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Columnista - 16 mayo, 2016

¡Reúnanse!

Esta semana que pasó, estuvo cargada de noticias en cuanto al proceso de paz y la posible firma del acuerdo final, ya que se dieron conocer apartes de lo que podrían ser los acuerdos de justicia, el gobierno hace una apuesta arriesgada con una serie de confusas figuras jurídicas para blindarlos, nacional e internacionalmente, con […]

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Esta semana que pasó, estuvo cargada de noticias en cuanto al proceso de paz y la posible firma del acuerdo final, ya que se dieron conocer apartes de lo que podrían ser los acuerdos de justicia, el gobierno hace una apuesta arriesgada con una serie de confusas figuras jurídicas para blindarlos, nacional e internacionalmente, con exageradas concesiones para las Farc, que terminarían reformando la Constitución, limitando al Congreso a aprobar o desaprobar, sin modificar lo acordado y a la Corte maniatada, sin otra alternativa que ceñirse a lo enviado desde La Habana. Un ataque flagrante a la Constitución que se ha convertido en una carta de bolsillo que todos reforman de acuerdo a sus afanes personales; antes lo hizo Uribe, también lo hace Santos, ¿por qué no las Farc? se preguntarán ellos. Sin embargo, más allá de todo este alboroto, llama la atención una carta de Timochenko a Uribe en la que lo invita a que se reúnan, ¿Qué contiene esta carta? ¿Por qué Timochenko, acérrimo enemigo del expresidente, se dirige en términos como “Lo queremos a usted sentado a la Mesa de la Reconstrucción y Reconciliación Nacional. No a la mesa del capricho personal o las exigencias carentes de generosidad”. Pienso que en esta es la piedra angular del proceso, para explorar un acercamiento en medio de esta polarización que puede echar al traste la ilusión de paz, ellos saben que una paz sin Uribe sería incompleta, con gran probabilidad de futuras retaliaciones; además, con mucho cálculo político, si tenemos en cuenta que Santos vive el peor índice de popularidad, algo que puede acabar con el plebiscito en las urnas. Es llamativo el cambio de postura de la guerrilla, más conciliadora y menos retadora, piden generosidad e incluso invocan “caridad” para que no haya más viudas ni muertos. Un contenido para analizar con pinzas y evaluar con cabeza fría ¿Debe o no el expresidente reunirse con Timochenko? Desde mi punto de vista, Uribe debe aceptar la propuesta para que, de una vez por todas, los verdaderos enemigos se vean las caras y se digan las verdades, en aras de construir una paz verdadera, con compromisos más amplios a los del gobierno. Si enviaron este mensaje, será porque tienen algo más que aportar, no pueden seguir procurando un acuerdo para sacar ventaja y continuar con la tesis de que no hicieron la guerra por 50 años para terminar presos, no pueden arrebatarle a la sociedad esta decisión fundamental en la que tiene el derecho de incidir, que como no está contenta con lo redactado, se ve representada en Uribe. Sería una reunión para ceder ambas partes, con los cambios necesarios para realinderar el proceso, más reparación, justicia y perdón. Ojalá el presidente Uribe lo medite y no se deje llevar por el fanatismo que lo rodea, le daría una lección de grandeza al país, aburrido de tanta pelea entre políticos protagonistas que hablan de paz, pero que a reglón seguido se atacan sin reparos. ¡Reúnanse!
@JACOBOSOLANOC

Columnista
16 mayo, 2016

¡Reúnanse!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Esta semana que pasó, estuvo cargada de noticias en cuanto al proceso de paz y la posible firma del acuerdo final, ya que se dieron conocer apartes de lo que podrían ser los acuerdos de justicia, el gobierno hace una apuesta arriesgada con una serie de confusas figuras jurídicas para blindarlos, nacional e internacionalmente, con […]


Esta semana que pasó, estuvo cargada de noticias en cuanto al proceso de paz y la posible firma del acuerdo final, ya que se dieron conocer apartes de lo que podrían ser los acuerdos de justicia, el gobierno hace una apuesta arriesgada con una serie de confusas figuras jurídicas para blindarlos, nacional e internacionalmente, con exageradas concesiones para las Farc, que terminarían reformando la Constitución, limitando al Congreso a aprobar o desaprobar, sin modificar lo acordado y a la Corte maniatada, sin otra alternativa que ceñirse a lo enviado desde La Habana. Un ataque flagrante a la Constitución que se ha convertido en una carta de bolsillo que todos reforman de acuerdo a sus afanes personales; antes lo hizo Uribe, también lo hace Santos, ¿por qué no las Farc? se preguntarán ellos. Sin embargo, más allá de todo este alboroto, llama la atención una carta de Timochenko a Uribe en la que lo invita a que se reúnan, ¿Qué contiene esta carta? ¿Por qué Timochenko, acérrimo enemigo del expresidente, se dirige en términos como “Lo queremos a usted sentado a la Mesa de la Reconstrucción y Reconciliación Nacional. No a la mesa del capricho personal o las exigencias carentes de generosidad”. Pienso que en esta es la piedra angular del proceso, para explorar un acercamiento en medio de esta polarización que puede echar al traste la ilusión de paz, ellos saben que una paz sin Uribe sería incompleta, con gran probabilidad de futuras retaliaciones; además, con mucho cálculo político, si tenemos en cuenta que Santos vive el peor índice de popularidad, algo que puede acabar con el plebiscito en las urnas. Es llamativo el cambio de postura de la guerrilla, más conciliadora y menos retadora, piden generosidad e incluso invocan “caridad” para que no haya más viudas ni muertos. Un contenido para analizar con pinzas y evaluar con cabeza fría ¿Debe o no el expresidente reunirse con Timochenko? Desde mi punto de vista, Uribe debe aceptar la propuesta para que, de una vez por todas, los verdaderos enemigos se vean las caras y se digan las verdades, en aras de construir una paz verdadera, con compromisos más amplios a los del gobierno. Si enviaron este mensaje, será porque tienen algo más que aportar, no pueden seguir procurando un acuerdo para sacar ventaja y continuar con la tesis de que no hicieron la guerra por 50 años para terminar presos, no pueden arrebatarle a la sociedad esta decisión fundamental en la que tiene el derecho de incidir, que como no está contenta con lo redactado, se ve representada en Uribe. Sería una reunión para ceder ambas partes, con los cambios necesarios para realinderar el proceso, más reparación, justicia y perdón. Ojalá el presidente Uribe lo medite y no se deje llevar por el fanatismo que lo rodea, le daría una lección de grandeza al país, aburrido de tanta pelea entre políticos protagonistas que hablan de paz, pero que a reglón seguido se atacan sin reparos. ¡Reúnanse!
@JACOBOSOLANOC