Esta joven de 19 años es estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Popular del Cesar y actualmente es la mejor solista instrumental del Festival de Orquestas en Barranquilla.
Su rostro marca el progreso de un pueblo. Ella, de rasgos indígenas, tiene en sus manos el poder de llevar la cultura de la música vallenata por el mundo.
Desde niña, Wendy Corzo Carmona, apegó su sentir femenino a un instrumento diatónico y cambió las muñecas por imaginar melodías que sollozaban de su sentir. No puede ocultar el sentimiento al recordar la forma de cómo le entregaron un acordeón, regalo que pidió desde su entrada a razonar.
A los seis años la sorprendieron con uno, pero no el que ella quería. Quizá Marciano Martínez cuando compuso la canción ‘Pobre infancia’ no sabía que Wendy le seguía los pasos en su inspiración -“Y un acordeón que fue el encanto de mi vida me tocaba construirlo con pedazos de cartón”-.
“Me regalaron el acordeón a los seis años, pero yo comencé a llorar porque yo le decía a mi papá que quería un acordeón de botones. Ese era un acordeón piano, pero siempre insistí en el otro, aunque la situación económica de mis padres no daba para comprármelo”, rememoró Wendy.
Nació en las entrañas de la etnia Kankuama, resguardo ubicado en poblaciones como Atánquez, La Mina, Guatapurí y otros corregimientos de Valledupar, anclados sobre la Sierra Nevada de Santa Marta.
Con la firme convicción de ser acordeonero, su padre Wilman Corzo comenzó a llevarla a los festivales de la región. Y fue el azar que le dio la fortuna de tener un acordeón. Cuando apenas tenía 11 años y pasaba de la etapa infantil a la pubertad, su padre se ganó un chance y tomó la decisión de invertir el dinero en el anhelo de su hija mayor.
“En vez de arreglar la casa, me compró el acordeón. Yo no tocaba, porque lo único que hacía era interpretar el de juguete”, recuerda la hoy estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Ambiental en la Universidad Popular del Cesar.
Fue así como aparecieron los profesores de música. Primero fue Iván González, después el décimo rey del Festival Vallenato, José María ‘Chema’ Ramos y cuando quiso llegar a la Academia de Música Andrés ‘El Turco’ Gil, la recibieron con una beca para estudiar.
“El maestro Andrés ‘El Turco’ Gil me becó cuando me vio tocar. Así fue como entré a formar parte de Los Niños Vallenatos de ‘El Turco’ Gil, con quienes hice presencia en escenarios nacionales como internacionales”, relata Wendy Corzo.
En el 2013 cumplió el sueño salir de Colombia, de su natal Valledupar, para llevar el vallenato por el mundo. El Turco’ Gil la convocó para la selección de alumnos que llevó a Alemania, Italia, Suiza, Inglaterra, Escocia, Ciudad del Vaticano y algo que no esperó Wendy, ir a la fábrica Hohner, que produce los instrumentos que se roban la mirada de esta joven de 19 años. “En la fábrica Hohner hicimos una visita y hasta tocamos”, dijo.
La perseverancia y dedicación hacen de Wendy una mujer entregada a los concursos en festivales de la región Caribe. Fruto de esa constante práctica tiene coronas como la de ser reina juvenil en el Festival Indio Tayrona en Santa Marta; fue reina en la categoría aficionado del Festival Tierra del Cachaquito en Mariangola, sur de Valledupar; ganó como reina infantil en el Festival Voces y Canciones de San Diego.
Tiene pendiente la corona del Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, en sus cuatro presentaciones durante la etapa infantil y juvenil, no ha logrado llegar al podio.
A pesar de ser amante y defensora del vallenato, su corazón está divido por el apego a los temas ambientales. Como estudiante de Ingeniería Ambiental le generan una opción distinta al arte, así lo consideró cuando consiguió el mejor puntaje Icfes en la Institución Educativa La Esperanza de Valledupar, por lo que recibió una carta en donde le ofrecían una carrera de licenciatura, algo que no aceptó.
