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Columnista - 22 diciembre, 2016

La expropiación de la salud

Estuve ausente durante dos semanas y varios de mis lectores me llamaron para preguntarme qué pasaba con mi columna y les comenté que asuntos personales me impedían escribirla. A los lectores de confianza les explicaba el motivo, que fue la operación de mi hija Marta Tere procedente de Madrid, España. Afortunadamente el resultado de su […]

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Estuve ausente durante dos semanas y varios de mis lectores me llamaron para preguntarme qué pasaba con mi columna y les comenté que asuntos personales me impedían escribirla. A los lectores de confianza les explicaba el motivo, que fue la operación de mi hija Marta Tere procedente de Madrid, España. Afortunadamente el resultado de su intervención quirúrgica ha sido satisfactorio.

En estos días del postoperatorio de Marta Tere, he leído el libro ‘La expropiación de la salud’, escrito por Juan Gérvas y Mercedes Pérez, los mismos autores del libro ‘Sano y salvo/ y libre de intervenciones médicas innecesarias’, ambos son médicos españoles con cierto prestigio y unidos en pareja matrimonial, críticos de la indolencia de los sistemas de salud, de la industria farmacéutica y de la tecnológica médica aplicada por los médicos, más de las veces sin ton ni son.

En verdad, este par académico son fuertes en sus análisis del ejercicio de la profesión médica; no obstante, comparto muchas de sus opiniones porque en realidad son un llamado de atención a los colegas que ignoran la formación hipocrática recibida en las facultades de medicina y a la deontología profesional.

A los escritores del libro ‘La expropiación de la salud’, les asiste razón cuando afirman que los galenos que se alejan de su vocación por interés económico y dádivas se convierten en pseudocientíficos o mejor dicho en charlatanes irresponsables que poco o nada les interesa la recuperación de la salud de quienes se enferman. Estos médicos son aquellos que les cobran exageradamente a los pacientes particulares, aquellos que cobran o reciben dinero por debajo de la mesa por la atención de los pacientes en hospitales públicos, IPS y EPS con las cuales firman contratos de servicios con tarifas preestablecidas y otros convenios generalmente pospagos.

También podría decirse de aquellos médicos que reciben estímulos económicos o coimas de  la industria farmacéutica por formular sus nuevos productos de alto costo habiendo medicamentos alternativos  de menor costo. Igual pasa con la utilización de la tecnología de punta a veces sin la pericia debida, sobre esto hay muchos abusos, sin embargo, sus malos resultados a las multinacionales que fabrican sus insumos les interesa más el lucro de sus negocios que la salud de la gente.

La expropiación de la salud se refiere a los abusos y a la codicia de parte de quienes manejan la atención de los enfermos, que con tal de ganar mucho dinero enferman a la gente sana para tener más clientes que compran sus productos y servicios. Entre estos tenemos, por ejemplo, los chequeos médicos ejecutivos, en los cuales se realiza un set de exámenes que incluye imágenes con máquinas de última tecnología, de estos chequeos salen diagnósticos que conllevan cuantiosas inversiones en mejorar anomalías que las personas no sienten o nunca las sentirán.

En conclusión, los dos libros son polémicos, pero interesantes, por ende vale leerlos, no solo los médicos y estudiantes de medicina, sino todas las personas con capacidad de razonamiento.

Columnista
22 diciembre, 2016

La expropiación de la salud

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Estuve ausente durante dos semanas y varios de mis lectores me llamaron para preguntarme qué pasaba con mi columna y les comenté que asuntos personales me impedían escribirla. A los lectores de confianza les explicaba el motivo, que fue la operación de mi hija Marta Tere procedente de Madrid, España. Afortunadamente el resultado de su […]


Estuve ausente durante dos semanas y varios de mis lectores me llamaron para preguntarme qué pasaba con mi columna y les comenté que asuntos personales me impedían escribirla. A los lectores de confianza les explicaba el motivo, que fue la operación de mi hija Marta Tere procedente de Madrid, España. Afortunadamente el resultado de su intervención quirúrgica ha sido satisfactorio.

En estos días del postoperatorio de Marta Tere, he leído el libro ‘La expropiación de la salud’, escrito por Juan Gérvas y Mercedes Pérez, los mismos autores del libro ‘Sano y salvo/ y libre de intervenciones médicas innecesarias’, ambos son médicos españoles con cierto prestigio y unidos en pareja matrimonial, críticos de la indolencia de los sistemas de salud, de la industria farmacéutica y de la tecnológica médica aplicada por los médicos, más de las veces sin ton ni son.

En verdad, este par académico son fuertes en sus análisis del ejercicio de la profesión médica; no obstante, comparto muchas de sus opiniones porque en realidad son un llamado de atención a los colegas que ignoran la formación hipocrática recibida en las facultades de medicina y a la deontología profesional.

A los escritores del libro ‘La expropiación de la salud’, les asiste razón cuando afirman que los galenos que se alejan de su vocación por interés económico y dádivas se convierten en pseudocientíficos o mejor dicho en charlatanes irresponsables que poco o nada les interesa la recuperación de la salud de quienes se enferman. Estos médicos son aquellos que les cobran exageradamente a los pacientes particulares, aquellos que cobran o reciben dinero por debajo de la mesa por la atención de los pacientes en hospitales públicos, IPS y EPS con las cuales firman contratos de servicios con tarifas preestablecidas y otros convenios generalmente pospagos.

También podría decirse de aquellos médicos que reciben estímulos económicos o coimas de  la industria farmacéutica por formular sus nuevos productos de alto costo habiendo medicamentos alternativos  de menor costo. Igual pasa con la utilización de la tecnología de punta a veces sin la pericia debida, sobre esto hay muchos abusos, sin embargo, sus malos resultados a las multinacionales que fabrican sus insumos les interesa más el lucro de sus negocios que la salud de la gente.

La expropiación de la salud se refiere a los abusos y a la codicia de parte de quienes manejan la atención de los enfermos, que con tal de ganar mucho dinero enferman a la gente sana para tener más clientes que compran sus productos y servicios. Entre estos tenemos, por ejemplo, los chequeos médicos ejecutivos, en los cuales se realiza un set de exámenes que incluye imágenes con máquinas de última tecnología, de estos chequeos salen diagnósticos que conllevan cuantiosas inversiones en mejorar anomalías que las personas no sienten o nunca las sentirán.

En conclusión, los dos libros son polémicos, pero interesantes, por ende vale leerlos, no solo los médicos y estudiantes de medicina, sino todas las personas con capacidad de razonamiento.