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Columnista - 8 junio, 2016

Las Farc, movimiento político

En las selvas de Colombia la guerrilla de las Farc se encuentra en los preparativos para convertirse en un verdadero movimiento político desarmado, cuando ya se acerca el acuerdo con el Gobierno sobre el cese bilateral y definitivo del fuego y la dejación de las armas. Ya comenzó la cuenta regresiva para silenciar fusiles, colgar […]

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En las selvas de Colombia la guerrilla de las Farc se encuentra en los preparativos para convertirse en un verdadero movimiento político desarmado, cuando ya se acerca el acuerdo con el Gobierno sobre el cese bilateral y definitivo del fuego y la dejación de las armas. Ya comenzó la cuenta regresiva para silenciar fusiles, colgar sus vetustos uniformes e incorporarse a la vida civil activa donde los espera una sociedad hostil y cansada de administrar sus miedos después de 52 años de una guerra inútil entre hermanos, que solo dejó desolación y muerte, terror y odios, ríos de sangre y mucha tristeza en un país rico y hermoso donde todos somos víctimas.

Esta solución política siempre contó con el apoyo de los miembros de las fuerzas militares como soporte fundamental del régimen, quienes de manera silenciosa, concreta y sin retórica, permitieron que fluyeran los acuerdos y las negociaciones de un proceso muy interesante que hoy de manera generosa le está abriendo las puertas de la democracia a la guerrilla para practicar una política alternativa, sin soluciones militares, a los problemas del país y ponerla al alcance, al filtro y consideración de los colombianos, como lo hacen las sociedades modernas y civilizadas.

Esperamos confiados que las próximas generaciones no tengan que resolver sus problemas por la vía de las armas sino mediante una negociación con la que todos ganamos. Es decir, que esta nefasta experiencia guerrillera sea para todos una lección aprendida. Es muy importante que las Farc ya tengan puesta la mirada en el posconflicto. La mentalidad ya está cambiando y la transición está en marcha. El conflicto ha reducido su intensidad de manera importante y lo que se acuerda en La Habana ya se vive y se siente en la selva, ya sea con optimismo y alguna desconfianza natural.

Hoy, los precios de los hidrocarburos se están recuperando más rápido y más contundente de lo que se esperaba y la tendencia de mejoría parece que llegó para quedarse. La situación geopolítica ha contribuido a la coyuntura de precios y los conflictos del Oriente Medio son una amenaza permanente, pero nos tenemos que acostumbrar a estas fluctuaciones y debemos olvidarnos del barril de petróleo a 100 dólares. Sin embargo, con los precios de 50 a 60 dólares por barril, las perspectivas económicas de Colombia son otra cosa. Con esta afirmación de los entendidos tenemos que ser optimistas porque el precio del petróleo se convirtió en otro aliado inesperado y muy fuerte para la paz.

Columnista
8 junio, 2016

Las Farc, movimiento político

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gustavo Cotez Medina

En las selvas de Colombia la guerrilla de las Farc se encuentra en los preparativos para convertirse en un verdadero movimiento político desarmado, cuando ya se acerca el acuerdo con el Gobierno sobre el cese bilateral y definitivo del fuego y la dejación de las armas. Ya comenzó la cuenta regresiva para silenciar fusiles, colgar […]


En las selvas de Colombia la guerrilla de las Farc se encuentra en los preparativos para convertirse en un verdadero movimiento político desarmado, cuando ya se acerca el acuerdo con el Gobierno sobre el cese bilateral y definitivo del fuego y la dejación de las armas. Ya comenzó la cuenta regresiva para silenciar fusiles, colgar sus vetustos uniformes e incorporarse a la vida civil activa donde los espera una sociedad hostil y cansada de administrar sus miedos después de 52 años de una guerra inútil entre hermanos, que solo dejó desolación y muerte, terror y odios, ríos de sangre y mucha tristeza en un país rico y hermoso donde todos somos víctimas.

Esta solución política siempre contó con el apoyo de los miembros de las fuerzas militares como soporte fundamental del régimen, quienes de manera silenciosa, concreta y sin retórica, permitieron que fluyeran los acuerdos y las negociaciones de un proceso muy interesante que hoy de manera generosa le está abriendo las puertas de la democracia a la guerrilla para practicar una política alternativa, sin soluciones militares, a los problemas del país y ponerla al alcance, al filtro y consideración de los colombianos, como lo hacen las sociedades modernas y civilizadas.

Esperamos confiados que las próximas generaciones no tengan que resolver sus problemas por la vía de las armas sino mediante una negociación con la que todos ganamos. Es decir, que esta nefasta experiencia guerrillera sea para todos una lección aprendida. Es muy importante que las Farc ya tengan puesta la mirada en el posconflicto. La mentalidad ya está cambiando y la transición está en marcha. El conflicto ha reducido su intensidad de manera importante y lo que se acuerda en La Habana ya se vive y se siente en la selva, ya sea con optimismo y alguna desconfianza natural.

Hoy, los precios de los hidrocarburos se están recuperando más rápido y más contundente de lo que se esperaba y la tendencia de mejoría parece que llegó para quedarse. La situación geopolítica ha contribuido a la coyuntura de precios y los conflictos del Oriente Medio son una amenaza permanente, pero nos tenemos que acostumbrar a estas fluctuaciones y debemos olvidarnos del barril de petróleo a 100 dólares. Sin embargo, con los precios de 50 a 60 dólares por barril, las perspectivas económicas de Colombia son otra cosa. Con esta afirmación de los entendidos tenemos que ser optimistas porque el precio del petróleo se convirtió en otro aliado inesperado y muy fuerte para la paz.