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Columnista - 21 abril, 2017

Los funerales de nuestros artistas

El alcalde Tuto Uhía dio en el punto exacto, en realidad hay que organizar los funerales de nuestros valores, es claro que los familiares dejan el cadáver al público para que el pueblo le dé el último adiós, ya que el artista se debe al público. Pero el acompañamiento de este ha de ser hasta […]

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El alcalde Tuto Uhía dio en el punto exacto, en realidad hay que organizar los funerales de nuestros valores, es claro que los familiares dejan el cadáver al público para que el pueblo le dé el último adiós, ya que el artista se debe al público. Pero el acompañamiento de este ha de ser hasta la puerta del cementerio ya en la tumba es un asunto muy privado, intimo es del dolor de la familia; allí solo deben estar los dolientes y algunas personas muy allegadas que son los que consuelan y cuidan de algún desmayo o cualquier cosa, el público en esta parte tan sensible debe guardar la distancia por respeto al dolor ajeno.

Una vez haya sido terminado el entierro, y que ya los familiares se hayan ido entonces sí, el público puede ingresar, los registros de prensa deben proteger el instante con fotos que exhiban con discreción esos momentos, es el único instante en que los dolientes merecen que le respeten el espacio, si desde el mismo momento del accidente se tuvo acceso a todo, allí no, eso es un derecho tácito que la familia tiene y no se le debe vulnerar. Pero, para mayor seguridad de esto las autoridades deben establecerlo por decreto, para que los agentes del orden puedan actuar, de verdad es un gesto humanitario que debe salir de todos nosotros.

Los accidentes se han vuelto una sentencia para el vallenato, la primera fue la acordeonista o acordeonera Fabri Meriño, luego fue Adanies Díaz, Juancho Rois, Maño Torres, Eudes Granados, Nando Marín, Patricia Teheran, Kaleth Morales, Jesús Manuel, Leo Gómez y ahora el noble Martín Elías.

Da tristeza y rabia aceptar que los políticos más corruptos de Colombia en materia vial están en la costa Caribe, hay que enseñar a los niños en los bancos de las escuelas a tener vergüenza y amor por nuestra región de ahora en adelante, después de la Ruta del Sol se supone que el ojo fiscalizador debe caer sobre las vías las cuales han servido durante tantos años para llenar las arcas del político de turno, cuántas y cuántas carreteras aparecen ya pavimentadas y son similares a camino real, eso es anticristiano, algunos políticos cuando se mueran le van a decir a nuestro señor Jesucristo: señor, señor recíbeme en tus brazos porque yo fui uno de los políticos expertos y tramposos en tumbarme la plática de las carreteras. (Carlos Vives es un flechero de verdades) Creo que a ‘Poncho’ Zuleta lo conmovía y molestó profundamente esta gran pérdida y de veras hay razones, además es verdad que él los ve como a sus hijos y en cierta forma lo son.

Con Martín no solo se fue una promesa segura del canto vallenato, si no también un gran ser humano, era realmente un hombre pulcro y respetuoso porque la humildad genera el respeto, con esa espinita en el alma me fui este sábado pasado a cantar al municipio de Sopla Viento y allí le pedí al público que se pusiera de pie y le diera un minuto de aplausos a Martín Elías y la gente saltó de sus asientos y aplaudió fuertemente.

De esta nueva generación nos queda: ‘El Churo’ Díaz, ‘Rafa’ Pérez, ‘El Mono’ Zabaleta y por supuesto ‘El Caballero’ y ‘Luifer’ Cuello, capitaneando el barco.

Por Rosendo Romero Ospino

 

Columnista
21 abril, 2017

Los funerales de nuestros artistas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

El alcalde Tuto Uhía dio en el punto exacto, en realidad hay que organizar los funerales de nuestros valores, es claro que los familiares dejan el cadáver al público para que el pueblo le dé el último adiós, ya que el artista se debe al público. Pero el acompañamiento de este ha de ser hasta […]


El alcalde Tuto Uhía dio en el punto exacto, en realidad hay que organizar los funerales de nuestros valores, es claro que los familiares dejan el cadáver al público para que el pueblo le dé el último adiós, ya que el artista se debe al público. Pero el acompañamiento de este ha de ser hasta la puerta del cementerio ya en la tumba es un asunto muy privado, intimo es del dolor de la familia; allí solo deben estar los dolientes y algunas personas muy allegadas que son los que consuelan y cuidan de algún desmayo o cualquier cosa, el público en esta parte tan sensible debe guardar la distancia por respeto al dolor ajeno.

Una vez haya sido terminado el entierro, y que ya los familiares se hayan ido entonces sí, el público puede ingresar, los registros de prensa deben proteger el instante con fotos que exhiban con discreción esos momentos, es el único instante en que los dolientes merecen que le respeten el espacio, si desde el mismo momento del accidente se tuvo acceso a todo, allí no, eso es un derecho tácito que la familia tiene y no se le debe vulnerar. Pero, para mayor seguridad de esto las autoridades deben establecerlo por decreto, para que los agentes del orden puedan actuar, de verdad es un gesto humanitario que debe salir de todos nosotros.

Los accidentes se han vuelto una sentencia para el vallenato, la primera fue la acordeonista o acordeonera Fabri Meriño, luego fue Adanies Díaz, Juancho Rois, Maño Torres, Eudes Granados, Nando Marín, Patricia Teheran, Kaleth Morales, Jesús Manuel, Leo Gómez y ahora el noble Martín Elías.

Da tristeza y rabia aceptar que los políticos más corruptos de Colombia en materia vial están en la costa Caribe, hay que enseñar a los niños en los bancos de las escuelas a tener vergüenza y amor por nuestra región de ahora en adelante, después de la Ruta del Sol se supone que el ojo fiscalizador debe caer sobre las vías las cuales han servido durante tantos años para llenar las arcas del político de turno, cuántas y cuántas carreteras aparecen ya pavimentadas y son similares a camino real, eso es anticristiano, algunos políticos cuando se mueran le van a decir a nuestro señor Jesucristo: señor, señor recíbeme en tus brazos porque yo fui uno de los políticos expertos y tramposos en tumbarme la plática de las carreteras. (Carlos Vives es un flechero de verdades) Creo que a ‘Poncho’ Zuleta lo conmovía y molestó profundamente esta gran pérdida y de veras hay razones, además es verdad que él los ve como a sus hijos y en cierta forma lo son.

Con Martín no solo se fue una promesa segura del canto vallenato, si no también un gran ser humano, era realmente un hombre pulcro y respetuoso porque la humildad genera el respeto, con esa espinita en el alma me fui este sábado pasado a cantar al municipio de Sopla Viento y allí le pedí al público que se pusiera de pie y le diera un minuto de aplausos a Martín Elías y la gente saltó de sus asientos y aplaudió fuertemente.

De esta nueva generación nos queda: ‘El Churo’ Díaz, ‘Rafa’ Pérez, ‘El Mono’ Zabaleta y por supuesto ‘El Caballero’ y ‘Luifer’ Cuello, capitaneando el barco.

Por Rosendo Romero Ospino