Doña Florinda es uno de los recordados personajes de la comedia mexicana ‘El Chavo del Ocho’, aburrida de vivir en la peculiar vecindad siempre expresaba “Vamos Kiko no te juntes con esta chusma”, después de agredir injustamente a don Ramón; de la misma forma nos estamos comportando los colombianos creyendo ser parte del G8 y […]
Doña Florinda es uno de los recordados personajes de la comedia mexicana ‘El Chavo del Ocho’, aburrida de vivir en la peculiar vecindad siempre expresaba “Vamos Kiko no te juntes con esta chusma”, después de agredir injustamente a don Ramón; de la misma forma nos estamos comportando los colombianos creyendo ser parte del G8 y no al grupo de los países del tercer mundo o utilizando mejor el eufemismo de países en vía de desarrollo.
La situación de Venezuela suscita gran preocupación, los últimos pasos del régimen indican que la otrora pujante Nación petrolera pronto estallará en una crisis con dimensiones apocalípticas. La visita de Lilian Tintori en su lucha por mostrar la verdadera cara del dictador siempre será taquillera, aglutinando no solo a los venezolanos, también quien quiera conocer de cerca el testimonio de una víctima de los delitos del chavismo y el fracaso de una revolución que lo único que hizo fue sustituir una élite corrupta por otra.
Aunque no creo en las versiones fatalistas de aquellos que proclaman que en este país estamos entregamos al castro-chavismo, tampoco me siento en Finlandia; el abrazo de cuatro expresidentes colombianos en el evento de la esposa del dirigente venezolano Leopoldo López, es un mal chiste teniendo en cuenta nuestros domésticos niveles de corrupción. Hoy padecemos el síndrome doña Florinda, a pesar de vivir en el mismo vecindario y lidiar con los mismos problemas, preferimos mirar al vecino por debajo del hombro y decirle a cualquiera que se encuentre a nuestro lado que no se junte con esa chusma. Y es que hablar de la situación del vecino país resulta atractivo, nos hace sentir que hablamos de algo importante, en el caso de los exmandatarios les da vitalidad política.
¿En Colombia acaso no existirán motivos para que Betancourt, Gaviria, Pastrana y Uribe se unan en caluroso abrazo ante tantas catástrofes de este lado de los Andes? Sería bueno ver a los cuatro “estadistas” abrazados protestando por la situación de los niños en La Guajira o del pacífico colombiano; deberían iniciar una campaña contra los abusos del Sistema General de Seguridad Social; como resultaría interesante la unión de ellos contra los atropellos cometidos por Electricaribe; sería genial verlos abrazados pidiendo respuesta a los involucrados en los Panamá Papers, para saber si estamos ante movimientos financieros legales o por el contrario operaciones destinadas a evadir el pago de impuestos.
Aparece en la imagen Belisario Betancourt apoyando la recuperación de la democracia en Venezuela y el mismo decidió llevarse a la tumba los secretos de la toma del Palacio de Justicia, un atentado a nuestra democracia en su gobierno. En los años de Gaviria enfrentamos una crisis energética y Pablo Escobar disfrutó de la bondades de una catedral a su disposición; Pastrana, bueno es Pastrana no se le puede pedir mucho, para este caso recomendaría el libro ‘Sin tregua’, de Germán Castro Caicedo, una compilación de hechos que prueban como el Estado genera violencia. Por último Uribe, solo puedo recordar zona franca, chuzadas, Yidis, Agro Ingreso Seguro, doce apóstoles, falsos positivos, etc., etc., etc.; pero eso no importa, porque igual al caso de doña Florinda la chusma está en Venezuela.
Doña Florinda es uno de los recordados personajes de la comedia mexicana ‘El Chavo del Ocho’, aburrida de vivir en la peculiar vecindad siempre expresaba “Vamos Kiko no te juntes con esta chusma”, después de agredir injustamente a don Ramón; de la misma forma nos estamos comportando los colombianos creyendo ser parte del G8 y […]
Doña Florinda es uno de los recordados personajes de la comedia mexicana ‘El Chavo del Ocho’, aburrida de vivir en la peculiar vecindad siempre expresaba “Vamos Kiko no te juntes con esta chusma”, después de agredir injustamente a don Ramón; de la misma forma nos estamos comportando los colombianos creyendo ser parte del G8 y no al grupo de los países del tercer mundo o utilizando mejor el eufemismo de países en vía de desarrollo.
La situación de Venezuela suscita gran preocupación, los últimos pasos del régimen indican que la otrora pujante Nación petrolera pronto estallará en una crisis con dimensiones apocalípticas. La visita de Lilian Tintori en su lucha por mostrar la verdadera cara del dictador siempre será taquillera, aglutinando no solo a los venezolanos, también quien quiera conocer de cerca el testimonio de una víctima de los delitos del chavismo y el fracaso de una revolución que lo único que hizo fue sustituir una élite corrupta por otra.
Aunque no creo en las versiones fatalistas de aquellos que proclaman que en este país estamos entregamos al castro-chavismo, tampoco me siento en Finlandia; el abrazo de cuatro expresidentes colombianos en el evento de la esposa del dirigente venezolano Leopoldo López, es un mal chiste teniendo en cuenta nuestros domésticos niveles de corrupción. Hoy padecemos el síndrome doña Florinda, a pesar de vivir en el mismo vecindario y lidiar con los mismos problemas, preferimos mirar al vecino por debajo del hombro y decirle a cualquiera que se encuentre a nuestro lado que no se junte con esa chusma. Y es que hablar de la situación del vecino país resulta atractivo, nos hace sentir que hablamos de algo importante, en el caso de los exmandatarios les da vitalidad política.
¿En Colombia acaso no existirán motivos para que Betancourt, Gaviria, Pastrana y Uribe se unan en caluroso abrazo ante tantas catástrofes de este lado de los Andes? Sería bueno ver a los cuatro “estadistas” abrazados protestando por la situación de los niños en La Guajira o del pacífico colombiano; deberían iniciar una campaña contra los abusos del Sistema General de Seguridad Social; como resultaría interesante la unión de ellos contra los atropellos cometidos por Electricaribe; sería genial verlos abrazados pidiendo respuesta a los involucrados en los Panamá Papers, para saber si estamos ante movimientos financieros legales o por el contrario operaciones destinadas a evadir el pago de impuestos.
Aparece en la imagen Belisario Betancourt apoyando la recuperación de la democracia en Venezuela y el mismo decidió llevarse a la tumba los secretos de la toma del Palacio de Justicia, un atentado a nuestra democracia en su gobierno. En los años de Gaviria enfrentamos una crisis energética y Pablo Escobar disfrutó de la bondades de una catedral a su disposición; Pastrana, bueno es Pastrana no se le puede pedir mucho, para este caso recomendaría el libro ‘Sin tregua’, de Germán Castro Caicedo, una compilación de hechos que prueban como el Estado genera violencia. Por último Uribe, solo puedo recordar zona franca, chuzadas, Yidis, Agro Ingreso Seguro, doce apóstoles, falsos positivos, etc., etc., etc.; pero eso no importa, porque igual al caso de doña Florinda la chusma está en Venezuela.