Mientras en Valledupar se abren los acordeones para celebrar la fiesta vallenata más grande del mundo que dura cinco días, olvidando la realidad que vive la región, el país y el mundo, en Bogotá se conocieron los resultados del Índice de Transparencia de las Entidades Públicas, con un balance nada alentador –aunque conocido ampliamente: “La […]
Mientras en Valledupar se abren los acordeones para celebrar la fiesta vallenata más grande del mundo que dura cinco días, olvidando la realidad que vive la región, el país y el mundo, en Bogotá se conocieron los resultados del Índice de Transparencia de las Entidades Públicas, con un balance nada alentador –aunque conocido ampliamente: “La gestión pública colombiana continúa en riesgo de corrupción”.
La Corporación Transparencia por Colombia evaluó la gestión administrativa de las entidades entre enero 2015 y abril del 2016. En esta oportunidad fueron evaluadas 75 entidades del nivel nacional, 32 gobernaciones, 32 contralorías y 28 municipios capitales.
En el informe afirman que las calificaciones promedio de 68,2 sobre 100 puntos para las entidades nacionales, 61,5 para las departamentales y 56,8 para las alcaldías señalan que, a pesar de la innovación normativa, la administración pública en Colombia sigue siendo un escenario de oportunidad para la corrupción. Ninguna de las 167 entidades evaluadas por esta herramienta de control social logró el nivel de Riesgo Bajo de corrupción. Las calificaciones más aceptables se clasifican en Riesgo Moderado y la conforman en un 27 por ciento las entidades nacionales, 22 por ciento de las gobernaciones y sólo 11 por ciento de las 28 alcaldías evaluadas. La gran mayoría de las entidades fueron clasificadas en Riesgo Alto y Muy Alto de Corrupción, así: 60 por ciento de las 28 alcaldías evaluadas, 50 por ciento de las 32 Contralorías Departamentales, 40 por ciento de las Gobernaciones y 19 por ciento de las entidades nacionales.
En conclusión, campea la corrupción, los riesgos son tan evidentes que no necesitan estudiarse ni medirse más. Hay que actuar y pronto, antes que la cultura de la corrupción se arraigue más y corrompa a los buenos –pocos- funcionarios.
Del comparativo nacional tiene riesgo Muy Alto la Cámara de Representantes (qué dirán los representantes cesarenses), y Alto el Departamento Nacional de Planeación, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Ministerio de Trabajo, Instituto Nacional de Salud, Unidad de Víctimas, Ejército Nacional, Inpec, Agencia Nacional de Contratación Pública, Agencia Nacional de Minería, Senado de la República. El resto de las 77 entidades nacionales evaluadas, están en riesgo medio y moderado, ninguna en riesgo bajo.
Entre las 32 gobernaciones colombianas, el Cesar está en riesgo Alto, con todas las variables estudiadas por debajo de 6.0 (visibilidad, instuticionalidad y control y sanciones). Índice que se mantiene no solo en este periodo evaluado, sino en el 2013-2014. Es decir, el riesgo de corrupción –hecho realidad- está enquistado hace tiempo en el departamento. Es el momento de revisar con una buena lupa la contratación que adjudican a las firmas foráneas, principalmente del departamento de Bolívar, que son hoy los que ejecutan las millonarias inversiones. La Gobernación del Cesar está en riesgo Alto acompañada de Magdalena, Sucre, Córdoba, San Andrés, Nariño, Caquetá, Vaupés y Amazonas. La Guajira está en riesgo Muy Alto junto con Chocó y Guanía.
A la Alcaldía de Valledupar le fue peor. La corrupción está en riesgo Muy Alto, con un porcentaje de 44,1 sobre 100. Está al mismo nivel que Mocoa, Arauca, Cúcuta, Leticia, Mitú, Santa Marta y Puerto Carreño. En la Alcaldía de Valledupar los índices de visibilidad, institucionalidad, control y sanción están por el suelo, recayó frente a los 46,8 del periodo 2013-2014. El índice de las contralorías departamentales es coherente con los riesgos de corrupción de las gobernaciones. Es decir, la del Cesar está en riesgo Alto.
Por la efervescencia del Festival Vallenato que ocupa toda la atención de la región, este tema no trascenderá en estos días. EL PILÓN deja constancia del informe de Transparencia por Colombia y después del Festival hará parte de nuestra agenda periodística.
