Testigos de la acción criminal precisaron que el hecho se registró hacia las 6:40 de la noche.
“La violencia desenfrenada que vivió en otrora el Cesar, en especial el municipio de Pueblo Bello, se ha ensañado con nosotros, de las seis mujeres e igual número de hombres que conformaban nuestro núcleo familiar, solo quedamos siete; cinco de los varones han sido asesinados de forma violenta con armas de fuego por los diferentes grupos al margen de la ley y delincuentes comunes. El único hermano varón que nos queda, está en condición de minusválido porque uno de sus brazos lo tiene inmóvil a raíz de un machetazo que le dieron”. Con este descarnado relato comenzó el dialogo de Sonia Pacheco Sanguino, hermana del albañil Jesús Emiro Pacheco Sanguino, asesinado la noche del viernes en el municipio de Pueblo Bello, población enclavada en las estribaciones de la sierra nevada de Santa Marta.
El crimen fue perpetrado por un hombre no identificado, que vestía una chaqueta de color negro tras llegar hasta la terraza donde residía Jesús Emiro, ubicada en el barrio El Prado y sin mediar palabras le propinó el primer impacto de bala por la cabeza, cuando se encontraba de espalda y luego otro impacto por la espalda lado izquierdo, cuyo proyectil le atravesó el corazón.
Aunque sus hijos se abrazaron y le imploraron al sicario que no mataran a su papá, el asesino hizo caso omiso y accionó el arma de fuego en cuatro oportunidades, dos de los cuales hicieron blanco en su humanidad; y no contento con ello, le apuntó a los hijos para que dejaran de llorar, aunque no accionó el gatillo del revólver y prefirió huir en medio de la mirada atónita de varios testigos.
El hoy occiso, hace 15 días había sostenido una riña en una gallera de la localidad con una persona conocida, al parecer por asuntos pasionales, siendo herido con elemento corto punzante y hacía ocho días que había sido dado de alta de una de las clínicas de Valledupar.
Testigos de la acción criminal precisaron que el hecho se registró hacia las 6:40 de la noche, el autor salió corriendo hacia un sector enmontado del barrio situado sobre el perímetro urbano, aunque es lo último de la población y muy seguramente, otra persona lo esperaba en una motocicleta para lograr huir de la escena del crimen.
“Parece que estaban esperando que saliera de la casa porque en el sector rondaba el asesino e inclusive se tomó una bebida gaseosa en uno de los kioscos de uno de nuestro familiar que se encuentra en el mismo sitio”, puntualizó su hermana Sonia.
“No podemos decir que fue el mismo”: Familiar
Aunque los familiares de la víctima no precisaron si la muerte de Jesús Emiro le habría provenido por el suceso anterior, tampoco la descartan porque ha sido el único problema grave que había tenido a lo largo de sus 29 años, toda vez que no era una persona agresiva, pese a la jocosidad que lo caracterizaba.
“No podemos precisar que fue él, pero de todas maneras es una investigación que adelantan las autoridades con base en la denuncia instaurada en la Fiscalía”, señaló su hermana.
Una vez quedó tendido en el suelo el cuerpo de Jesús Emiro, fue auxiliado por sus familiares que residen en el mismo sector y lo embarcaron en una motocicleta en el medio del conductor y el parrillero para trasladarlo hasta el Hospital Camilo Villazón de la población, donde el médico de turno confirmó que había llegado sin signos vitales.
Hasta el municipio de Pueblo Bello se trasladó la Fiscalía del Cuerpo Técnico de Investigación para llevar a cabo la inspección y reconocimiento del cadáver, el cual fue trasladado en horas de la noche del mismo día hasta la morgue de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valledupar. Ayer sábado antes del mediodía, fue entregado a sus familiares y llevado hasta Pueblo Bello, donde será sepultado la tarde de hoy domingo, en medio del dolor que embarga a familiares y amigos.
