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Farándula - 1 julio, 2016

No concibo el vallenato sin acordeón: Christian Camilo Peña

El acordeón del rey vallenato 2008 se escucha en 'La bicicleta', reciente éxito de Carlos Vives junto a Shakira.

Carlos Vives exaltando la labor de Christian Camilo Peña en el Reino Unido.
Carlos Vives exaltando la labor de Christian Camilo Peña en el Reino Unido.
Boton Wpp

Christian Camilo Peña fue ese hombre que prefirió darle calor a su hogar y apartarse de la vida pública, especialmente de las tarimas y los grandes escenarios visitados al lado del cantante Jorge Oñate.

Desde que conoció a Yina Springer, su vida cambió de rumbo tanto que al final le tocó dejar la música y dedicarse a su familia. Del hogar hoy existen dos retoños: Matthew, de tres años, y Jacob, quien tiene un mes de nacido.
Con su acordeón al pecho consiguió lo necesario para tener reconocimiento e impartir respeto, como fue la corona de rey vallenato en el 2008.

Nació en Pivijay, Magdalena, descendiente de la cuerda de acordeoneros de Abel Antonio Villa y el rey ‘Beto’ Villa, quizás por eso su estilo se conjugó muy fácil con la voz de Jorge Oñate, con quien hizo cinco discos. En 2011 Christian Camilo anunció su retiro de la agrupación de Oñate y emprendió un viaje sin regreso, hasta ahora, para Estados Unidos, país del que ya es ciudadano.

Su nombre volvió a sonar en las esferas nacionales e internacionales después de que Carlos Vives lo anunciara como el acordeonero que lo acompañaría por el Reino Unido y Europa, ya que Egidio Cuadrado se había enfermado.

¿Cómo fue alejarse de los escenarios?
Al principio fue muy difícil acostumbrase a estar lejos de los seguidores, pero ahora que miro atrás y hago un repaso en mi vida veo que Dios siempre se ha encargado de guiar mis pasos y venirme para Estados Unidos fue la mejor decisión. Estoy viviendo en Fort Lauderdale, una ciudad ubicada al norte de Miami, como a 40 minutos, en el estado de Florida; tengo a Matthew y a Jacob, recién nacido hace un mes y algo, y con mi esposa Yina Springer que es de Cartagena.

En Colombia hay proliferación de agrupaciones vallenatas, usted que está en la otra orilla, ¿qué concepto tiene del género en la actualidad?
El vallenato como género parece que le ha faltado unión entre los mismos artistas para consolidarse ante el mundo. Es una de las grandes falencias, porque el acordeón es un instrumento que encanta a todas las personas que les gusta un poquito la música, creo que todo pasa y mejoraría si los artistas fueran más unidos, hay ejemplos claros en la música como los salseros y reguetoneros que se la pasan haciendo nuevas versiones de las canciones que ya fueron éxito. El vallenato no ha trascendido más de lo normal por eso, porque les falta unión.

¿Podría el vallenato sonar mejor y ocupar sitiales importantes en Miami?
Claro, con gran trabajo y esfuerzo. En Miami predomina la gente de las islas como Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, por eso los géneros que salen de ahí llegan con tanta fuerza a esta zona, pero con trabajo o la labor que está haciendo Silvestre y se unieran dos artistas más que le metieran la ficha lograran dar el éxito para el vallenato; así lo veo yo obviamente.

¿Cómo llegó la invitación de Carlos Vives para estar en Europa y el Reino Unido?
Todo empezó con su productor Andrés Castro, un día me llamó para decirme que tenía un track (disco) para grabarlo, pasaron un par de días y nos logramos reunir, cuando escuché la canción era ‘La bicicleta’ que grabó Carlos Vives con Shakira, ahí suena mi acordeón gracias a Dios. Esa fue la primera canción para conocer al maestro Carlos, a Andrés y después me siguieron llamando. También grabé dos cositas para un CD que hace Carlos con ‘Pombo Musical’ y después me llamaron para un proyecto que llevan para el cantante Yornado.
Un día me llamó Andrés Castro qué si estaría dispuesto a acompañar al maestro Vives a una gira porque Egidio venía enfermo, pero que iba a viajar y me querían llevar como un plan B en caso de que Egidio no pudiera completar la gira. Para sorpresa mía el último día me enteré que estaba hospitalizado y que me tocaría ponerle el pecho a la gira con Carlos Vives y La Provincia.

