Por petición de muchos sandieganos hacemos esta segunda parte de la columna “De San Diego y sus apodos”, dedicada a la jocosidad que caracteriza a la gente de ese hermoso municipio del Cesar.

Resulta muy gracioso el solo hecho de imaginar el rostro del Niño Dios “haciendo puchero” o ver a la virgen del Perpetuo Socorro asustada por la apariencia física de dos hermanos, eso es una suposición muy creativa de quienes se les ocurrió apodar a esos señores como “Los Espanta la Virgen”.

Así vuela la imaginación sandiegana, dispongámonos entonces a reír un poco de esas fantasías humorísticas propias de la tierra del maestro Leandro Díaz.

Imaginemos una reunión de junta directiva de una importante empresa sandiegana, cuya secretaria al redactar el oficio de invitación a los honorables miembros escribe: “Para entregar informe sobre nuevos socios, invitamos a Sala de Juntas a los doctores El Guarapito, La Ripio, Cara de Gallo, El Muñe Guerra, El Macrobio, Supervoy, Minacho, El Talón Pullú, El Chiche Rivadeneira, Pitalúa, El Negro Imusa, Primo Largo, La Pala Calderón, La Moro Vega, El Yube Sehoanes, Enterpeine, El Ninja, El Cigüeñal, El Ñufo Peralta y El Moño Ñoño.

En la reunión el presidente de la junta directiva dice: “El motivo que nos convoca hoy es el de darles a conocer los nombres de los nuevos socios ilustres de nuestra empresa, son ellos:

Salvatore Manñufo, La Gurruñito, Miguelón, Povita Guerra, Popendo, El Gusanillo Araújo, Purrundo, El Gorri, La Payara, La Lulo, La Unga, Jairo Voltage, El Tirotero, El Kachy, El Cáncer, Paillo, El Tete, Memín, La Marga, La Tella, El Kaguar, Mane Gas, Mario Pan, Julio Copa, Rubén Tamaca, El Pudín, La Pachi, El Feche, Alberto Cleo, El Nene Juma, El Presi, El Paocho, El Firi Firi, La Uma, El Bravo, El Bebo, Fadeco, Darilis, El Káiser, El Cuti Muni, Pelo de Burra, Macapa, El Ancho, El Chiquito, El Miunrra, El Secre, El Pollo, El Picha, La Gache, El Oncho, El Chapolo, El Tepe, El Tigre, Macuto, El Bubla, Beto Biblia, El Cherre, El Chulo, El Chepa, La Churpi, Yia, Yoya, La Ñonga, La Berre, El Ñito, El Nito, El Cangue, La Tolla, La Titi, La Tote, La Meme, Villito, Muniano, Perro Loco, El Cholo, El Ñua, El Conde Calderón, El Ñame Luis, El Ñame Guerra, El Caspa, El Neko, El Webster, El Pelo e Leche, La Biata, Los Cabezones, El Nene de Raúl, El Cabungo, El Pelongo, La Clota, El Vanya, El Pudi, El Topo, El Mono Daza, El Jolón, El Fello, Oli, La Onyu, El Casi Loco, El Fofi, El Simore, La Lulo, La Mine, Las Villerito, El Miche, El Cucho, El Guri Guri, El Tommy, El Cochice, Pedro Burra, El Negro Juan, La Grifa, El Merce, Macapa, La Guayacana, La Vive, El Chispa Aponte, El Cora, El Cone Villero y El Chemismo”.

Esa peculiar empresa es San Diego, el pueblo a donde todavía se recuerdan los buenos cuentos de Juan Raúl Murgas, Andrés Becerra, Kiko Arzuaga y Eduardo Guerra, tradición vigente en los hermanos Jairito y El Chiche López, Jairo Becerra, Alex Becerra y El Papi Calderón, entre otros.

Cuentan que El Chiche López le preguntó al amigo que se acababa de casar: ¿Ajá y cómo te va con tu mujer? éste le respondió: “todo bien, lo malo es que cuando nos acostamos ella me da la espalda”, a lo cual enseguida le ripostó: “bueno, si no quiere por la Calle del Cesar entonces dale por el Callejón de Pedro Rizo”.

Ese mismo personaje fue a donde el médico porque le dolía la columna, al examinarlo el doctor le dijo: “parece que tienes un disco corrido”, sin pensarlo el paciente murmuró: “doctor será el CD completo porque me duele todo”.

En las pasada elecciones, un líder de Arturo Calderón le preguntó a El Chiche López: ¿usted con quien está?, su respuesta fue “estoy con Franco Ovalle”, entonces el político le insistió: ¿pero está de corazón? y él con contundencia le dijo: “de corazón, páncreas, riñón, hígado y con todos los órganos”.

Esa es la idiosincrasia sandiegana, sus chuscadas son originales, las cuales se podrían comparar con las de un pueblo igual de jocoso como es Chibolo, Magdalena, famoso en la Costa Caribe por la forma criolla del actuar de sus habitantes.