“Mis padres me dijeron que no había para pagar más nada, así que lo único era la Universidad Popular del Cesar. Comencé analizar tres carreras, como era Ingeniería Ambiental, Industrial y Contaduría Pública, investigué y la que me llamó la atención fue la parte ambiental porque tengo mucho para aportar al medio ambiente. La carrera me gusta mucho, por ahora no me decido en un solo campo, pero me preocupa mucho el tema del calentamiento global”, narró Wendy Corzo.
Aunque tiene a favor el talento del acordeón, sabe del esfuerzo que debe hacer para compartir el tiempo con el estudio. Desde su alma salen palabras algo cansadas, cuando se refiere a las largas y agotadoras jornadas de estudio que debe acarrear.
Precisamente el año anterior fue ganadora junto a Evelyn Gómez del primer Encuentro Vallenato Femenino, en la categoría a Mejor Agrupación, después debió ser recluida en una clínica.
“Con Evelyn nos conocimos y para el Encuentro Vallenato Femenino me llamó para hacer parte de su agrupación. Ensayamos en Santa Marta porque las integrantes son de distintas partes del país (12 son mujeres y 2 hombres) como Cartagena, Barranquilla, Valledupar, La Guajira y una es de Venezuela”.
Desde ese noviembre de 2016, Wendy Corzo conformó agrupación con Evelyn Gómez y así comenzaron a trabajar. Sin embargo, después de esa competencia sufrió quebrantos de salud al llevar su cuerpo al límite entre el acordeón y sus estudios.
“Fueron nueve días que duré internada en la clínica. Antes y durante el Encuentro Vallenato Femenino tenía ocho días de tratamiento con un médico particular, cuando ya terminó la competencia me enfermé mucho y entonces me exigieron reposo largo”, contó.
Fue así como se reencontró con Evelyn para participar en el Festival de Orquestas, en el que finalmente se alzaron con el Congo de Oro en la modalidad vallenato. Además Wendy recibió el reconocimiento a Mejor Solista Instrumental del certamen.
“Nos presentamos a las 3:00 de la tarde, teníamos el miedo de que no había mucho público y también que era muy temprano. En Telecaribe mostraron un corto de la presentación, no fue toda la presentación. Estaba muy nerviosa al principio, veía a mis compañeras lejos y hasta me temblaban las piernas, pero ya después el público respondió y entonces me lo gocé”, destacó.
Evelyn y Wendy escogieron canciones como ‘La aventurera’ en ritmo de porro; ‘Por última vez’ de la autoría de Evelyn, y la puya ‘Me dejó solito’, de la autoría de Jorge Celedón, para participar por el Congo de Oro del Festival de Orquestas, en el Carnaval de Barranquilla. Concursaron en la modalidad de vallenato ante Orlando Liñan, Edgar Alfredo Zabaleta, Enaldo Barrera ‘Diomedito’, Ruta 4, Belecio González y Los Videntes.
Evelyn Gómez es docente de básica primaria en Montería, Córdoba, tiene varios años de trayectoria en la música vallenata y hasta una participación en el concurso de La Voz en Colombia.
“Es un triunfo inmenso y a tan corta edad. Casi nos sacan del hotel porque todas gritábamos de la felicidad y al mismo tiempo lloraba”.
Y a Wendy la vida en particular la espera para cumplir grandes retos. “Quiero llevar el vallenato por el mundo, ganarme el Festival Vallenato y graduarme como ingeniera Ambiental”.
Al terminar el Festival de Orquestas, la agrupación de Evelyn Gómez y Wendy Corzo, se preparará ahora para concursar en el Festival Francisco el Hombre que se realizará en Riohacha, del 16 al 19 de marzo, cuya versión rinde homenaje a Jorge Oñate.
Las ganadoras del Congo de Oro, interpretaron ‘La aventurera’ en ritmo de porro; ‘Por última vez’ de la autoría de Evelyn, y la puya ‘Me dejó solito’, de la autoría de Jorge Celedón.
En el 2013 cumplió el sueño salir de Colombia, de su natal Valledupar, para llevar el vallenato por el mundo. El Turco’ Gil la convocó para la selección de alumnos que llevó a Europa.
“Fueron nueve días que duré internada en la clínica. Antes y durante el Encuentro Vallenato Femenino tenía ocho días de tratamiento con un médico particular, cuando ya terminó la competencia me enfermé mucho y entonces me exigieron reposo largo”.
