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Editorial - 5 febrero, 2017

Un terreno peligroso

En predios que son propiedad del municipio de Agustín Codazzi, norte del Cesar, existe un grave problema ambiental y social. Se trata del riesgo que corren las familias que hoy viven sobre los terrenos donde enterraron los químicos que usaron al finalizar la esplendorosa época algodonera que le dio el nombre de capital blanca de […]

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En predios que son propiedad del municipio de Agustín Codazzi, norte del Cesar, existe un grave problema ambiental y social. Se trata del riesgo que corren las familias que hoy viven sobre los terrenos donde enterraron los químicos que usaron al finalizar la esplendorosa época algodonera que le dio el nombre de capital blanca de Colombia.

No es una tierra bendita, sino un foco de contaminación lo que subyace en los terrenos donde funcionaron las instalaciones de Coral y el colegio Itagro. Hace doce años una parte del área fue invadida por un numeroso grupo de personas que fundaron Villa Veneno, donde hoy habitan cerca de mil familias.

Es justo al lado, actualmente otras 200 familias invadieron un lote de 1.900 metros que también tiene suelos contaminados. Los invasores están en riesgo porque los terrenos no pueden ser habitables, según el Ministerio de Ambiente.

EL PILÓN en un informe publicado el 27 de enero hizo visible esta situación, teniendo en cuenta que es un tema sensible que deben atender no solo las autoridades codacenses, sino departamentales de la mano de la autoridad ambiental. Ya el informe de Consolidación del Inventario Nacional de Plaguicidas, COP, hecho por el Ministerio de Ambiente, estableció que en el predio invadido por dichas familias que dicen ser desplazadas, víctimas de la violencia y de escasos recursos, existe presencia de sustancias que representan alto riesgo para la salud y el ambiente, entre las cuales se encuentran nueve plaguicidas organoclorados, debido a sus características de toxicidad, estabilidad y persistencia. (Aldrín, Dieldrín, Endrin, Clordano, Heptacloro, Hexaclorobenceno, Mirex, Toxafeno y DDT).

Hasta ahora la única acción que se ha conocido luego de publicar nuestro informe periodístico, es el pronunciamiento del alcalde de Codazzi, Luis Peñaloza, que anunció que atenderá las querellas policivas interpuestas por los propietarios de los lotes y procederá al desalojo de las personas que hoy los ocupan.

Tiene razón el alcalde Peñaloza cuando expresa que “hoy no se justifican las invasiones cuando existen programas de viviendas de interés social (y gratis también) promovidos por el gobierno nacional, donde las familias de escasos recursos pueden inscribirse en las convocatorias y aplicar a una de estas soluciones de vivienda a través de los mecanismos legales”.

Las familias que invadieron el lote y las que ya llevan doce años viviendo en el otro, deben entender que si bien las autoridades protegen la propiedad privada, también trabajan por garantizar la seguridad y la salud de la ciudadanía. Vivir en estos terrenos es peligroso, origina enfermedades degenerativas, por algo el Ministerio de Ambiente ha realizado los informes y ha hecho los llamados pertinentes. Que el desalojo se haga en completa tranquilidad y que estas familias sean incluidas en los programas de viviendas y si ya tienen casas, el mismo sistema de inscripción lo dirá, y se develará si hay oscuros intereses en la invasión.

Editorial
5 febrero, 2017

Un terreno peligroso

En predios que son propiedad del municipio de Agustín Codazzi, norte del Cesar, existe un grave problema ambiental y social. Se trata del riesgo que corren las familias que hoy viven sobre los terrenos donde enterraron los químicos que usaron al finalizar la esplendorosa época algodonera que le dio el nombre de capital blanca de […]


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En predios que son propiedad del municipio de Agustín Codazzi, norte del Cesar, existe un grave problema ambiental y social. Se trata del riesgo que corren las familias que hoy viven sobre los terrenos donde enterraron los químicos que usaron al finalizar la esplendorosa época algodonera que le dio el nombre de capital blanca de Colombia.

No es una tierra bendita, sino un foco de contaminación lo que subyace en los terrenos donde funcionaron las instalaciones de Coral y el colegio Itagro. Hace doce años una parte del área fue invadida por un numeroso grupo de personas que fundaron Villa Veneno, donde hoy habitan cerca de mil familias.

Es justo al lado, actualmente otras 200 familias invadieron un lote de 1.900 metros que también tiene suelos contaminados. Los invasores están en riesgo porque los terrenos no pueden ser habitables, según el Ministerio de Ambiente.

EL PILÓN en un informe publicado el 27 de enero hizo visible esta situación, teniendo en cuenta que es un tema sensible que deben atender no solo las autoridades codacenses, sino departamentales de la mano de la autoridad ambiental. Ya el informe de Consolidación del Inventario Nacional de Plaguicidas, COP, hecho por el Ministerio de Ambiente, estableció que en el predio invadido por dichas familias que dicen ser desplazadas, víctimas de la violencia y de escasos recursos, existe presencia de sustancias que representan alto riesgo para la salud y el ambiente, entre las cuales se encuentran nueve plaguicidas organoclorados, debido a sus características de toxicidad, estabilidad y persistencia. (Aldrín, Dieldrín, Endrin, Clordano, Heptacloro, Hexaclorobenceno, Mirex, Toxafeno y DDT).

Hasta ahora la única acción que se ha conocido luego de publicar nuestro informe periodístico, es el pronunciamiento del alcalde de Codazzi, Luis Peñaloza, que anunció que atenderá las querellas policivas interpuestas por los propietarios de los lotes y procederá al desalojo de las personas que hoy los ocupan.

Tiene razón el alcalde Peñaloza cuando expresa que “hoy no se justifican las invasiones cuando existen programas de viviendas de interés social (y gratis también) promovidos por el gobierno nacional, donde las familias de escasos recursos pueden inscribirse en las convocatorias y aplicar a una de estas soluciones de vivienda a través de los mecanismos legales”.

Las familias que invadieron el lote y las que ya llevan doce años viviendo en el otro, deben entender que si bien las autoridades protegen la propiedad privada, también trabajan por garantizar la seguridad y la salud de la ciudadanía. Vivir en estos terrenos es peligroso, origina enfermedades degenerativas, por algo el Ministerio de Ambiente ha realizado los informes y ha hecho los llamados pertinentes. Que el desalojo se haga en completa tranquilidad y que estas familias sean incluidas en los programas de viviendas y si ya tienen casas, el mismo sistema de inscripción lo dirá, y se develará si hay oscuros intereses en la invasión.