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Columnista - 14 julio, 2010

Un Acuerdo escandaliza y divide a docentes de la UPC

Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan Por: Aquilino Cotes Zuleta El Consejo Académico y el Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar -UPC- acaban de aprobar la modificación del artículo 18 del Reglamento Estudiantil que facultaba a los directores de programas académicos a aprobar las cancelaciones de asignaturas, siempre y cuando el […]

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Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan
Por: Aquilino Cotes Zuleta

El Consejo Académico y el Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar -UPC- acaban de aprobar la modificación del artículo 18 del Reglamento Estudiantil que facultaba a los directores de programas académicos a aprobar las cancelaciones de asignaturas, siempre y cuando el estudiante no las llevara perdidas.
El nuevo Acuerdo del CSU, número 008, en el considerando afirma que “las asignaturas no cursadas por razones de índole no académicas o perdidas por razones académicas, han incrementado ostensiblemente los casos de deserción estudiantil en la UPC. Que es política del Gobierno Nacional la implementación de programas y estrategias que ayuden a aminorar la deserción de la población estudiantil”.
El Acuerdo ordena: “Todo estudiante  podrá solicitar la cancelación de asignaturas, hasta cinco días antes de la presentación del examen (parcial) final”. Y en un parágrafo añade: “El estudiante que cancele dos o más asignaturas, no podrá acceder a ningún beneficio “interno”, como becas o exoneraciones de pagos por concepto de matrículas”.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan al conocer el texto del Acuerdo me convocaron de urgencia a una reunión para tratar el tema.
“Varios docentes han calificado el Acuerdo como un inútil académico, que atenta contra la pluralidad pedagógica de los profesores; porque consideran que la evaluación al estudiante hace parte de una medición del mundo globalizado que los consejeros han trastocado, sin medir las consecuencias”, afirmó Tío Nan.
“Para que un docente y la misma institución pueda saber si un estudiante está logrando los conocimientos, competencias, actitudes y valores suficientes para desempeñarse  bien en la sociedad y para convivir armónicamente en comunidad, debe tener una medición: la evaluación”, precisó Tío Chiro.
“Muchos docentes de la UPC han afirmado que, en adelante, se tendrán que cohibir de exigir trabajos, exposiciones y exámenes para evitar que al final del semestre su labor de enseñar lo trunque el estudiante afirmando que no le importa la asignatura y como la lleva perdida, porque no hace la tarea, lo mejor es cancelarla”, añadió Tío Nan.
“Los docentes – entiendo yo- no usarán como estrategia pedagógica en los salones de clases que los estudiantes se comprometan cada día más con una asignatura y sean más responsables en sus quehaceres académicos, obligándolos     a  que entreguen  sus trabajos y estudien para los exámenes, porque tienen bajo la manga el as del Acuerdo 008: si pierden la materia la cancelan y punto”, corroboró Tío Chiro.
“Aquí lo que está en detrimento es la academia y se benefician los estudiantes mediocres quienes, como en todas las universidades, siempre están a la espera de que el docente les regale las notas”, expresó Tío Nan.
“Los consejeros deberían invitar a los pedagogos y a los profesores a debatir sobre el tema antes de ponerlo en vigencia el próximo semestre y en la discusión encontrar propuestas para atajar el alto índice de deserción, que es más un problema de recursos económicos y cobertura, que de pérdida de asignatura”, argumentó Tío Chiro.
“El espíritu de la norma no debe ser para favorecer a una minoría de estudiantes en menoscabo de la mayoría, ni mucho menos para tirar por la borda el ánimo pedagógico que tienen los docentes en construir sus propias estrategias para hacer que el estudiante responda  al compromiso que asumió cuando fue admitido como estudiante de la UPC”,  corroboró Tío Chiro.
“No podemos decir que son todos los estudiantes los que  están de júbilo por el acto administrativo en referencia. Muchos de ellos son responsables y estudiosos, y jamás tendrán que acudir al citado Acuerdo para remediar el semestre, aunque el Consejo Académico con el aval del Consejo Superior Universitario les haya puesto de papayita tremenda holgazanería”, indicó Tío Nan.
“El rector de la UPC como presidente del Consejo Académico, -con todo respeto- debería asesorarse y convocar a los estamentos universitarios a debatir esta ligereza sin atender las chismografías; direccionar el alma mater hacía la senda del conocimiento, como debe ser, en vez de estar señalando en los pasillos cuáles docentes y administrativos son sus amigos y cuáles sus enemigos”, concluyó Tío Chiro.
Hasta la próxima semana.
[email protected]

