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Columnista - 22 agosto, 2016

Política vs. arte y deporte

Los triunfos de nuestros deportistas en los olímpicos y los logros de los artistas nacionales han generado un debate que obliga a revisar el tema ¿Por qué no son apoyados como se merecen? ¿Cómo a pesar de ello, se imponen en nombre del país? Sería injusto desconocer los avances logrados con los resultados en el […]

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Los triunfos de nuestros deportistas en los olímpicos y los logros de los artistas nacionales han generado un debate que obliga a revisar el tema ¿Por qué no son apoyados como se merecen? ¿Cómo a pesar de ello, se imponen en nombre del país? Sería injusto desconocer los avances logrados con los resultados en el deporte, 8 medallas son importantes, pero se puede hacer mucho más con el gran potencial que tiene Colombia.

En el arte y la cultura la situación es aún es peor, el Ministerio de Cultura cada vez cuenta con menos presupuesto y no se hace la tarea como debe ser; cuando surgen procesos exitosos, son aislados y no obedecen a una política estatal, un ejemplo es lo que está haciendo el samario Carlos Vives con su proyecto “Tras la perla de América” en Santa Marta, que ha generado resquemor y no cuenta con respaldo de la alcaldía. Es innegable que artistas y deportistas necesitan de las políticas públicas que se implementan desde los diferentes gobiernos, pero cuando hay celos de liderazgo y no hay una conciencia sobre la importancia de lo que aportan estos temas a la construcción de tejido social, seguiremos con resultados tibios y condenados a suplicar apoyo.

Caterine Ibargüen, en alguna oportunidad, les dijo a jóvenes deportistas que representarían a Colombia en el Mundial Juvenil de Atletismo, cuando les dieron uniformes incompletos y que no eran de su talla: “No se conformen con lo que les trajeron, eso ustedes se lo merecían”. También el ciclista Winner Anacona fue claro con el Presidente Santos “nos hemos hecho SOLOS con la ayuda de pocos”. Claro está, que cuando los deportistas y artistas regresan triunfantes, sí aparecen como por arte de magia los políticos, los reciben en carro de bomberos y les entregan cualquier condecoración por “dejar el nombre del país en alto” y de paso tomarse la foto para los medios.

Lo que hay detrás de todo es un carrusel con el manejo de los recursos, direccionados a través de fundaciones, en manos de testaferros políticos y cargos designados a dedo; todos sabemos que la Directora de Coldeportes es cuota de Dilian Francisca Toro, quien recibió entre otras dádivas, un viaje a los Olímpicos de Río por cuenta del COC; la Ministra de Cultura se ha mantenido siete años con Santos porque es del círculo más íntimo de Tutina de Santos y así, cada maco con su mazorca.

Lo imprescindible es que los deportistas y artistas sigan reclamando sus derechos y que los políticos entiendan que las políticas públicas son para todos y no un derecho exclusivo de quien participa en una campaña política, además que los presupuestos no tienen que estar enfocados únicamente en salud, educación e infraestructura, debe existir un equilibrio.

Estocada: A propósito de la cultura politizada, Karen Lobo, Coordinadora de Cultura Departamental, llegó al cargo porque su papá, ex alcalde de La Jagua de Ibirico, le puso unos votos al gobernador. Tenían que darle algo y, como no había más nada, le dieron cultura. Mientras tanto, el sector estancado, los flojos resultados son consecuencia de su inexperiencia.

Estocada 2: Me reafirmo, el Parque del Helado no necesita maquillaje barato, requiere una inversión de calidad y compromiso ambiental, eso merece una ciudad como Valledupar.

Columnista
22 agosto, 2016

Política vs. arte y deporte

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Los triunfos de nuestros deportistas en los olímpicos y los logros de los artistas nacionales han generado un debate que obliga a revisar el tema ¿Por qué no son apoyados como se merecen? ¿Cómo a pesar de ello, se imponen en nombre del país? Sería injusto desconocer los avances logrados con los resultados en el […]


Los triunfos de nuestros deportistas en los olímpicos y los logros de los artistas nacionales han generado un debate que obliga a revisar el tema ¿Por qué no son apoyados como se merecen? ¿Cómo a pesar de ello, se imponen en nombre del país? Sería injusto desconocer los avances logrados con los resultados en el deporte, 8 medallas son importantes, pero se puede hacer mucho más con el gran potencial que tiene Colombia.

En el arte y la cultura la situación es aún es peor, el Ministerio de Cultura cada vez cuenta con menos presupuesto y no se hace la tarea como debe ser; cuando surgen procesos exitosos, son aislados y no obedecen a una política estatal, un ejemplo es lo que está haciendo el samario Carlos Vives con su proyecto “Tras la perla de América” en Santa Marta, que ha generado resquemor y no cuenta con respaldo de la alcaldía. Es innegable que artistas y deportistas necesitan de las políticas públicas que se implementan desde los diferentes gobiernos, pero cuando hay celos de liderazgo y no hay una conciencia sobre la importancia de lo que aportan estos temas a la construcción de tejido social, seguiremos con resultados tibios y condenados a suplicar apoyo.

Caterine Ibargüen, en alguna oportunidad, les dijo a jóvenes deportistas que representarían a Colombia en el Mundial Juvenil de Atletismo, cuando les dieron uniformes incompletos y que no eran de su talla: “No se conformen con lo que les trajeron, eso ustedes se lo merecían”. También el ciclista Winner Anacona fue claro con el Presidente Santos “nos hemos hecho SOLOS con la ayuda de pocos”. Claro está, que cuando los deportistas y artistas regresan triunfantes, sí aparecen como por arte de magia los políticos, los reciben en carro de bomberos y les entregan cualquier condecoración por “dejar el nombre del país en alto” y de paso tomarse la foto para los medios.

Lo que hay detrás de todo es un carrusel con el manejo de los recursos, direccionados a través de fundaciones, en manos de testaferros políticos y cargos designados a dedo; todos sabemos que la Directora de Coldeportes es cuota de Dilian Francisca Toro, quien recibió entre otras dádivas, un viaje a los Olímpicos de Río por cuenta del COC; la Ministra de Cultura se ha mantenido siete años con Santos porque es del círculo más íntimo de Tutina de Santos y así, cada maco con su mazorca.

Lo imprescindible es que los deportistas y artistas sigan reclamando sus derechos y que los políticos entiendan que las políticas públicas son para todos y no un derecho exclusivo de quien participa en una campaña política, además que los presupuestos no tienen que estar enfocados únicamente en salud, educación e infraestructura, debe existir un equilibrio.

Estocada: A propósito de la cultura politizada, Karen Lobo, Coordinadora de Cultura Departamental, llegó al cargo porque su papá, ex alcalde de La Jagua de Ibirico, le puso unos votos al gobernador. Tenían que darle algo y, como no había más nada, le dieron cultura. Mientras tanto, el sector estancado, los flojos resultados son consecuencia de su inexperiencia.

Estocada 2: Me reafirmo, el Parque del Helado no necesita maquillaje barato, requiere una inversión de calidad y compromiso ambiental, eso merece una ciudad como Valledupar.