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Judicial - 19 febrero, 2017

Hincha del Unión Magdalena murió arrollado por un camión

Una nueva tragedia ocurre en las carreteras del Cesar por cuenta de los jóvenes que viajan como polizontes en los vehículos de carga.

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“Mi hijo murió en su ley. Yo estaba preparado para su muerte, porque él era un andariego montado sobre las tractomulas para trasladarse de un lugar a otro, especialmente cuando jugaba su equipo del alma: El Unión Magdalena. Él no se perdía un partido, pese a que trataba de controlarlo para que no anduviera en esas travesías, nunca me prestó atención, estaba muy influenciado por sus amigos que conforman la ‘Garra Samaria del Norte Las Malvinas’. Son aproximadamente 20 jovencitos que se unen para viajar por todo el país y muchas veces se enfrentan con otras garras por defender los colores de su camiseta”.

Este es el relato de Juan Manuel Lora Fontalvo, un conocer del fútbol y padre del joven Juan Camilo Lora Hernández, de 17 años, quien falleció cuando precisamente iba como polizonte en uno de esos pesados vehículos, al que se subió sin que su conductor se percatara, cuando pasó por los reductores de velocidad que existen en la vía.

El adolescente que nació en el corregimiento de Orihueca, jurisdicción del municipio de La Zona Bananera, Magdalena, al parecer perdió el equilibrio y cayó sobre el asfalto de la carretera Troncal de Oriente en un tramo entre el municipio de El Copey y el corregimiento de Caracolicito, Cesar, con tan mala suerte que las llantas de otro vehículo que viajaba en el mismo sentido le pasaron por la cabeza.

“La muerte de mi hijo fue muy horrible, un amigo que conduce un vehículo tipo furgón lo reconoció y fue quien me informó sobre su deceso, porque él nunca portaba documentos de identidad, porque a pesar que se los sacaba, él los votaba. Estar en estas andanzas sin control de la familia, es un mal ejemplo para la juventud; ese tipo de hinchas que se dejan influenciar por personas que no tienen espíritu de vida. A mi hijo yo lo aconsejaba mucho, pero no me hacía caso, cuando en ocasiones yo lo acompañaba a los estadios, él y sus compañeros se ponían bravos y muy agresivos con todo el mundo”, recuerda el padre.

Su última partida

Para Juan Manuel Lora Fontalvo, el último viaje de su hijo Juan Camilo fue el pasado 16 de febrero, fecha en que salió desde Orihueca con destino a Santa Marta, porque ese día jugaba con un equipo de Sincelejo, Sucre. “A mí particularmente se me hizo raro que él estuviera por el Cesar, porque yo lo hacía era por la samaria”.

El accidente se registró, según la Policía de Carreteras a las 8:00 de la noche del viernes. “Una vez el amigo me confirmó del suceso me trasladé hasta Bosconia, donde inicialmente habían llevado el cuerpo, pero cuando llegué a esa localidad, ya lo habían trasladado para Valledupar”, aseguró.

Mientras esperaba en Medicina Legal la entrega del cuerpo, reflexionó sobre la vida de los jóvenes que se convierten en hinchas de los equipos de fútbol, poniendo su afición por encima de su propia existencia. “Andar montándose en los carros y matarse por el color de una camiseta en este caso por la del Unión Magdalena, no es justo, porque las directivas de los planteles deportivos no les dan ni siquiera una bolsa de agua, ni mucho menos dinero para transportarse hacia las ciudades donde va a jugar su equipo.

Juan Camilo Mora era el menor, hijo único de Juan Manuel y Ana Elvira Hernández, quien cursó hasta sexto de bachillerato en el colegio ‘Rodrigo Vives De Andreis de La Zona Bananera, desde los 14 años comenzó sus andanzas con los amigos de la barra. A Juan Manuel le sobreviven otras tres hijas que tiene en otro hogar. El cadáver fue entregado al medio día de ayer sábado y trasladado hasta el corregimiento de Orihueca, Magdalena, donde será sepultado en horas de la tarde de hoy domingo.

