El hurto fue uno más de los ocurridos en la capital cesarense, pero lo que nunca imaginó la víctima es que al día siguiente, a las 7:30 de la mañana de ayer, los delincuentes lo volvieron a atracar.
La noche del pasado martes, el mototaxista Luis Eduardo Noriega, de 25 años, fue despojado de su medio de transporte y subsistencia de su familia mediante atraco a mano armada en la urbanización Nando Marín, sur de Valledupar.
El hurto fue uno más de los ocurridos en la capital cesarense, pero lo que nunca imaginó la víctima es que al día siguiente, a las 7:30 de la mañana de ayer, los delincuentes lo volvieron a atracar, llevándose la motocicleta que un sobrino le había prestado para trabajar.
El afectado contó que le quitó la llave y salió corriendo, pero los asaltantes le propinaron un impacto de bala. “Cuando sentí fue un disparo en la región inguinal, lado izquierdo, que me hizo caer al suelo y no me pude parar”, relató mientras era atendido en el Hospital Rosario Pumarejo de López.
El mototaxista fue sometido a una intervención quirúrgica para extraerle el proyectil que le quedó alojado en la parte posterior de la pierna izquierda.
Según el dictamen médico, la bala no causó afectación de gravedad, pero sí rosó el fémur.
Por Abdel Martínez Pérez
El hurto fue uno más de los ocurridos en la capital cesarense, pero lo que nunca imaginó la víctima es que al día siguiente, a las 7:30 de la mañana de ayer, los delincuentes lo volvieron a atracar.
La noche del pasado martes, el mototaxista Luis Eduardo Noriega, de 25 años, fue despojado de su medio de transporte y subsistencia de su familia mediante atraco a mano armada en la urbanización Nando Marín, sur de Valledupar.
El hurto fue uno más de los ocurridos en la capital cesarense, pero lo que nunca imaginó la víctima es que al día siguiente, a las 7:30 de la mañana de ayer, los delincuentes lo volvieron a atracar, llevándose la motocicleta que un sobrino le había prestado para trabajar.
El afectado contó que le quitó la llave y salió corriendo, pero los asaltantes le propinaron un impacto de bala. “Cuando sentí fue un disparo en la región inguinal, lado izquierdo, que me hizo caer al suelo y no me pude parar”, relató mientras era atendido en el Hospital Rosario Pumarejo de López.
El mototaxista fue sometido a una intervención quirúrgica para extraerle el proyectil que le quedó alojado en la parte posterior de la pierna izquierda.
Según el dictamen médico, la bala no causó afectación de gravedad, pero sí rosó el fémur.
Por Abdel Martínez Pérez