Al congreso mundial, en Cartagena, de la Internacional Socialista, cargado de aplausos al proceso de paz (sin duda, a causa de evidentes falencias en la información), llegué con la indignación y la tristeza de un hecho particularmente doloroso. Derly Pastrana es una de las líderes más emblemáticas de las víctimas de las Farc del Caguán […]
Al congreso mundial, en Cartagena, de la Internacional Socialista, cargado de aplausos al proceso de paz (sin duda, a causa de evidentes falencias en la información), llegué con la indignación y la tristeza de un hecho particularmente doloroso. Derly Pastrana es una de las líderes más emblemáticas de las víctimas de las Farc del Caguán y del Huila. Su marido fue asesinado por no pagar las extorsiones de las Farc en el Meta y su hijo Arnulfo, a
los trece años de edad, fue reclutado forzosamente por ese grupo guerrillero. Para recuperarlo, se prestó a los abusos de los victimarios.
Luego vienen el desplazamiento y su empoderamiento como víctima de las Farc. En semanas anteriores, se negó a acudir al llamado de ‘La Oruga’, segundo al mando de la Teófilo Forero (frente supuestamente desmovilizado), con el ominoso resultado de que, el domingo 26 de febrero, su hijo fue asesinado, a una cuadra de su casa a pesar de que desde octubre del año pasado Derly venía haciendo denuncias de amenazas y pidiendo con urgencia protección para él. Fue toda “una muerte anunciada”.
El reporte del Coronel de la Policía que tenía que protegerlo es infame: trata de difamar al joven de 19 años, que trabajaba y vivía con su madre, como cualquier otro joven de familia, lo cuestiona e inventa una hipótesis traída de los cabellos, al “sindicarlo” de consumir marihuana.
Horroriza casi tanto el asesinato, a través de milicianos de las Farc, de cualquier líder de nuestro movimiento empoderado y crítico del proceso, como la reacción del Gobierno y de la Policía, al crear, como en este caso, unos nuevos “falsos positivos”. Responsabilizo a la Policía, al Ministro del Interior y al Gobierno Nacional, en general, de la vida de cada uno de los integrantes de la Federación Colombiana de Víctimas de las Farc (FEVCOL). Últimamente, no hemos oído sino de las cifras, desproporcionadas y absolutamente ofensivas para todos los colombianos, sobre los salarios y la protección que se les está garantizando a las Farc en este proceso, mientras se están descuidando la seguridad y la protección para las víctimas. Nadie cree que quienes hayan sido asesinos, secuestradores o extorsionistas dejarán de serlo por un acuerdo en las condiciones del que ha sido firmado con las Farc, y por tanto, se constituye una amenaza real para sus críticos y sus víctimas del pasado, presente y futuro.
Por lo anterior, con la mayor autoridad exigimos la protección del Estado a las víctimas de las Farc y pedimos que se esclarezcan las muertes de defensores de derechos humanos, de derecha o de izquierda, y de personas que, como Arnulfo Pinzón Pastrana, puedan representar críticas al proceso.
No hay nada más doloroso que reconocer que se había dicho la verdad cuando ya el daño está hecho.
Por Sofía Gaviria Correa
*Codirectora Partido Liberal Colombiano. Presidenta honoraria Federación Colombiana de Víctimas de las Farc
Al congreso mundial, en Cartagena, de la Internacional Socialista, cargado de aplausos al proceso de paz (sin duda, a causa de evidentes falencias en la información), llegué con la indignación y la tristeza de un hecho particularmente doloroso. Derly Pastrana es una de las líderes más emblemáticas de las víctimas de las Farc del Caguán […]
Al congreso mundial, en Cartagena, de la Internacional Socialista, cargado de aplausos al proceso de paz (sin duda, a causa de evidentes falencias en la información), llegué con la indignación y la tristeza de un hecho particularmente doloroso. Derly Pastrana es una de las líderes más emblemáticas de las víctimas de las Farc del Caguán y del Huila. Su marido fue asesinado por no pagar las extorsiones de las Farc en el Meta y su hijo Arnulfo, a
los trece años de edad, fue reclutado forzosamente por ese grupo guerrillero. Para recuperarlo, se prestó a los abusos de los victimarios.
Luego vienen el desplazamiento y su empoderamiento como víctima de las Farc. En semanas anteriores, se negó a acudir al llamado de ‘La Oruga’, segundo al mando de la Teófilo Forero (frente supuestamente desmovilizado), con el ominoso resultado de que, el domingo 26 de febrero, su hijo fue asesinado, a una cuadra de su casa a pesar de que desde octubre del año pasado Derly venía haciendo denuncias de amenazas y pidiendo con urgencia protección para él. Fue toda “una muerte anunciada”.
El reporte del Coronel de la Policía que tenía que protegerlo es infame: trata de difamar al joven de 19 años, que trabajaba y vivía con su madre, como cualquier otro joven de familia, lo cuestiona e inventa una hipótesis traída de los cabellos, al “sindicarlo” de consumir marihuana.
Horroriza casi tanto el asesinato, a través de milicianos de las Farc, de cualquier líder de nuestro movimiento empoderado y crítico del proceso, como la reacción del Gobierno y de la Policía, al crear, como en este caso, unos nuevos “falsos positivos”. Responsabilizo a la Policía, al Ministro del Interior y al Gobierno Nacional, en general, de la vida de cada uno de los integrantes de la Federación Colombiana de Víctimas de las Farc (FEVCOL). Últimamente, no hemos oído sino de las cifras, desproporcionadas y absolutamente ofensivas para todos los colombianos, sobre los salarios y la protección que se les está garantizando a las Farc en este proceso, mientras se están descuidando la seguridad y la protección para las víctimas. Nadie cree que quienes hayan sido asesinos, secuestradores o extorsionistas dejarán de serlo por un acuerdo en las condiciones del que ha sido firmado con las Farc, y por tanto, se constituye una amenaza real para sus críticos y sus víctimas del pasado, presente y futuro.
Por lo anterior, con la mayor autoridad exigimos la protección del Estado a las víctimas de las Farc y pedimos que se esclarezcan las muertes de defensores de derechos humanos, de derecha o de izquierda, y de personas que, como Arnulfo Pinzón Pastrana, puedan representar críticas al proceso.
No hay nada más doloroso que reconocer que se había dicho la verdad cuando ya el daño está hecho.
Por Sofía Gaviria Correa
*Codirectora Partido Liberal Colombiano. Presidenta honoraria Federación Colombiana de Víctimas de las Farc