Por Abdel Martínez Pérez
Testigos de la acción criminal precisaron que el hecho se registró hacia las 6:40 de la noche.
“La violencia desenfrenada que vivió en otrora el Cesar, en especial el municipio de Pueblo Bello, se ha ensañado con nosotros, de las seis mujeres e igual número de hombres que conformaban nuestro núcleo familiar, solo quedamos siete; cinco de los varones han sido asesinados de forma violenta con armas de fuego por los diferentes grupos al margen de la ley y delincuentes comunes. El único hermano varón que nos queda, está en condición de minusválido porque uno de sus brazos lo tiene inmóvil a raíz de un machetazo que le dieron”. Con este descarnado relato comenzó el dialogo de Sonia Pacheco Sanguino, hermana del albañil Jesús Emiro Pacheco Sanguino, asesinado la noche del viernes en el municipio de Pueblo Bello, población enclavada en las estribaciones de la sierra nevada de Santa Marta.
El crimen fue perpetrado por un hombre no identificado, que vestía una chaqueta de color negro tras llegar hasta la terraza donde residía Jesús Emiro, ubicada en el barrio El Prado y sin mediar palabras le propinó el primer impacto de bala por la cabeza, cuando se encontraba de espalda y luego otro impacto por la espalda lado izquierdo, cuyo proyectil le atravesó el corazón.
Aunque sus hijos se abrazaron y le imploraron al sicario que no mataran a su papá, el asesino hizo caso omiso y accionó el arma de fuego en cuatro oportunidades, dos de los cuales hicieron blanco en su humanidad; y no contento con ello, le apuntó a los hijos para que dejaran de llorar, aunque no accionó el gatillo del revólver y prefirió huir en medio de la mirada atónita de varios testigos.
El hoy occiso, hace 15 días había sostenido una riña en una gallera de la localidad con una persona conocida, al parecer por asuntos pasionales, siendo herido con elemento corto punzante y hacía ocho días que había sido dado de alta de una de las clínicas de Valledupar.
Testigos de la acción criminal precisaron que el hecho se registró hacia las 6:40 de la noche, el autor salió corriendo hacia un sector enmontado del barrio situado sobre el perímetro urbano, aunque es lo último de la población y muy seguramente, otra persona lo esperaba en una motocicleta para lograr huir de la escena del crimen.
“Parece que estaban esperando que saliera de la casa porque en el sector rondaba el asesino e inclusive se tomó una bebida gaseosa en uno de los kioscos de uno de nuestro familiar que se encuentra en el mismo sitio”, puntualizó su hermana Sonia.
“No podemos decir que fue el mismo”: Familiar
Aunque los familiares de la víctima no precisaron si la muerte de Jesús Emiro le habría provenido por el suceso anterior, tampoco la descartan porque ha sido el único problema grave que había tenido a lo largo de sus 29 años, toda vez que no era una persona agresiva, pese a la jocosidad que lo caracterizaba.
“No podemos precisar que fue él, pero de todas maneras es una investigación que adelantan las autoridades con base en la denuncia instaurada en la Fiscalía”, señaló su hermana.
Una vez quedó tendido en el suelo el cuerpo de Jesús Emiro, fue auxiliado por sus familiares que residen en el mismo sector y lo embarcaron en una motocicleta en el medio del conductor y el parrillero para trasladarlo hasta el Hospital Camilo Villazón de la población, donde el médico de turno confirmó que había llegado sin signos vitales.
Hasta el municipio de Pueblo Bello se trasladó la Fiscalía del Cuerpo Técnico de Investigación para llevar a cabo la inspección y reconocimiento del cadáver, el cual fue trasladado en horas de la noche del mismo día hasta la morgue de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valledupar. Ayer sábado antes del mediodía, fue entregado a sus familiares y llevado hasta Pueblo Bello, donde será sepultado la tarde de hoy domingo, en medio del dolor que embarga a familiares y amigos.
Por Abdel Martínez Pérez