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Editorial - 20 octubre, 2016

Por los niños indígenas

Lo que ocurre en el departamento de La Guajira con los niños de la etnia wayúu, que mueren de física hambre, que nacen desnutridos y tienen una baja probabilidad de vida, ha generado indignación nacional, especialmente por la desidia de las autoridades y los líderes políticos que pudiendo hacer más, dejaron crecer el problema. Por […]

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Lo que ocurre en el departamento de La Guajira con los niños de la etnia wayúu, que mueren de física hambre, que nacen desnutridos y tienen una baja probabilidad de vida, ha generado indignación nacional, especialmente por la desidia de las autoridades y los líderes políticos que pudiendo hacer más, dejaron crecer el problema.

Por eso ahora cuando la bomba estalló y se conoció la real situación de la niñez wayúu y las miles de muertes por desnutrición, todos miran a esa zona con especial interés. Hoy comienza en Valledupar el Encuentro Internacional de Buenas Prácticas Interculturales en salud materna y neonatal indígena, convocado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Nacional Indígena (ONIC) y el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS).

Es un buen aporte a esta discusión porque aborda el tema desde la maternidad, que en comunidades indígenas es la más alta del país, pues es cinco veces más que el promedio nacional. Si una madre está desnutrida, difícilmente puede tener un embarazo a término feliz.

Hoy y mañana en Valledupar se darán cita 100 representantes de 19 pueblos indígenas de Colombia, además de funcionarios del sector salud, cooperación internacional y experiencias provenientes de Ecuador, Guatemala, Perú y África, con el propósito de “acordar acciones que reduzcan la mortalidad materna y neonatal en comunidades indígenas, que es la más alta del país”.

Lo bueno ahora es que todas las organizaciones y entidades que convocan este encuentro, trabajan juntos para que los servicios de salud respondan adecuadamente a las mujeres gestantes y recién nacidos indígenas, y se prevengan las muertes, porque consideran que al reducir la mortalidad materna y neonatal en pueblos indígenas, se disminuyen las brechas e inequidades a nivel territorial.

Este Encuentro es un escenario importante porque se conocerán experiencias positivas de otros países donde las etnias indígenas han logrado controlar esta situación. Seguramente existen estrategias que pueden salvar más vidas, los niños indígenas pueden tener un mejor destino y acabar con las tristes imágenes de menores desnutridos que mueren por culpa de la pobreza en que nacen. Aquí confluye el esfuerzo de los padres, de la familia, de la cultura indígena, de las autoridades locales, departamentales y nacionales. El problema, por ejemplo en el caso de La Guajira, no es un asunto solamente de las autoridades, también incluye un componente cultural y social que debe ser revisado.

Editorial
20 octubre, 2016

Por los niños indígenas

Lo que ocurre en el departamento de La Guajira con los niños de la etnia wayúu, que mueren de física hambre, que nacen desnutridos y tienen una baja probabilidad de vida, ha generado indignación nacional, especialmente por la desidia de las autoridades y los líderes políticos que pudiendo hacer más, dejaron crecer el problema. Por […]


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Lo que ocurre en el departamento de La Guajira con los niños de la etnia wayúu, que mueren de física hambre, que nacen desnutridos y tienen una baja probabilidad de vida, ha generado indignación nacional, especialmente por la desidia de las autoridades y los líderes políticos que pudiendo hacer más, dejaron crecer el problema.

Por eso ahora cuando la bomba estalló y se conoció la real situación de la niñez wayúu y las miles de muertes por desnutrición, todos miran a esa zona con especial interés. Hoy comienza en Valledupar el Encuentro Internacional de Buenas Prácticas Interculturales en salud materna y neonatal indígena, convocado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Nacional Indígena (ONIC) y el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS).

Es un buen aporte a esta discusión porque aborda el tema desde la maternidad, que en comunidades indígenas es la más alta del país, pues es cinco veces más que el promedio nacional. Si una madre está desnutrida, difícilmente puede tener un embarazo a término feliz.

Hoy y mañana en Valledupar se darán cita 100 representantes de 19 pueblos indígenas de Colombia, además de funcionarios del sector salud, cooperación internacional y experiencias provenientes de Ecuador, Guatemala, Perú y África, con el propósito de “acordar acciones que reduzcan la mortalidad materna y neonatal en comunidades indígenas, que es la más alta del país”.

Lo bueno ahora es que todas las organizaciones y entidades que convocan este encuentro, trabajan juntos para que los servicios de salud respondan adecuadamente a las mujeres gestantes y recién nacidos indígenas, y se prevengan las muertes, porque consideran que al reducir la mortalidad materna y neonatal en pueblos indígenas, se disminuyen las brechas e inequidades a nivel territorial.

Este Encuentro es un escenario importante porque se conocerán experiencias positivas de otros países donde las etnias indígenas han logrado controlar esta situación. Seguramente existen estrategias que pueden salvar más vidas, los niños indígenas pueden tener un mejor destino y acabar con las tristes imágenes de menores desnutridos que mueren por culpa de la pobreza en que nacen. Aquí confluye el esfuerzo de los padres, de la familia, de la cultura indígena, de las autoridades locales, departamentales y nacionales. El problema, por ejemplo en el caso de La Guajira, no es un asunto solamente de las autoridades, también incluye un componente cultural y social que debe ser revisado.