¿Qué fue lo más fácil y lo más difícil para acoplarse al sonido de Carlos Vives?
Lo más fácil interpretar los clásicos vallenatos como ‘La gota fría’, ‘La hamaca grande’, ‘Matilde Lina’, ‘La cañaguatera’, pero lo más difícil fue aprenderme lo demás, pero sobretodo compartir la canción con el resto de instrumentos porque uno viene acostumbrado de que el acordeón en el vallenato impone el ritmo, suena más duro, hace todo, en cambio con Carlos primero puede ir la guitarra, después la gaita y luego venía yo. Fueron dos espectáculos en Londres y uno en París, no te voy a decir que cumplí un sueño porque lo veía tan lejano, que ni había perdido el tiempo soñando con tocar con Carlos Vives.

No tuvimos tiempo de hacer un ensayo como tal, viajé desde Miami a Bogotá para los papeles de la visa en la Embajada británica y aproveché para reunirme con los músicos tres horas antes de viajar a Londres. No hubo mucho tiempo para tanto, más que todo fue conocerlo y ver cómo venía el estilo, repasar las canciones por encima.

Muchos artistas de la música vallenata quieren relegar el nombre y la figura del acordeonero, después de acompañar a Carlos Vives qué opina usted de ese concepto.

Creo que si algún artista de la música vallenata quiere llegar donde está Carlos Vives debe empezar por tomar ese ejemplo, la verdad no concibo que quieran hacer vallenato sin acordeón y mucho menos teniendo el acordeonero aparte, el vallenato es vallenato porque lleva acordeón. Que no suene esto a puya, a que estoy hablando de Silvestre o de otro artista, es en general, aunque poco habría que reprocharle a Jorge Celedón quien también ha llevado el vallenato lejos y al acordeonero cerca, especialmente cuando estuvo Jimmy Zambrano.

Es impresionante lo de Vives, te aseguro que si él no dice quién viene en el acordeón y trata de llevar la ausencia del maestro Egidio sin mencionarme a mí, nadie le iba a reprochar, nadie lo hubiese notado y tampoco dejaban de ir al concierto porque Egidio no estaba, pero él se tomó esa deferencia con la persona que iba a suplir a Egidio, y obviamente guardando las proporciones porque yo soy nuevo, sin duda alguna no tengo cómo pagarle a Carlos su apoyo.

El ejemplo queda y se convierte de talla internacional, quien quiera copiarle el ritmo a Carlos debe empezar por darle por lo menos el valor que él le da a sus instrumentos.

¿Tiene proyectos a futuro con el vallenato o seguirá radicado en Estados Unidos?
De Estados Unidos no me muevo hasta que Dios disponga, esta es mi casa y tengo todo, como es mi esposa, mis hijos. Solamente Dios sabrá si algún día me marcho de este país o no.

“No te voy a decir que cumplí un sueño porque lo venía tan lejano, que ni había perdido el tempo soñando con tocar con Carlos Vives”.

Chistian Camilo Peña también ha grabado con artistas como Felipe Peláez, Fabián Corrales, Jacobo Fonseca y ‘Pepito’ Gutiérrez.

El rey vallenato 2008 incursionó en las facultades de Medicina y Psicología, pero las dos quedaron tiradas por culpa del acordeón.

Matthew, de tres años, y Jacob, quien tiene un mes de nacido, son los dos hijos de Christian Camilo Peña con Yina Springer.

