De la Calle cree que Colombia todavía está "en el vestíbulo" de la paz, cuya consolidación llevará tiempo, pero hizo un llamamiento a sus compatriotas para "abrir la mente" y dejar atrás desconfianzas y reticencias que son "inercias del pasado".
El jefe negociador del Gobierno de Colombia en las negociaciones con las Farc, Humberto de la Calle, abogó por una gran coalición política y social que defienda el proceso de paz en las elecciones de 2018, ya que volver atrás sería “una catástrofe” para el país.
En una entrevista con EFE en Madrid, De la Calle advirtió que existe el “riesgo político real” de una “marcha atrás” en el acuerdo de paz alcanzado con esa guerrilla, que puso fin a más de medio siglo de conflicto armado y que ha sido criticado por el opositor Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe.
Recordó que el exmandatario cuestiona la justicia transicional aplicada a los guerrilleros y su futura participación en política, dos aspectos que constituyen “el corazón” del acuerdo, a juicio de Humberto de la Calle.
Defendió que se trata de “un acuerdo de Estado” y no respetarlo sería “un revés histórico, una calamidad” y, además, “un engaño” a las FARC, que – dijo – están cumpliendo su parte.
Ante las presidenciales de 2018 propone la conformación de una coalición amplia, que incluya a las fuerzas políticas que han apoyado el proceso de paz y a movimientos independientes ciudadanos.
Crear esa coalición es una “tesis realista” a pesar de que el “no” al acuerdo fue derrotado por medio punto porcentual en el plebiscito del 2 de octubre.
En cuanto a su futuro político De la Calle no desveló si será candidato a la Presidencia el año próximo.
“Yo mantendré mi voz, haré pedagogía por la paz, porque estoy indeleblemente ligado al proceso”, dijo el negociador, quien prefiere no precipitarse, ver si es útil y dejar para más adelante la decisión, porque le preocupa que se hayan anticipado las especulaciones electorales cuando la prioridad ha de ser implementar la paz.
Sobre el momento en que se encuentra el proceso, De la Calle destacó que se esta cumpliendo lo básico y en los plazos adecuados, a pesar de dificultades de carácter logístico en las veintiséis zonas veredales transitorias en las que están concentrados unos 7.000 guerrilleros para hacer la entrega de las armas, proceso que empezó el 1 de marzo.
Se mostró convencido de que se puede llevar a cabo sin problemas la reinserción socioeconómica de los guerrilleros, con la experiencia de la Agencia Nacional de Reincorporación en materia psicológica y de formación profesional.
No obstante, reconoció que es “fundado” el temor de las FARC por su seguridad física después de entregar las armas, dada la experiencia del asesinato de unos 4.000 activistas de la Unión Patriótica en los años 80.
Por otra parte, De la Calle calificó de “visión exagerada y equivocada” la que se desprende de la carta enviada al presidente Juan Manuel Santos por veintiocho generales en retiro que alertaban sobre los riesgos del acuerdo de paz para la seguridad nacional.
Respecto a la postura de la nueva administración estadounidense de Donald Trump sobre el proceso de paz, aseguró que aún es una “incógnita” porque no se ha expresado una “posición definida”.
Pero se mostró convencido de que EEUU mantendrá su apoyo al proceso si se cumplen los planes de erradicación y sustitución de cultivos de coca, que admitió que han aumentado en los últimos tiempos.
De la Calle cree que Colombia todavía está “en el vestíbulo” de la paz, cuya consolidación llevará tiempo, pero hizo un llamamiento a sus compatriotas para “abrir la mente” y dejar atrás desconfianzas y reticencias que son “inercias del pasado”.
De hecho, él ya percibe un nuevo clima con el fin de la violencia, que se traduce en menos delitos, más interés empresarial y nuevas oportunidades en ámbitos como el turismo.
Sobre los efectos de la futura participación de las FARC en la vida política de Colombia, De la Calle aventuró que puede conllevar una mayor ideologización que obligará a los actuales partidos a dejar atrás “las viejas mañas del clientelismo”, aunque no aprecia el temor “al fantasma del castrochavismo” sobre el que alertan los partidarios de Uribe.
Preguntado por el otro proceso de diálogo abierto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuya negociación se desarrolla en Quito, dijo que esta guerrilla “debe ser sensible al mensaje de que las armas ya no son eficaces” y que ese movimiento ha de desembocar en la vida política.