Por Abdel Martínez Pérez

Judicial
19 febrero, 2017

Hincha del Unión Magdalena murió arrollado por un camión

Una nueva tragedia ocurre en las carreteras del Cesar por cuenta de los jóvenes que viajan como polizontes en los vehículos de carga.


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“Mi hijo murió en su ley. Yo estaba preparado para su muerte, porque él era un andariego montado sobre las tractomulas para trasladarse de un lugar a otro, especialmente cuando jugaba su equipo del alma: El Unión Magdalena. Él no se perdía un partido, pese a que trataba de controlarlo para que no anduviera en esas travesías, nunca me prestó atención, estaba muy influenciado por sus amigos que conforman la ‘Garra Samaria del Norte Las Malvinas’. Son aproximadamente 20 jovencitos que se unen para viajar por todo el país y muchas veces se enfrentan con otras garras por defender los colores de su camiseta”.

Este es el relato de Juan Manuel Lora Fontalvo, un conocer del fútbol y padre del joven Juan Camilo Lora Hernández, de 17 años, quien falleció cuando precisamente iba como polizonte en uno de esos pesados vehículos, al que se subió sin que su conductor se percatara, cuando pasó por los reductores de velocidad que existen en la vía.

El adolescente que nació en el corregimiento de Orihueca, jurisdicción del municipio de La Zona Bananera, Magdalena, al parecer perdió el equilibrio y cayó sobre el asfalto de la carretera Troncal de Oriente en un tramo entre el municipio de El Copey y el corregimiento de Caracolicito, Cesar, con tan mala suerte que las llantas de otro vehículo que viajaba en el mismo sentido le pasaron por la cabeza.

“La muerte de mi hijo fue muy horrible, un amigo que conduce un vehículo tipo furgón lo reconoció y fue quien me informó sobre su deceso, porque él nunca portaba documentos de identidad, porque a pesar que se los sacaba, él los votaba. Estar en estas andanzas sin control de la familia, es un mal ejemplo para la juventud; ese tipo de hinchas que se dejan influenciar por personas que no tienen espíritu de vida. A mi hijo yo lo aconsejaba mucho, pero no me hacía caso, cuando en ocasiones yo lo acompañaba a los estadios, él y sus compañeros se ponían bravos y muy agresivos con todo el mundo”, recuerda el padre.

Su última partida

Para Juan Manuel Lora Fontalvo, el último viaje de su hijo Juan Camilo fue el pasado 16 de febrero, fecha en que salió desde Orihueca con destino a Santa Marta, porque ese día jugaba con un equipo de Sincelejo, Sucre. “A mí particularmente se me hizo raro que él estuviera por el Cesar, porque yo lo hacía era por la samaria”.

El accidente se registró, según la Policía de Carreteras a las 8:00 de la noche del viernes. “Una vez el amigo me confirmó del suceso me trasladé hasta Bosconia, donde inicialmente habían llevado el cuerpo, pero cuando llegué a esa localidad, ya lo habían trasladado para Valledupar”, aseguró.

Mientras esperaba en Medicina Legal la entrega del cuerpo, reflexionó sobre la vida de los jóvenes que se convierten en hinchas de los equipos de fútbol, poniendo su afición por encima de su propia existencia. “Andar montándose en los carros y matarse por el color de una camiseta en este caso por la del Unión Magdalena, no es justo, porque las directivas de los planteles deportivos no les dan ni siquiera una bolsa de agua, ni mucho menos dinero para transportarse hacia las ciudades donde va a jugar su equipo.

Juan Camilo Mora era el menor, hijo único de Juan Manuel y Ana Elvira Hernández, quien cursó hasta sexto de bachillerato en el colegio ‘Rodrigo Vives De Andreis de La Zona Bananera, desde los 14 años comenzó sus andanzas con los amigos de la barra. A Juan Manuel le sobreviven otras tres hijas que tiene en otro hogar. El cadáver fue entregado al medio día de ayer sábado y trasladado hasta el corregimiento de Orihueca, Magdalena, donde será sepultado en horas de la tarde de hoy domingo.

Por Abdel Martínez Pérez