Carlos Mario Jiménez
[email protected]

 

Farándula
1 julio, 2016

No concibo el vallenato sin acordeón: Christian Camilo Peña

El acordeón del rey vallenato 2008 se escucha en 'La bicicleta', reciente éxito de Carlos Vives junto a Shakira.


Carlos Vives exaltando la labor de Christian Camilo Peña en el Reino Unido.
Carlos Vives exaltando la labor de Christian Camilo Peña en el Reino Unido.
Boton Wpp

Christian Camilo Peña fue ese hombre que prefirió darle calor a su hogar y apartarse de la vida pública, especialmente de las tarimas y los grandes escenarios visitados al lado del cantante Jorge Oñate.

Desde que conoció a Yina Springer, su vida cambió de rumbo tanto que al final le tocó dejar la música y dedicarse a su familia. Del hogar hoy existen dos retoños: Matthew, de tres años, y Jacob, quien tiene un mes de nacido.
Con su acordeón al pecho consiguió lo necesario para tener reconocimiento e impartir respeto, como fue la corona de rey vallenato en el 2008.

Nació en Pivijay, Magdalena, descendiente de la cuerda de acordeoneros de Abel Antonio Villa y el rey ‘Beto’ Villa, quizás por eso su estilo se conjugó muy fácil con la voz de Jorge Oñate, con quien hizo cinco discos. En 2011 Christian Camilo anunció su retiro de la agrupación de Oñate y emprendió un viaje sin regreso, hasta ahora, para Estados Unidos, país del que ya es ciudadano.

Su nombre volvió a sonar en las esferas nacionales e internacionales después de que Carlos Vives lo anunciara como el acordeonero que lo acompañaría por el Reino Unido y Europa, ya que Egidio Cuadrado se había enfermado.

¿Cómo fue alejarse de los escenarios?
Al principio fue muy difícil acostumbrase a estar lejos de los seguidores, pero ahora que miro atrás y hago un repaso en mi vida veo que Dios siempre se ha encargado de guiar mis pasos y venirme para Estados Unidos fue la mejor decisión. Estoy viviendo en Fort Lauderdale, una ciudad ubicada al norte de Miami, como a 40 minutos, en el estado de Florida; tengo a Matthew y a Jacob, recién nacido hace un mes y algo, y con mi esposa Yina Springer que es de Cartagena.

En Colombia hay proliferación de agrupaciones vallenatas, usted que está en la otra orilla, ¿qué concepto tiene del género en la actualidad?
El vallenato como género parece que le ha faltado unión entre los mismos artistas para consolidarse ante el mundo. Es una de las grandes falencias, porque el acordeón es un instrumento que encanta a todas las personas que les gusta un poquito la música, creo que todo pasa y mejoraría si los artistas fueran más unidos, hay ejemplos claros en la música como los salseros y reguetoneros que se la pasan haciendo nuevas versiones de las canciones que ya fueron éxito. El vallenato no ha trascendido más de lo normal por eso, porque les falta unión.

¿Podría el vallenato sonar mejor y ocupar sitiales importantes en Miami?
Claro, con gran trabajo y esfuerzo. En Miami predomina la gente de las islas como Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, por eso los géneros que salen de ahí llegan con tanta fuerza a esta zona, pero con trabajo o la labor que está haciendo Silvestre y se unieran dos artistas más que le metieran la ficha lograran dar el éxito para el vallenato; así lo veo yo obviamente.

¿Cómo llegó la invitación de Carlos Vives para estar en Europa y el Reino Unido?
Todo empezó con su productor Andrés Castro, un día me llamó para decirme que tenía un track (disco) para grabarlo, pasaron un par de días y nos logramos reunir, cuando escuché la canción era ‘La bicicleta’ que grabó Carlos Vives con Shakira, ahí suena mi acordeón gracias a Dios. Esa fue la primera canción para conocer al maestro Carlos, a Andrés y después me siguieron llamando. También grabé dos cositas para un CD que hace Carlos con ‘Pombo Musical’ y después me llamaron para un proyecto que llevan para el cantante Yornado.
Un día me llamó Andrés Castro qué si estaría dispuesto a acompañar al maestro Vives a una gira porque Egidio venía enfermo, pero que iba a viajar y me querían llevar como un plan B en caso de que Egidio no pudiera completar la gira. Para sorpresa mía el último día me enteré que estaba hospitalizado y que me tocaría ponerle el pecho a la gira con Carlos Vives y La Provincia.