EFE
De la Calle cree que Colombia todavía está "en el vestíbulo" de la paz, cuya consolidación llevará tiempo, pero hizo un llamamiento a sus compatriotas para "abrir la mente" y dejar atrás desconfianzas y reticencias que son "inercias del pasado".
El jefe negociador del Gobierno de Colombia en las negociaciones con las Farc, Humberto de la Calle, abogó por una gran coalición política y social que defienda el proceso de paz en las elecciones de 2018, ya que volver atrás sería “una catástrofe” para el país.
En una entrevista con EFE en Madrid, De la Calle advirtió que existe el “riesgo político real” de una “marcha atrás” en el acuerdo de paz alcanzado con esa guerrilla, que puso fin a más de medio siglo de conflicto armado y que ha sido criticado por el opositor Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe.
Recordó que el exmandatario cuestiona la justicia transicional aplicada a los guerrilleros y su futura participación en política, dos aspectos que constituyen “el corazón” del acuerdo, a juicio de Humberto de la Calle.
Defendió que se trata de “un acuerdo de Estado” y no respetarlo sería “un revés histórico, una calamidad” y, además, “un engaño” a las FARC, que – dijo – están cumpliendo su parte.
Ante las presidenciales de 2018 propone la conformación de una coalición amplia, que incluya a las fuerzas políticas que han apoyado el proceso de paz y a movimientos independientes ciudadanos.
Crear esa coalición es una “tesis realista” a pesar de que el “no” al acuerdo fue derrotado por medio punto porcentual en el plebiscito del 2 de octubre.
En cuanto a su futuro político De la Calle no desveló si será candidato a la Presidencia el año próximo.
“Yo mantendré mi voz, haré pedagogía por la paz, porque estoy indeleblemente ligado al proceso”, dijo el negociador, quien prefiere no precipitarse, ver si es útil y dejar para más adelante la decisión, porque le preocupa que se hayan anticipado las especulaciones electorales cuando la prioridad ha de ser implementar la paz.
Sobre el momento en que se encuentra el proceso, De la Calle destacó que se esta cumpliendo lo básico y en los plazos adecuados, a pesar de dificultades de carácter logístico en las veintiséis zonas veredales transitorias en las que están concentrados unos 7.000 guerrilleros para hacer la entrega de las armas, proceso que empezó el 1 de marzo.
Se mostró convencido de que se puede llevar a cabo sin problemas la reinserción socioeconómica de los guerrilleros, con la experiencia de la Agencia Nacional de Reincorporación en materia psicológica y de formación profesional.
No obstante, reconoció que es “fundado” el temor de las FARC por su seguridad física después de entregar las armas, dada la experiencia del asesinato de unos 4.000 activistas de la Unión Patriótica en los años 80.
Por otra parte, De la Calle calificó de “visión exagerada y equivocada” la que se desprende de la carta enviada al presidente Juan Manuel Santos por veintiocho generales en retiro que alertaban sobre los riesgos del acuerdo de paz para la seguridad nacional.
Respecto a la postura de la nueva administración estadounidense de Donald Trump sobre el proceso de paz, aseguró que aún es una “incógnita” porque no se ha expresado una “posición definida”.
Pero se mostró convencido de que EEUU mantendrá su apoyo al proceso si se cumplen los planes de erradicación y sustitución de cultivos de coca, que admitió que han aumentado en los últimos tiempos.
De la Calle cree que Colombia todavía está “en el vestíbulo” de la paz, cuya consolidación llevará tiempo, pero hizo un llamamiento a sus compatriotas para “abrir la mente” y dejar atrás desconfianzas y reticencias que son “inercias del pasado”.
De hecho, él ya percibe un nuevo clima con el fin de la violencia, que se traduce en menos delitos, más interés empresarial y nuevas oportunidades en ámbitos como el turismo.
Sobre los efectos de la futura participación de las FARC en la vida política de Colombia, De la Calle aventuró que puede conllevar una mayor ideologización que obligará a los actuales partidos a dejar atrás “las viejas mañas del clientelismo”, aunque no aprecia el temor “al fantasma del castrochavismo” sobre el que alertan los partidarios de Uribe.
Preguntado por el otro proceso de diálogo abierto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuya negociación se desarrolla en Quito, dijo que esta guerrilla “debe ser sensible al mensaje de que las armas ya no son eficaces” y que ese movimiento ha de desembocar en la vida política.
EFE