Carlos Mario Jiménez
[email protected]
Esta joven de 19 años es estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Popular del Cesar y actualmente es la mejor solista instrumental del Festival de Orquestas en Barranquilla.
Su rostro marca el progreso de un pueblo. Ella, de rasgos indígenas, tiene en sus manos el poder de llevar la cultura de la música vallenata por el mundo.
Desde niña, Wendy Corzo Carmona, apegó su sentir femenino a un instrumento diatónico y cambió las muñecas por imaginar melodías que sollozaban de su sentir. No puede ocultar el sentimiento al recordar la forma de cómo le entregaron un acordeón, regalo que pidió desde su entrada a razonar.
A los seis años la sorprendieron con uno, pero no el que ella quería. Quizá Marciano Martínez cuando compuso la canción ‘Pobre infancia’ no sabía que Wendy le seguía los pasos en su inspiración -“Y un acordeón que fue el encanto de mi vida me tocaba construirlo con pedazos de cartón”-.
“Me regalaron el acordeón a los seis años, pero yo comencé a llorar porque yo le decía a mi papá que quería un acordeón de botones. Ese era un acordeón piano, pero siempre insistí en el otro, aunque la situación económica de mis padres no daba para comprármelo”, rememoró Wendy.
Nació en las entrañas de la etnia Kankuama, resguardo ubicado en poblaciones como Atánquez, La Mina, Guatapurí y otros corregimientos de Valledupar, anclados sobre la Sierra Nevada de Santa Marta.
Con la firme convicción de ser acordeonero, su padre Wilman Corzo comenzó a llevarla a los festivales de la región. Y fue el azar que le dio la fortuna de tener un acordeón. Cuando apenas tenía 11 años y pasaba de la etapa infantil a la pubertad, su padre se ganó un chance y tomó la decisión de invertir el dinero en el anhelo de su hija mayor.
“En vez de arreglar la casa, me compró el acordeón. Yo no tocaba, porque lo único que hacía era interpretar el de juguete”, recuerda la hoy estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Ambiental en la Universidad Popular del Cesar.
Fue así como aparecieron los profesores de música. Primero fue Iván González, después el décimo rey del Festival Vallenato, José María ‘Chema’ Ramos y cuando quiso llegar a la Academia de Música Andrés ‘El Turco’ Gil, la recibieron con una beca para estudiar.
“El maestro Andrés ‘El Turco’ Gil me becó cuando me vio tocar. Así fue como entré a formar parte de Los Niños Vallenatos de ‘El Turco’ Gil, con quienes hice presencia en escenarios nacionales como internacionales”, relata Wendy Corzo.
En el 2013 cumplió el sueño salir de Colombia, de su natal Valledupar, para llevar el vallenato por el mundo. El Turco’ Gil la convocó para la selección de alumnos que llevó a Alemania, Italia, Suiza, Inglaterra, Escocia, Ciudad del Vaticano y algo que no esperó Wendy, ir a la fábrica Hohner, que produce los instrumentos que se roban la mirada de esta joven de 19 años. “En la fábrica Hohner hicimos una visita y hasta tocamos”, dijo.
La perseverancia y dedicación hacen de Wendy una mujer entregada a los concursos en festivales de la región Caribe. Fruto de esa constante práctica tiene coronas como la de ser reina juvenil en el Festival Indio Tayrona en Santa Marta; fue reina en la categoría aficionado del Festival Tierra del Cachaquito en Mariangola, sur de Valledupar; ganó como reina infantil en el Festival Voces y Canciones de San Diego.
Tiene pendiente la corona del Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, en sus cuatro presentaciones durante la etapa infantil y juvenil, no ha logrado llegar al podio.
A pesar de ser amante y defensora del vallenato, su corazón está divido por el apego a los temas ambientales. Como estudiante de Ingeniería Ambiental le generan una opción distinta al arte, así lo consideró cuando consiguió el mejor puntaje Icfes en la Institución Educativa La Esperanza de Valledupar, por lo que recibió una carta en donde le ofrecían una carrera de licenciatura, algo que no aceptó.
