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Columnista - 29 marzo, 2017

Procaribe

Acaba de escribir Adolfo Meisel, Co-director del Banco de la República y hombre caribe, un muy interesante documento sobre “El liderazgo y el futuro del caribe colombiano”. Su tesis, es contundente y paradójica: el Caribe pone presidente, define elecciones, tienen el 33 % del Congreso, pero es incapaz de definir políticas públicas y cuenta con […]

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Acaba de escribir Adolfo Meisel, Co-director del Banco de la República y hombre caribe, un muy interesante documento sobre “El liderazgo y el futuro del caribe colombiano”. Su tesis, es contundente y paradójica: el Caribe pone presidente, define elecciones, tienen el 33 % del Congreso, pero es incapaz de definir políticas públicas y cuenta con una muy escasa capacidad de influencia en el poder central. ¡Que más se puede decir! Meisel, trata de explicar esa incomprensible situación desde ámbitos sociales, económicos, culturales y sobre todo de falta de liderazgo.

Finalmente hace una propuesta válida. Crear un ente similar a Proantioquia, que obviamente se llame Procaribe.

A ese tema de liderazgo creo que hay que darle una mirada desde lo cualitativo y desde lo propositivo. Vamos por partes. Al 33 % hay que hacerle un análisis cualitativo. ¿A quiénes representan esos padres de la patria, y que preparación y capacidad tienen? En el Cesar, sí que vale la pena ese análisis. Desde hace varios años, venimos sintiendo la ausencia de capacidad de influir en las grandes decisiones políticas de nuestros parlamentarios. Sus voces son tímidas, cuando no es que son mudos, en las discusiones políticas de envergadura del país. Desconozco debates que hayan hecho en torno al proceso de paz, a la reforma tributaria, a la problemática internacional, etc.

Así se podría decir de la mayoría -no de todos- ese 33 %. En resumen, buena cantidad, poca calidad.

Ahora, desde lo propositivo, uno de los casos recientes y el único que conozco de unión de la dirigencia regional, es la batalla contra Electricaribe. Nótese que es una alianza en contra de alguien, no a favor de algo nuevo. No hemos sido capaces de generar alianzas creativas, propositivas. Por ejemplo, a favor de mejorar las vías transversales del Caribe, de erradicar la corrupción, de defender la línea costera, de prevenir los desastres naturales o de luchar contra el hambre. Todos propósitos que no tienen fronteras, ni que acaban con la línea divisoria de los departamentos y que son muy agudos en la región. Si no tenemos ese tipo de propósitos comunes, construir región será más difícil. Nos unimos para derrotar algo, no para proponer algo. Es hora de pasar al otro lado de la línea.

Pero la dirigencia de una región es mucho más que su clase política, afortunadamente. Ahí también nos quedamos cortos. La Academia y el Sector Privado tampoco han estado a la altura.

Por eso Meisel, hace la propuesta de Procaribe, cómo centro de pensamiento para pensar en grande el Caribe. Para aunar esfuerzos. Para proponer proyectos. Para coordinar intereses.

Procaribe no es la suma de los Probarranquilla, ProValledupar, etc.

Tampoco la suma de los centros de pensamiento locales. Tiene otra finalidad. Buena idea en la medida que sea incluyente.

Buena idea en la medida que sea participativo y no se genere posiciones centralistas desde el mismo Caribe. En Procaribe, el Cesar debería decir presente. Aquí estoy.

Por Fernando Herrera Araujo

@fherreraraujo

Columnista
29 marzo, 2017

Procaribe

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Fernando Herrera Araújo

Acaba de escribir Adolfo Meisel, Co-director del Banco de la República y hombre caribe, un muy interesante documento sobre “El liderazgo y el futuro del caribe colombiano”. Su tesis, es contundente y paradójica: el Caribe pone presidente, define elecciones, tienen el 33 % del Congreso, pero es incapaz de definir políticas públicas y cuenta con […]


Acaba de escribir Adolfo Meisel, Co-director del Banco de la República y hombre caribe, un muy interesante documento sobre “El liderazgo y el futuro del caribe colombiano”. Su tesis, es contundente y paradójica: el Caribe pone presidente, define elecciones, tienen el 33 % del Congreso, pero es incapaz de definir políticas públicas y cuenta con una muy escasa capacidad de influencia en el poder central. ¡Que más se puede decir! Meisel, trata de explicar esa incomprensible situación desde ámbitos sociales, económicos, culturales y sobre todo de falta de liderazgo.

Finalmente hace una propuesta válida. Crear un ente similar a Proantioquia, que obviamente se llame Procaribe.

A ese tema de liderazgo creo que hay que darle una mirada desde lo cualitativo y desde lo propositivo. Vamos por partes. Al 33 % hay que hacerle un análisis cualitativo. ¿A quiénes representan esos padres de la patria, y que preparación y capacidad tienen? En el Cesar, sí que vale la pena ese análisis. Desde hace varios años, venimos sintiendo la ausencia de capacidad de influir en las grandes decisiones políticas de nuestros parlamentarios. Sus voces son tímidas, cuando no es que son mudos, en las discusiones políticas de envergadura del país. Desconozco debates que hayan hecho en torno al proceso de paz, a la reforma tributaria, a la problemática internacional, etc.

Así se podría decir de la mayoría -no de todos- ese 33 %. En resumen, buena cantidad, poca calidad.

Ahora, desde lo propositivo, uno de los casos recientes y el único que conozco de unión de la dirigencia regional, es la batalla contra Electricaribe. Nótese que es una alianza en contra de alguien, no a favor de algo nuevo. No hemos sido capaces de generar alianzas creativas, propositivas. Por ejemplo, a favor de mejorar las vías transversales del Caribe, de erradicar la corrupción, de defender la línea costera, de prevenir los desastres naturales o de luchar contra el hambre. Todos propósitos que no tienen fronteras, ni que acaban con la línea divisoria de los departamentos y que son muy agudos en la región. Si no tenemos ese tipo de propósitos comunes, construir región será más difícil. Nos unimos para derrotar algo, no para proponer algo. Es hora de pasar al otro lado de la línea.

Pero la dirigencia de una región es mucho más que su clase política, afortunadamente. Ahí también nos quedamos cortos. La Academia y el Sector Privado tampoco han estado a la altura.

Por eso Meisel, hace la propuesta de Procaribe, cómo centro de pensamiento para pensar en grande el Caribe. Para aunar esfuerzos. Para proponer proyectos. Para coordinar intereses.

Procaribe no es la suma de los Probarranquilla, ProValledupar, etc.

Tampoco la suma de los centros de pensamiento locales. Tiene otra finalidad. Buena idea en la medida que sea incluyente.

Buena idea en la medida que sea participativo y no se genere posiciones centralistas desde el mismo Caribe. En Procaribe, el Cesar debería decir presente. Aquí estoy.

Por Fernando Herrera Araujo

@fherreraraujo