Mientras en Valledupar se abren los acordeones para celebrar la fiesta vallenata más grande del mundo que dura cinco días, olvidando la realidad que vive la región, el país y el mundo, en Bogotá se conocieron los resultados del Índice de Transparencia de las Entidades Públicas, con un balance nada alentador –aunque conocido ampliamente: “La […]
Mientras en Valledupar se abren los acordeones para celebrar la fiesta vallenata más grande del mundo que dura cinco días, olvidando la realidad que vive la región, el país y el mundo, en Bogotá se conocieron los resultados del Índice de Transparencia de las Entidades Públicas, con un balance nada alentador –aunque conocido ampliamente: “La gestión pública colombiana continúa en riesgo de corrupción”.
La Corporación Transparencia por Colombia evaluó la gestión administrativa de las entidades entre enero 2015 y abril del 2016. En esta oportunidad fueron evaluadas 75 entidades del nivel nacional, 32 gobernaciones, 32 contralorías y 28 municipios capitales.
En el informe afirman que las calificaciones promedio de 68,2 sobre 100 puntos para las entidades nacionales, 61,5 para las departamentales y 56,8 para las alcaldías señalan que, a pesar de la innovación normativa, la administración pública en Colombia sigue siendo un escenario de oportunidad para la corrupción. Ninguna de las 167 entidades evaluadas por esta herramienta de control social logró el nivel de Riesgo Bajo de corrupción. Las calificaciones más aceptables se clasifican en Riesgo Moderado y la conforman en un 27 por ciento las entidades nacionales, 22 por ciento de las gobernaciones y sólo 11 por ciento de las 28 alcaldías evaluadas. La gran mayoría de las entidades fueron clasificadas en Riesgo Alto y Muy Alto de Corrupción, así: 60 por ciento de las 28 alcaldías evaluadas, 50 por ciento de las 32 Contralorías Departamentales, 40 por ciento de las Gobernaciones y 19 por ciento de las entidades nacionales.
En conclusión, campea la corrupción, los riesgos son tan evidentes que no necesitan estudiarse ni medirse más. Hay que actuar y pronto, antes que la cultura de la corrupción se arraigue más y corrompa a los buenos –pocos- funcionarios.
Del comparativo nacional tiene riesgo Muy Alto la Cámara de Representantes (qué dirán los representantes cesarenses), y Alto el Departamento Nacional de Planeación, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Ministerio de Trabajo, Instituto Nacional de Salud, Unidad de Víctimas, Ejército Nacional, Inpec, Agencia Nacional de Contratación Pública, Agencia Nacional de Minería, Senado de la República. El resto de las 77 entidades nacionales evaluadas, están en riesgo medio y moderado, ninguna en riesgo bajo.
Entre las 32 gobernaciones colombianas, el Cesar está en riesgo Alto, con todas las variables estudiadas por debajo de 6.0 (visibilidad, instuticionalidad y control y sanciones). Índice que se mantiene no solo en este periodo evaluado, sino en el 2013-2014. Es decir, el riesgo de corrupción –hecho realidad- está enquistado hace tiempo en el departamento. Es el momento de revisar con una buena lupa la contratación que adjudican a las firmas foráneas, principalmente del departamento de Bolívar, que son hoy los que ejecutan las millonarias inversiones. La Gobernación del Cesar está en riesgo Alto acompañada de Magdalena, Sucre, Córdoba, San Andrés, Nariño, Caquetá, Vaupés y Amazonas. La Guajira está en riesgo Muy Alto junto con Chocó y Guanía.
A la Alcaldía de Valledupar le fue peor. La corrupción está en riesgo Muy Alto, con un porcentaje de 44,1 sobre 100. Está al mismo nivel que Mocoa, Arauca, Cúcuta, Leticia, Mitú, Santa Marta y Puerto Carreño. En la Alcaldía de Valledupar los índices de visibilidad, institucionalidad, control y sanción están por el suelo, recayó frente a los 46,8 del periodo 2013-2014. El índice de las contralorías departamentales es coherente con los riesgos de corrupción de las gobernaciones. Es decir, la del Cesar está en riesgo Alto.
Por la efervescencia del Festival Vallenato que ocupa toda la atención de la región, este tema no trascenderá en estos días. EL PILÓN deja constancia del informe de Transparencia por Colombia y después del Festival hará parte de nuestra agenda periodística.