“El hombre fiel recibirá muchas bendiciones…”: Proverbios 28,20.

Influencia es la capacidad de producir en otras personas o cosas, ciertos efectos, tendientes a cambiar. La esencia misma de todo poder de influir está en lograr que otras personas participen. El liderazgo es influencia: nada más, nada menos.

Los líderes no tienen influencia en todos los ámbitos y esta puede ser positiva o negativa. Los líderes fieles usan su influencia para agregar valor, mientras que otros líderes influyen y dirigen solo deseando avanzar sus propias agendas, manipulando a las personas para ganancia personal. Con la influencia viene la responsabilidad de asumir vidas consecuentes y dejar un legado positivo a nuestra generación.

Amados amigos lectores: ¿qué estamos haciendo para aumentar la influencia? Sabemos que el pueblo termina siendo igual que su líder; así que, si un gobernante hace caso a la mentira, todos sus seguidores serán malvados. Cuando el que gobierna es corrupto, los que lo rodean se volverán corruptos. Cuando el que gobierna es justo y recto, los de su alrededor acabarán convirtiéndose en justos y rectos. Esto ocurre porque las personas que están cerca de un líder se contagian de la vida y las convicciones que este tiene.

Es por esto que definimos la influencia como el poder que afecta a personas, elementos o eventos y que opera sin el ejercicio deliberado de esfuerzo por parte de alguien. Tal fue el caso de David, cuando se refugió en la cueva de Adulam y se le unieron los afligidos, endeudados, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu y llegó a ser jefe de ellos. Esos mismos fueron los que se convirtieron años después en los valientes de David y generales de su ejercito. ¡La cercanía con el líder, cambió sus vidas para siempre!

Así, pues, el secreto de la influencia descansa sobre el carácter del líder. Lo que el líder es, determina la calidad de la influencia que tendrá sobre sus seguidores. Este principio es aplicable a todos los estamentos de la sociedad: Personas, empresas o negocios, proyectos o familias. En todos los casos el resultado será el mismo, la clase de persona que está al frente, determinará la clase de equipo que tendrá.

Creo que en los distintos estadios de nuestras vidas, todos jugamos un papel de liderazgo y debemos asumir con valor la responsabilidad; por lo que, para tener un resultado positivo, debemos ser personas de oración y de obediencia. Nunca tratar de explicar a Dios hasta que no le hayamos obedecido. La única parte de Dios que entendemos es la que hemos obedecido.

También, ser personas de fe. El valor no es otra cosa que la fe en acción. Cuando la fe del líder es grande, se puede hacer cualquier cosa. Como lo expresa el dicho: Dios no pone límites a la fe; la fe no pone límites a Dios. Igualmente, es importante el compromiso. El nivel de compromiso se muestra cuando nunca dejamos de dar lo mejor de sí. Nadie que haya dado lo mejor de sí se ha arrepentido de ello. Y por último, la asociación. A través de la asociación con Dios, Josué y los hijos de Israel fueron capaces de conquistar a Canaán. ¡Nosotros podremos conquistar todas sus promesas!

Dios está buscando personas por medio de las cuales pueda hacer lo imposible, ¡Dispongamos nuestro corazón para hacer camino al andar! El mejor regalo que podamos darle a nuestra gente, es ejercer una influencia positiva que los conduzca a Dios y les motiva a vivir bajo sus principios.

Abrazos y muchas bendiciones…