¿Qué fue lo más fácil y lo más difícil para acoplarse al sonido de Carlos Vives?
Lo más fácil interpretar los clásicos vallenatos como ‘La gota fría’, ‘La hamaca grande’, ‘Matilde Lina’, ‘La cañaguatera’, pero lo más difícil fue aprenderme lo demás, pero sobretodo compartir la canción con el resto de instrumentos porque uno viene acostumbrado de que el acordeón en el vallenato impone el ritmo, suena más duro, hace todo, en cambio con Carlos primero puede ir la guitarra, después la gaita y luego venía yo. Fueron dos espectáculos en Londres y uno en París, no te voy a decir que cumplí un sueño porque lo veía tan lejano, que ni había perdido el tiempo soñando con tocar con Carlos Vives.

No tuvimos tiempo de hacer un ensayo como tal, viajé desde Miami a Bogotá para los papeles de la visa en la Embajada británica y aproveché para reunirme con los músicos tres horas antes de viajar a Londres. No hubo mucho tiempo para tanto, más que todo fue conocerlo y ver cómo venía el estilo, repasar las canciones por encima.

Muchos artistas de la música vallenata quieren relegar el nombre y la figura del acordeonero, después de acompañar a Carlos Vives qué opina usted de ese concepto.

Creo que si algún artista de la música vallenata quiere llegar donde está Carlos Vives debe empezar por tomar ese ejemplo, la verdad no concibo que quieran hacer vallenato sin acordeón y mucho menos teniendo el acordeonero aparte, el vallenato es vallenato porque lleva acordeón. Que no suene esto a puya, a que estoy hablando de Silvestre o de otro artista, es en general, aunque poco habría que reprocharle a Jorge Celedón quien también ha llevado el vallenato lejos y al acordeonero cerca, especialmente cuando estuvo Jimmy Zambrano.

Es impresionante lo de Vives, te aseguro que si él no dice quién viene en el acordeón y trata de llevar la ausencia del maestro Egidio sin mencionarme a mí, nadie le iba a reprochar, nadie lo hubiese notado y tampoco dejaban de ir al concierto porque Egidio no estaba, pero él se tomó esa deferencia con la persona que iba a suplir a Egidio, y obviamente guardando las proporciones porque yo soy nuevo, sin duda alguna no tengo cómo pagarle a Carlos su apoyo.

El ejemplo queda y se convierte de talla internacional, quien quiera copiarle el ritmo a Carlos debe empezar por darle por lo menos el valor que él le da a sus instrumentos.

¿Tiene proyectos a futuro con el vallenato o seguirá radicado en Estados Unidos?
De Estados Unidos no me muevo hasta que Dios disponga, esta es mi casa y tengo todo, como es mi esposa, mis hijos. Solamente Dios sabrá si algún día me marcho de este país o no.

“No te voy a decir que cumplí un sueño porque lo venía tan lejano, que ni había perdido el tempo soñando con tocar con Carlos Vives”.

Chistian Camilo Peña también ha grabado con artistas como Felipe Peláez, Fabián Corrales, Jacobo Fonseca y ‘Pepito’ Gutiérrez.

El rey vallenato 2008 incursionó en las facultades de Medicina y Psicología, pero las dos quedaron tiradas por culpa del acordeón.

Matthew, de tres años, y Jacob, quien tiene un mes de nacido, son los dos hijos de Christian Camilo Peña con Yina Springer.

Carlos Mario Jiménez
[email protected]