“Mis padres me dijeron que no había para pagar más nada, así que lo único era la Universidad Popular del Cesar. Comencé analizar tres carreras, como era Ingeniería Ambiental, Industrial y Contaduría Pública, investigué y la que me llamó la atención fue la parte ambiental porque tengo mucho para aportar al medio ambiente. La carrera me gusta mucho, por ahora no me decido en un solo campo, pero me preocupa mucho el tema del calentamiento global”, narró Wendy Corzo.
Aunque tiene a favor el talento del acordeón, sabe del esfuerzo que debe hacer para compartir el tiempo con el estudio. Desde su alma salen palabras algo cansadas, cuando se refiere a las largas y agotadoras jornadas de estudio que debe acarrear.
Precisamente el año anterior fue ganadora junto a Evelyn Gómez del primer Encuentro Vallenato Femenino, en la categoría a Mejor Agrupación, después debió ser recluida en una clínica.
“Con Evelyn nos conocimos y para el Encuentro Vallenato Femenino me llamó para hacer parte de su agrupación. Ensayamos en Santa Marta porque las integrantes son de distintas partes del país (12 son mujeres y 2 hombres) como Cartagena, Barranquilla, Valledupar, La Guajira y una es de Venezuela”.
Desde ese noviembre de 2016, Wendy Corzo conformó agrupación con Evelyn Gómez y así comenzaron a trabajar. Sin embargo, después de esa competencia sufrió quebrantos de salud al llevar su cuerpo al límite entre el acordeón y sus estudios.
“Fueron nueve días que duré internada en la clínica. Antes y durante el Encuentro Vallenato Femenino tenía ocho días de tratamiento con un médico particular, cuando ya terminó la competencia me enfermé mucho y entonces me exigieron reposo largo”, contó.
Fue así como se reencontró con Evelyn para participar en el Festival de Orquestas, en el que finalmente se alzaron con el Congo de Oro en la modalidad vallenato. Además Wendy recibió el reconocimiento a Mejor Solista Instrumental del certamen.
“Nos presentamos a las 3:00 de la tarde, teníamos el miedo de que no había mucho público y también que era muy temprano. En Telecaribe mostraron un corto de la presentación, no fue toda la presentación. Estaba muy nerviosa al principio, veía a mis compañeras lejos y hasta me temblaban las piernas, pero ya después el público respondió y entonces me lo gocé”, destacó.
Evelyn y Wendy escogieron canciones como ‘La aventurera’ en ritmo de porro; ‘Por última vez’ de la autoría de Evelyn, y la puya ‘Me dejó solito’, de la autoría de Jorge Celedón, para participar por el Congo de Oro del Festival de Orquestas, en el Carnaval de Barranquilla. Concursaron en la modalidad de vallenato ante Orlando Liñan, Edgar Alfredo Zabaleta, Enaldo Barrera ‘Diomedito’, Ruta 4, Belecio González y Los Videntes.
Evelyn Gómez es docente de básica primaria en Montería, Córdoba, tiene varios años de trayectoria en la música vallenata y hasta una participación en el concurso de La Voz en Colombia.
“Es un triunfo inmenso y a tan corta edad. Casi nos sacan del hotel porque todas gritábamos de la felicidad y al mismo tiempo lloraba”.
Y a Wendy la vida en particular la espera para cumplir grandes retos. “Quiero llevar el vallenato por el mundo, ganarme el Festival Vallenato y graduarme como ingeniera Ambiental”.
Al terminar el Festival de Orquestas, la agrupación de Evelyn Gómez y Wendy Corzo, se preparará ahora para concursar en el Festival Francisco el Hombre que se realizará en Riohacha, del 16 al 19 de marzo, cuya versión rinde homenaje a Jorge Oñate.
Las ganadoras del Congo de Oro, interpretaron ‘La aventurera’ en ritmo de porro; ‘Por última vez’ de la autoría de Evelyn, y la puya ‘Me dejó solito’, de la autoría de Jorge Celedón.
En el 2013 cumplió el sueño salir de Colombia, de su natal Valledupar, para llevar el vallenato por el mundo. El Turco’ Gil la convocó para la selección de alumnos que llevó a Europa.
“Fueron nueve días que duré internada en la clínica. Antes y durante el Encuentro Vallenato Femenino tenía ocho días de tratamiento con un médico particular, cuando ya terminó la competencia me enfermé mucho y entonces me exigieron reposo largo”.
Carlos Mario Jiménez
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