Columnista
14 julio, 2010

Un Acuerdo escandaliza y divide a docentes de la UPC

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan Por: Aquilino Cotes Zuleta El Consejo Académico y el Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar -UPC- acaban de aprobar la modificación del artículo 18 del Reglamento Estudiantil que facultaba a los directores de programas académicos a aprobar las cancelaciones de asignaturas, siempre y cuando el […]


Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan
Por: Aquilino Cotes Zuleta

El Consejo Académico y el Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar -UPC- acaban de aprobar la modificación del artículo 18 del Reglamento Estudiantil que facultaba a los directores de programas académicos a aprobar las cancelaciones de asignaturas, siempre y cuando el estudiante no las llevara perdidas.
El nuevo Acuerdo del CSU, número 008, en el considerando afirma que “las asignaturas no cursadas por razones de índole no académicas o perdidas por razones académicas, han incrementado ostensiblemente los casos de deserción estudiantil en la UPC. Que es política del Gobierno Nacional la implementación de programas y estrategias que ayuden a aminorar la deserción de la población estudiantil”.
El Acuerdo ordena: “Todo estudiante  podrá solicitar la cancelación de asignaturas, hasta cinco días antes de la presentación del examen (parcial) final”. Y en un parágrafo añade: “El estudiante que cancele dos o más asignaturas, no podrá acceder a ningún beneficio “interno”, como becas o exoneraciones de pagos por concepto de matrículas”.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan al conocer el texto del Acuerdo me convocaron de urgencia a una reunión para tratar el tema.
“Varios docentes han calificado el Acuerdo como un inútil académico, que atenta contra la pluralidad pedagógica de los profesores; porque consideran que la evaluación al estudiante hace parte de una medición del mundo globalizado que los consejeros han trastocado, sin medir las consecuencias”, afirmó Tío Nan.
“Para que un docente y la misma institución pueda saber si un estudiante está logrando los conocimientos, competencias, actitudes y valores suficientes para desempeñarse  bien en la sociedad y para convivir armónicamente en comunidad, debe tener una medición: la evaluación”, precisó Tío Chiro.
“Muchos docentes de la UPC han afirmado que, en adelante, se tendrán que cohibir de exigir trabajos, exposiciones y exámenes para evitar que al final del semestre su labor de enseñar lo trunque el estudiante afirmando que no le importa la asignatura y como la lleva perdida, porque no hace la tarea, lo mejor es cancelarla”, añadió Tío Nan.
“Los docentes – entiendo yo- no usarán como estrategia pedagógica en los salones de clases que los estudiantes se comprometan cada día más con una asignatura y sean más responsables en sus quehaceres académicos, obligándolos     a  que entreguen  sus trabajos y estudien para los exámenes, porque tienen bajo la manga el as del Acuerdo 008: si pierden la materia la cancelan y punto”, corroboró Tío Chiro.
“Aquí lo que está en detrimento es la academia y se benefician los estudiantes mediocres quienes, como en todas las universidades, siempre están a la espera de que el docente les regale las notas”, expresó Tío Nan.
“Los consejeros deberían invitar a los pedagogos y a los profesores a debatir sobre el tema antes de ponerlo en vigencia el próximo semestre y en la discusión encontrar propuestas para atajar el alto índice de deserción, que es más un problema de recursos económicos y cobertura, que de pérdida de asignatura”, argumentó Tío Chiro.
“El espíritu de la norma no debe ser para favorecer a una minoría de estudiantes en menoscabo de la mayoría, ni mucho menos para tirar por la borda el ánimo pedagógico que tienen los docentes en construir sus propias estrategias para hacer que el estudiante responda  al compromiso que asumió cuando fue admitido como estudiante de la UPC”,  corroboró Tío Chiro.
“No podemos decir que son todos los estudiantes los que  están de júbilo por el acto administrativo en referencia. Muchos de ellos son responsables y estudiosos, y jamás tendrán que acudir al citado Acuerdo para remediar el semestre, aunque el Consejo Académico con el aval del Consejo Superior Universitario les haya puesto de papayita tremenda holgazanería”, indicó Tío Nan.
“El rector de la UPC como presidente del Consejo Académico, -con todo respeto- debería asesorarse y convocar a los estamentos universitarios a debatir esta ligereza sin atender las chismografías; direccionar el alma mater hacía la senda del conocimiento, como debe ser, en vez de estar señalando en los pasillos cuáles docentes y administrativos son sus amigos y cuáles sus enemigos”, concluyó Tío Chiro.
Hasta la próxima semana.
[email protected]