar a sus hijos, rendimos el homenaje que ellas se merecen a través de esta columna.
No son sólo fuente de vida por excelencia, sino sostén de los valores que hacen digna la existencia.
Desde esta columna les rindo un homenaje a todas las madres vallenatas, muchas de ellas ya fallecidas pero que las guardo en mi recuerdo.
Y como es mi costumbre trataré otros temitas: Vuelvo a retomar el tema de las ciclorrutas de la calle 17 y carrera 9, esto no puede quedar en el olvido. Como todas las cosas en Valledupar que le echan tierra. Son 1.253 millones de pesos que se perdieron por culpa de una administración irresponsable como la de Fredy Socarrás. Espero que se investigue esta obra y se sancione al autor de esta barbaridad, que les sirvió para la última mermelada. Darle unas felicitaciones de reconocimiento a las siguientes obras de la Administración Municipal: Recuperación de las zonas verdes de la carrera 4 frente a la casa de Poncho Zuleta. Los trabajados del Terminal de Transporte, muy buena obra. Sigue llevando cocotazos el actual director del Tránsito, ni siquiera aumentando el número de agentes ha mejorado la movilidad, trabajan en un desorden espantoso. Deben de ponerle inspector permanente que vigile si están haciendo las cosas bien o mal, pero la verdad no se ve el trabajo que están realizando y la movilidad empeora cada día.
Postdata: Empresarios santandereanos montaron un nuevo restaurante ‘El Parrillaje’, situado en plena Plaza Alfonso López en donde encontrará exquisitas comidas, asados, platos a la carta y menú al día. Los invito a visitar este sitio.
Por Alberto Herazo Palmera